
Apenas el 5,4% de los madrileños considera que la limpieza es uno de los mayores problemas de la ciudad. Este porcentaje contrasta con la situación vivida en los años de gobierno de la comunista Manuela Carmena, cuando el 40% de los residentes en la Villa y Corte citaban esta cuestión como su principal preocupación.
La ruinosa herencia de Carmena obligó al actual equipo de gobierno municipal a revisar muy al alza los contratos en vigor. Así, José Luis Martínez Almeida elevó el presupuesto del contrato de limpieza de la ciudad y cerró en 2022 un acuerdo a seis años cuyo principal lote recayó en FCC y tiene un valor de 505 millones de euros, siendo el segundo más importante un contrato de 484 millones adjudicado a Sacyr, Acciona y OHL y recayendo el tercero en Urbaser y Prezero a cambio de 369 millones.
El crecimiento de los residuos gestionados (de 33.000 toneladas en 2016 a 75.000 en 2021) es uno de los principales motivos que obligaron al consistorio a realizar este ajuste al alza. A tenor de la fortísima caída en las quejas ciudadanas por la limpieza, la apuesta ha resultado exitosa. Sin embargo, esta mejora está ahora en entredicho debido a la huelga salvaje que han puesto en marcha los trabajadores del ramo y que ha dejado a los madrileños sin servicio de recogida de basuras por más de una semana, con los problemas de insalubridad que se derivan de semejante circunstancia.
El derecho de huelga está blindado en el ordenamiento jurídico de nuestro país, pero también lo está la obligación de cumplir con unos servicios mínimos que, en el caso de la recogida de basuras, deberían haber sido del 50%. De hecho, cuando empezó la huelga se comunicaron los días en que se interrumpiría el servicio y las fechas en que la limpieza se haría con normalidad. Ante esta circunstancia, Almeida ha empezado a tomar medidas.
De momento, y constatado el evidente incumplimiento de los servicios mínimos establecidos, el Ayuntamiento va a imponer una sanción de 1,6 millones de euros a las empresas encargadas del servicio de recogida de basuras. Además, en el Palacio de Correos están estudiando todas las alternativas posibles para encargarse, con medios propios o externos, de retirar las basuras de las calles de Madrid.
Los sindicatos que están llevando las negociaciones son CCOO y UGT, así como RSU. Las empresas no están por la labor de tolerar más tiempo el bloqueo y han amenazado con interponer una demanda contra el comité de huelga, considerando que la huelga ya es ilegal. Según ha trascendido, los sindicalistas que están liderando este parón salvaje y sin servicios mínimos podrían enfrentar una reclamación por 2,6 millones de euros. De hecho, las compañías afectadas anuncian que irán contra los bienes personales de los líderes del parón.
¿Qué puede hacer el Ayuntamiento si continúa el bloqueo? Al parecer, una de las opciones sería llamar a la Unidad Militar de Emergencias (UME) y, de esta forma, involucrar al Ejército en el proceso de limpieza de emergencia, tal y como ya se planteó en la huelga de basuras de 2013. Aquella propuesta no sentó bien a los trabajadores de la UME, que no se mostraron por la labor.