
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, se ha lanzado a frenar la creación de universidades privadas. El jefe del Ejecutivo ha anunciado en un acto que pretende tomar medidas para frenar "el avance de centros privados que priman el negocio sobre la calidad" y se ha dirigido a estas empresas como "chiringuitos que no cumplen el nivel". En alusión directa a los gobiernos de Madrid y Andalucía, ha afirmado que "lo que han hecho es recortar y recortar la universidad pública". Asimismo, ha criticado el lucro en la enseñanza superior, denunciando que "una universidad no puede ser una máquina expendedora".
El caso es que, con arreglo a los datos, las universidades privadas en España han demostrado ofrecer resultados destacados en términos de empleabilidad y salarios de sus egresados, desmintiendo por completo el tópico de que son "chiringuitos" educativos. Diversos informes y estudios respaldan la calidad y eficacia de estas instituciones en la formación profesional de sus estudiantes.
El propio gobierno que preside Sánchez ha publicado recientemente una nueva edición de la Estadística de Afiliación a la Seguridad Social de los Titulados Universitarios. Este documento apunta que, dos años después de graduarse, los egresados de la promoción de 2019 tenían una empleabilidad seis puntos mayor en los centros privados (69%) que en los públicos (63%). El primer año después de concluir los estudios, el diferencial es aún mayor (61% vs 53%, ocho puntos de diferencia).
Las privadas también arrojan un mayor volumen de empleo indefinido que las públicas. Para quienes se graduaron en 2019, el porcentaje de ex alumnos de estos centros que tenían un contrato fijo dos años después de acabar los estudios era del 51,7%, por encima del 49,3% que se alcanzaba entre los pupilos que salieron de la pública. Y, por si no fuese suficiente, la base media de cotización de los primeros llega a 28.125 euros, un 14% por encima de los 24.580 euros que se embolsan los segundos, lo que apunta a una brecha de 3.545 euros entre la remuneración que logran los estudiantes de la privada y los salarios que consiguen los de la pública.
Entre quienes cursan un máster, la brecha es aún más acusada, puesto que los titulados de la privada logran un 23% más de remuneración un año después de completar dicho programa y, pasados cuatro años, mantienen una ventaja salarial media de 7.000 euros por encima de quienes alcanzan este nivel de estudios en un centro de titularidad pública.
Más informes
Otra estadística oficial que elabora el propio Ministerio de Educación señala que los graduados de universidades privadas encuentran empleo más rápidamente, tienen una tasa de afiliación más alta y perciben salarios superiores en comparación con sus homólogos de instituciones públicas. Esta ventaja es especialmente significativa en ciertas áreas de estudio en que el diferencial va a más conforme pasan los años.
En la misma línea va el informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), los egresados de universidades privadas presentan una mayor tasa de afiliación como autónomos (11,1%) en comparación con los de universidades públicas (6,72%) cuatro años después de finalizar sus estudios. Además, tienen una mayor tasa de pertenencia al grupo de cotización de titulados (72,21% frente a 59,88%) y una base media de cotización anual superior en 3.426,3 euros.
En términos salariales, dicho trabajo indica que el 53,62% de los egresados de universidades privadas superan los 30.000 euros anuales en su base media de cotización, mientras que en las universidades públicas este porcentaje es del 38,11%. Asimismo, solo el 25,23% de los graduados de instituciones privadas tienen una base media de cotización anual inferior a 24.000 euros, en contraste con el 41,16% de los egresados de universidades públicas.
Por otro lado, otro estudio publicado por la Fundación BBVA y el IVIE en mayo de 2024 destaca que los titulados de máster han duplicado su presencia en el mercado laboral, pasando del 22% en 2013 al 42% en 2022. Estos titulados presentan ventajas significativas en el ajuste del puesto de trabajo a su nivel de estudios y en los salarios obtenidos, con una base de cotización media un 11% superior a la de los graduados.
En resumen, los datos evidencian que las universidades privadas en España ofrecen una formación de calidad que se traduce en una inserción laboral efectiva y en condiciones salariales competitivas para sus egresados. Estas instituciones desempeñan un papel fundamental en el panorama educativo español, contribuyendo al desarrollo profesional y económico del país. Lejos de ser "chiringuitos", hablamos de centros que logran mejores resultados que las universidades públicas, cuyo desempeño queda francamente por detrás de acuerdo con todos los estudios mencionados.
La izquierda y la educación
La izquierda política en España ha criticado en diversas ocasiones a las universidades privadas, calificándolas despectivamente como "chiringuitos". Sin embargo, esta postura que ahora pretende recuperar el gobierno de Sánchez resulta paradójica cuando se examinan ciertos casos que involucran a figuras destacadas de partidos como el PSOE y Podemos, quienes han estado implicados en controversias relacionadas con la gestión educativa.
Íñigo Errejón, líder de Más País y anteriormente miembro prominente de Podemos, fue objeto de polémica en 2014 debido a una beca de investigación en la Universidad de Málaga. Esta beca, financiada por la Junta de Andalucía, le otorgaba 1.845 euros mensuales por un trabajo que debía ser presencial y de 40 horas semanales. Sin embargo, se descubrió que Errejón no cumplía con estos requisitos, ya que simultáneamente desempeñaba funciones políticas en Madrid. Asimismo, se cuestionó el hecho de que apenas completase una fracción minúscula de las horas de trabajo que debía haber desempeñado. Este incumplimiento llevó a la universidad a expedientarlo y suspenderlo de empleo y sueldo.
Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, fue nombrada en 2018 directora del IE Africa Center, vinculado al Instituto de Empresa (IE) de Madrid. Su designación generó controversia debido a cuestionamientos sobre su formación académica y experiencia profesional. Investigaciones periodísticas señalaron que Gómez habría inflado su currículum, presentando como licenciatura un título obtenido en una academia privada sin validez oficial. Posteriormente, Gómez desarrolló un Máster en Transformación Social Competitiva en la Universidad Complutense por el cual está siendo investigada, bajo sospecha de posibles delitos de tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo.
Conocida es también la tela de araña que tejieron Juan Carlos Monedero y Pablo Iglesias en las facultades de la Universidad Complutense de Madrid, donde crearon un verdadero "fortín" comunista que luego emplearon para lanzar su partido político, Podemos, y conseguir la proyección que les valió millonarios contratos de consultoría con la dictadura venezolana. En el caso de Monedero, la UCM investigó pagos por valor de 425.000 euros por parte del "chavismo".