
Alejandro Nimo es Consejero y Cónsul General de la Embajada de Argentina en España. Libre Mercado se ha entrevistado con él para comentar el boom económico que están generando las políticas liberales en el país del Cono Sur.
Hay 415.000 argentinos en España y en 2024 se alcanzó el máximo histórico. ¿Qué opinan de lo que está pasando en su país?
Nos enorgullece mucho la comunidad argentina que vive en España, son excelentes, todo un orgullo. Muchos de ellos son trabajadores muy cualificados, otros son autónomos y empresarios… En clave política, el actual gobierno logró un apoyo de más del 80% en las últimas elecciones presidenciales y, en base a lo que percibimos a través de nuestro contacto continuo con la comunidad argentina en Madrid y otras ciudades del país, no me sorprendería que el porcentaje de respaldo a Milei en España supere ya el 90%.
Los empresarios e inversores españoles, ¿reaccionan también de esa forma? ¿Hay entusiasmo por hacer negocios en Argentina?
Yo tengo dos tareas designadas: abrir el comercio internacional para las empresas argentinas y atraer inversiones que lleguen al país. Antes de que Milei llegase al gobierno, el grueso del trabajo se centraba en abrir el comercio internacional, puesto que casi nadie se planteaba invertir en el país. Sin embargo, ahora vemos como son cientos y cientos de empresarios los que expresan su interés por llevar su capital a Argentina para financiar nuevos proyectos.
También sucede algo interesante. Como sabes, Argentina fue un país que recibía a personas que dejaban Europa en busca de una vida mejor. A lo largo del tiempo, la deriva económica hizo que esa situación se revirtiese y el fenómeno de la emigración fue creciendo. Pues bien, resulta curioso ver que cada vez hay más españoles que nos consultan qué deben hacer para irse a vivir a Argentina y pedir la ciudadanía del país. Son gentes con talento que se plantean un cambio de vida, porque valoran positivamente los cambios que está introduciendo Milei.
¿Cómo describiría la política económica de Milei? En apenas un año ha conseguido grandes logros en materia de estabilidad presupuestaria, desinflación, relanzamiento del crecimiento, etc.
La mirada de esto gobierno es la propia de la Escuela Austriaca. Creemos que los impuestos son en esencia un robo, ingresos que se logran a través de la coacción del Estado. La meta, pues, es reducir el alcance de esa coacción, para lo cual necesitamos tomar antes el tipo de medidas que nos conduzcan a la reducción del tamaño del Estado. Con ese propósito, se puso en marcha un doble saneamiento: el del balance del Banco Central, que estaba básicamente en quiebra, y el del presupuesto público, que tenía un déficit muy abultado.
Gracias a esto, se ha terminado el círculo vicioso de gasto deficitario, monetización de deuda e inflación. Pero, ahora que ya hemos logrado eso, nos planteamos el siguiente paso, porque el objetivo real del gobierno es la minarquía, reduciendo al máximo el peso del Estado y tomando como inspiración el ideal anarcocapitalista. Por eso, los recortes y ajustes seguirán en pie, el déficit cero no será negociable bajo ningún caso y las rebajas de impuestos que ya se han puesto en marcha son solamente el principio de un proceso. No queremos dar ni un paso atrás: damos pasos adelante, sobre bases sólidas y avanzando con firmeza.
Si hablamos de bajar impuestos, quizá en el caso de Argentina se podría decir que el más importante, el más injusto y el menos transparente de todos es la inflación, ese gravamen camuflado con el que los gobiernos y sus bancos centrales empobrecen a los ciudadanos.
Efectivamente, la inflación no deja de ser un impuesto en la sombra y se ha reducido sustancialmente bajo este gobierno, tanto que ya van meses en que los salarios le ganan poder adquisitivo a los precios. Después de tanto tiempo en que Argentina presentó indicadores propios de un escenario de hiperinflación, es una gran noticia. Asimismo, se han eliminado distintos gravámenes, como los que obligaban a tributar al comprar un inmueble, con el consecuente encarecimiento de la vivienda.
Hábleme de la famosa "motosierra" aplicada a la regulación y la burocracia. ¿Cómo avanza ese proceso?
Primero se adoptó la "motosierra" en fase 1, pero ahora hemos entrado en la fase de ajustes más profundos, lo que llamamos "deep motosierra". La "motosierra" no se detiene, va a tocar todos los organismos y capítulos de gasto, sin importar si son cuerpos de reciente creación u órganos con un largo bagaje atrás. En breve se va a adoptar la supresión de unos sesenta instancias públicas más. En paralelo, seguimos desregulando, quitando normativas innecesarias y quitando al Estado del lugar que tiene que ocupar el empresario. Queremos que los empresarios y los trabajadores vuelvan a tener su papel predominante en la economía y que el Estado deje de ser un estorbo"
Muchos creían que el ajuste liberal planteado por Milei saldría mal y otros temían que, si bien era inevitable hacer un ajuste, el presidente no lograría mantener la aceptación necesaria para sobrevivir más allá de un único mandato, máxime teniendo en cuenta que, al menos hasta los próximas elecciones legislativas, su gobierno lo tiene difícil a la hora de sacar leyes y normas adelante.
Sin duda, es cierto que es difícil mantener el apoyo popular cuando haces un ajuste tan grande y, evidentemente, tener minoría parlamentaria es otro problema. Sin embargo, Milei ha sido rotundo en su defensa de los cambios que se deben llevar a cabo. No ha vendido sus ideas ni sus principios, ha reivindicado su programa a capa y espada y al final ha conseguido mantener un gran apoyo popular, hasta el punto de que tiene indicadores de apoyo aún más altos que al comienzo de su mandato. Si a eso le sumamos la perspectiva de que las próximas elecciones legislativas le brinden un notable avance en clave parlamentaria, con lo que eso supone a la hora de seguir avanzando su plan de gobierno, pues creo que es difícil no ser optimista.