Un día después de que la central nuclear de Almaraz apagara sus dos reactores en una decisión inédita en más de cuarenta años, la central de Cofrentes, en Valencia, ha tomado idéntica medida alegando los mismos motivos: la elevada generación renovable y la inviabilidad económica por la caída de precios y la elevada carga de los impuestos.
Según la propietaria de la central, Iberdrola, "la central nuclear de Cofrentes es eficiente y competitiva, pero la elevada carga impositiva asfixia su viabilidad. Esta fiscalidad provoca que en ocasiones como la actual, de elevada generación renovable, las nucleares queden fuera del mercado eléctrico".
Este miércoles la nuclear produjo un 9,3 por ciento de la electricidad del día mientras que la eólica produjo un 36,6 %, la solarfotovoltaica un 22,2 % y la hidráulica un 17,4 %. Este jueves, la nuclear ha bajado a alrededor de un seis por ciento con la hidráulica y la eólica alcanzado picos del 23% y del 40%, respectivamente. Como mencionaban desde la central de Almaraz, a esta situación han contribuido las borrascas: la última, Olivier, ha dejado más lluvia y viento en toda España en el arranque de la Semana Santa, en que además cae la demanda eléctrica.
En estas circunstancias, los precios del pool eléctrico han encadenado varias sesiones por debajo de los 30 euros/megavatio hora (MWh), con franjas horarias a cero euros, valores próximos a cero o incluso en negativo. Las nucleares pagan impuestos y tasas por MWh generado y estiman que suponen unos 28 euros por megavatio hora, superando en este tipo de situaciones los precios de la electricidad en el mercado mayorista.
Desde Cofrentes señalan que "la central se encuentra en perfectas condiciones técnicas y seguridad" y que la parada se lleva a cabo "siguiendo los procesos habituales y los procedimientos establecidos".
Alerta de los empresarios
La parada del reactor de Cofrentes, que aporta el 3,13 por ciento de la electricidad en toda España y el 45% de la demanda en la Comunidad Valenciana, ha coincidido con la presentación de un informe de la Cámara de Comercio de Valencia que reclama la continuidad de la planta para "garantizar el suministro eléctrico estable y mantener la competitividad de más de 12.000 industrias valencianas".
Los empresarios reclaman "mantener abierta Cofrentes" más allá de la fecha prevista de cierre, 2030, y en línea con la demanda de los propietarios "revisar su fiscalidad para equipararla a las centrales de otros países europeos". "Sin la energía nuclear, el modelo industrial valenciano corre un grave peligro de colapso", señala el documento que subraya "el papel estratégico de la energía nuclear para garantizar energía limpia, asequible y estable, esencial para la reindustrialización de esta región y de España"
"En la Comunidad Valenciana, la industria altamente dependiente de la electricidad, compuesta por 12.254 empresas, genera 184.328 empleos (el 8,5% del empleo de la región). De estos, 11.512 son empleos por cuenta ajena. A estos habría que sumar 235.605 puestos de trabajos que podrían verse afectados de manera indirecta. Estas empresas consumen aproximadamente más de 6.700 megawatios/hora, lo que equivale al 84% de la energía que genera la central de Cofrentes, lo cual evidencia el déficit energético que provocaría el cierre de esta central, y por tanto, el riesgo en el que se incurre con esa decisión", destacan. También alertan de que el incremento del precio de la electricidad y su volatilidad "ha puesto en riesgo la continuidad de muchas de estas empresas, que se enfrentan costes en ocasiones inasumibles".
Por todo ello defienden las nucleares y Cofrentes en particular en su papel de "respaldo a renovables intermitentes" (que frente a periodos como el actual de altísima generación renovable también enfrentan horas y periodos de nula o escasa producción). Avisan también de la importancia de la nuclear para atraer "inversiones industriales gracias a los precios predecibles de la energía".
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