
El presidente del Gobierno ha optado, tras las horas críticas vividas en España, por atacar a la tecnología llamada a apagarse entre 2027 a 2035 frente a las voces que avisaban y siguen avisando de que el cierre puede producir apagones como el de ayer. En unas insólitas declaraciones trufadas de medias verdades, Pedro Sánchez ha asegurado que las nucleares "lejos de ser una solución han sido un problema" alegando entre otras cosas que aún no están en marcha, que estaban cerradas "por decisión de las empresas" o que se apagaron en el momento del apagón.
La primera mentira
En su declaración en Moncloa, mientras se resistía a descartar la hipótesis del ciberataque ya desechada por Red Eléctrica, Sánchez ha negado que hubiera "un problema de exceso de renovables o de demanda insatisfecha" pasando a cargar contra las centrales nucleares: "Quien lo vincula a la falta de nucleares, o miente o demuestra su ignorancia: la recuperación se ha logrado gracias a las interconexiones de Francia, de Marruecos, de las centrales de ciclo combinado y las centrales hidroeléctricas", ha señalado en alusión a que los reactores aún no se han conectado al sistema. "Lejos de ser una solución han sido un problema porque estaban apagadas y ha sido necesario desviar a ellas grandes cantidades de energía para mantener sus núcleos estables".
Con sus declaraciones, Sánchez aludía al hecho de que las centrales dieron orden de parada a los reactores en marcha en ese momento (Almaraz II, Ascó I y II, Vandellós II) siguiendo el protocolo vigente ante escenarios de "cero de la red eléctrica". Con la parada se detiene la reacción en cadena del reactor y entran en funcionamiento los generadores diésel de emergencia capaces de mantener los sistemas esenciales y de seguridad.
Como señala el divulgador Alfredo García @OperadorNuclear, esa supuesta desviación de "grandes cantidades de energía" a las centrales "es mentira": "Las centrales nucleares no necesitaron energía eléctrica exterior al parar. Arrancaron sus generadores diésel de emergencia automáticamente y proporcionaron la energía para extraer el calor residual y mantener la parada segura. Solo durante la tarde, cuando la red ya comenzaba a recuperarse, comenzaron a recibir energía eléctrica de la red y pudieron parar los generadores diésel".
Según notificó el Consejo de Seguridad Nacional, desde la tarde del lunes las centrales comenzaron a prepararse para la recuperación de su alimentación eléctrica desde el exterior y desde las 18.30 de ayer hasta las 3.15 horas de hoy las centrales fueron recuperando la conexión. Los reactores Vandellós II y Ascó I ya están preparándose "para sincronizarse a la red eléctrica" en "las próximas horas" mientras Ascó II permanecerá parada dada la inminencia de los planes de recarga. En cuanto a Almaraz, desde la central han anunciado que la Unidad II "ha sido requerida por Red Eléctrica Española para arrancar de manera urgente y está prevista su conexión a la red eléctrica nacional en las próximas horas".
Nucleares "resilientes"
Por otro lado, mientras de forma prácticamente unánime se está hablando de la estabilidad que necesita la red para evitar episodios como el de ayer y cómo la proporcionan las térmicas, la hidroeléctrica y también las nucleares, Sánchez ha preferido fijarse no en el antes sino en el después insinuando que la nuclear falló: "Lo que hemos visto es que había generación nuclear funcionando justo antes de la caída del sistema: había generación nuclear y se desconectó al igual que el resto de tecnologías. Por tanto, la generación nuclear no fue más resiliente que cualquier otra fuente de generación".
Según precisa a LD García, operador y supervisor en Ascó, "el suceso iniciador todavía se desconoce, pero ese evento causó una variación brusca de la frecuencia. Una parte importante de la producción renovable se desconectó para protegerse ante las oscilaciones de frecuencia, porque no tiene inercia, es incapaz de amortiguarlas. Eso agravó el problema, obligando a caer a toda la red. Las nucleares se quedaron sin demanda y se desconectaron como el resto de productores".
En la misma línea, el también divulgador y físico Manuel Fernández Ordóñez señala que "todas las centrales tienen protecciones para no dañar sus sistemas: si hay una variación de frecuencias las nucleares se van a desconectar como todas".
Evitar el apagón
Sánchez también ha afirmado que "con mayor dependencia nuclear la recuperación no hubiera sido tan rápida, hubiera sido mucho mas lenta", en alusión a que en una situación de cero eléctrico, las centrales más rápidas en reaccionar son las hidroeléctricas y el ciclo combinado mientras que las nucleares tienen plazos más largos para reconectarse a la red.
Al argumento se le puede dar la vuelta señalando que con las centrales en marcha (dos reactores continuaban parados por inviabilidad económica) la posibilidad de estos incidentes es menor: "Con más generadores síncronos con mucha inercia como las nucleares, hidráulica o gas, la perturbación en la red habría tenido muchas más probabilidades de mitigarse y evitar el apagón", afirma García.
Al respecto, Fernández Ordóñez insiste en que "no se puede echar ni de lejos la culpa a las nucleares" y señala el caso de Francia. El apagón español tiró "la red del sur de Francia, pero se desconectaron de España y gracias a la inercia rotativa de su sistema, que se fundamenta en nucleares, levantaron el sistema rapidísimo, con un blackout de minutos cuando aquí estuvimos diez horas porque se nos cayó el sistema completo".
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