
El Gobierno de Pedro Sánchez, ha regado con 340 millones de euros a Marruecos para la construcción de la megadesaladora de Casablanca. Se trata del mayor proyecto de este tipo en África, liderado por un consorcio del que forma parte la empresa española Acciona, presidida por José Manuel Entrecanales.
La infraestructura, que beneficiará a 7,5 millones de personas, tendrá una capacidad de producción de hasta 838.000 metros cúbicos de agua al día, equivalentes a 300 millones de metros cúbicos anuales. La planta se construye en el sur de Casablanca, y su primera fase —con 548.000 m³ diarios— se prevé entregar en febrero de 2027, mientras que la segunda —de 274.000 m³ diarios— lo hará en agosto de 2028. Las obras, que ya avanzan un 20 %, fueron inauguradas en junio de 2024 por el príncipe heredero Mulay Hassan.
El apoyo financiero de España se canaliza a través de tres instrumentos públicos:
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FIEM (Fondo para la Internacionalización de la Empresa): 250 millones de euros en créditos para diseño, construcción y operación.
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CESCE (Agencia de Crédito a la Exportación): cobertura de hasta el 80 % de otro tramo de financiación de 70 millones.
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FIEX (Fondo para Inversiones en el Exterior, gestionado por Cofides): 31 millones de euros para la aportación de Acciona al capital del consorcio.
Durante la ceremonia institucional celebrada este miércoles en Casablanca, la secretaria de Estado de Comercio, Amparo López Senovilla, calificó el proyecto de "estructural", "ambicioso" y "relevante", destacando que representa una apuesta por la "gestión hídrica sostenible y por la innovación tecnológica", ya que será alimentado por "energías renovables".
Junto a ella participaron en el acto la ministra marroquí de Economía y Finanzas, Nadia Fettah Alaoui, el embajador de España en Marruecos, Enrique Ojeda Vila, el director general de la Oficina Nacional de Electricidad y Agua Potable (ONEE), Tarik Hamane, y representantes de varias empresas de ambos países.
Según la ministra marroquí, la planta forma parte de la estrategia nacional de gestión sostenible del agua, que prevé movilizar 1.700 millones de metros cúbicos anuales mediante una red de una veintena de desaladoras hasta 2030, frente a los actuales 320 millones.
El Gobierno de Sánchez ha presentado este apoyo como un gesto de cooperación estratégica y confianza mutua entre ambos países. Desde el Ministerio de Comercio se ha remarcado que más de 350 empresas españolas operan en Marruecos, participando en proyectos clave y generando empleo.
Sequía en España
Este fuerte respaldo económico contrasta con los problemas hídricos en provincias españolas como Málaga o Almería , donde desaladoras como la de Bajo Almanzora llevan 13 años sin funcionar debido a la falta de inversión y retrasos en su reparación. Y es que, mientras el Gobierno financia faraónicas infraestructuras hidráulicas en Marruecos, numerosas regiones de España sufren restricciones y carencias en el acceso al agua.
Además, el estado de las infraestructuras nacionales —desde el sistema ferroviario hasta las carreteras— es cada vez más obsoleto y desgastado dejando a España en situaciones tercermundistas como con el apagón. Las señales de "firme en mal estado" son ya habituales en las vías nacionales, y la patronal Seopan calcula que se necesitan cerca de 200.000 millones de euros para poner al día las infraestructuras de agua, energía, transporte y equipamiento público.
En definitiva, mientras el Gobierno de Sánchez no invierte en las infraestructuras españolas y destruye presas causando más falta de agua a los españoles, riega de millones a Mohamed VI para que Marruecos construya megasaladoras.