
El gobierno de Argentina ha puesto en marcha una serie de medidas orientadas a reducir el precio de los automóviles. Retirando impuestos y regulaciones, el Ejecutivo liberal que preside Javier Milei pretende ahondar en su agenda de desinflación y contribuir a que los ciudadanos y las empresas puedan adquirir vehículos con mayor facilidad.
La primera palanca en la que descansa esta mejora es la evolución a más de los salarios, que acumulan ocho meses consecutivos de recuperación, en la medida en que las remuneraciones de los trabajadores se sitúan por encima de la inflación, poniendo fin a años de continua devaluación del poder adquisitivo de los argentinos. En noviembre de 2024, último mes con datos disponibles para ambos indicadores, los precios se incrementaron un 2,4% en relación con octubre, mientras que los salarios se revalorizaron un 3,8% en relación con la mensualidad previa. El hecho de que esta dinámica haya sido una constante desde abril del año pasado contribuye directamente a abaratar el coste de comprar bienes y servicios, lo que obviamente facilita la compra de nuevos automóviles.

En segundo lugar, Milei y su gabinete han optado por introducir distintas rebajas arancelarias y tributarias que redundan directamente en el precio de los vehículos. De entrada, los modelos de hasta 16.000 dólares de precio tendrán un arancel del 0%. Además, los coches cuyo precio oscila entre los 37.000 y los 68.000 euros (de 41 a 75 millones de pesos) dejarán de sufrir un gravamen introducido por el peronismo que encarecía en un 20% dichos vehículos, por considerarlos artículos de lujo. Además, el tipo del 35% que se abonaba al comprar coches de más de 68.000 euros pasa del 35% al 18%. Las motos también se van a beneficiar de este tipo de medidas, viendo cómo un gravamen del 20% queda eliminado.
La tercera variable que ha tocado el gobierno liberal ha sido la de la eliminación de burocracia. La Secretaría de Energía del Ministerio de Economía anunció hace escasos días que eliminará el Registro Nacional de Infraestructura de Carga de Vehículos, un trámite que fue definido por el Ejecutivo como "una acción administrativa engorrosa que no generaba beneficios concretos para el sector y los consumidores". También se han comunicado otras modificaciones normativas orientadas a eliminar cargas regulatorias soportadas por los distintos elementos del proceso de venta del automóvil, beneficiando a fabricantes, concesionarios y consumidores.
Ahora mismo, en Argentina son necesarios 19 salarios anuales para poder comprar un Fiat Cronos, un Peugeot 208 o un Toyota Yaris, que son los tres modelos adquiridos de forma más frecuente por los ciudadanos del país del Cono Sur. Hace apenas un año, adquirir esos mismos modelos suponía un gasto equivalente a 28 salarios anuales. Esto significa que, en apenas un año, se ha producido un abaratamiento del 33%. Mirando a futuro, analistas como Ramiro Castiñeira ven factible "llegar a 12 o incluso 6 salarios anuales, gracias el regreso de la clase media y de la financiación bancaria, que volverán a hacer que comprar un coche deje de ser un lujo".
Se estima que las medidas monetarias, fiscales y regulatorias introducidas por el peronismo encarecieron en más de 10.000 dólares el precio medio de los vehículos. Sin embargo, esta tendencia se empieza a revertir gracias a las acciones del gobierno de Milei, que ya ha aprobado medidas de liberalización en otros ámbitos como el de la vivienda en alquiler, que ha experimentado un abaratamiento real de hasta el 50% gracias el fin de las regulaciones que controlaban los arriendos.