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Diego Sánchez de la Cruz

Capitalismo y cisnes negros: aprendiendo a amar la volatilidad

Nassim Taleb, célebre por su libro “El cisne negro”, ha firmado recientemente un estupendo artículo de opinión en el Wall Street Journal, titulado “Aprendiendo a amar la volatilidad”. En dicha tribuna nos invita a aceptar la naturaleza cambiante e impredecible de nuestro mundo como primer paso para consolidar y afianzar una economía más sana.

El autor de origen libanés nos recuerda que los cisnes negros son esos acontecimientos que no hemos anticipado, pero tienen consecuencias significativas. Taleb parte de que no podemos planificarlo todo y que los sucesos improbables son capaces de echar al traste todos nuestros “modelos”. Por eso nos recuerda que a diario tomamos decisiones arriesgadas, quizá porque asumimos que todo es más cierto, seguro y predecible de lo que realmente es.

Este análisis aplica especialmente a quienes siguen pensando que es posible  “ordenar” la economía de acuerdo con un plan central. Quienes se atribuyen esa virtud olvidan que el mercado se desarrolla a través de acciones individuales que no es posible definir a priori. Por eso, solamente desde un punto de vista más humilde podemos comprender mejor el orden espontáneo que se da en el mercado.

En este sentido, los cisnes negros dejan de resultarnos total y absolutamente sorprendentes una vez abandonamos el pensamiento característico de los ingenieros sociales y comprendemos que el mercado es un proceso basado en la libertad y el cambio continuo. En palabras de Taleb, “para poder lidiar con el cisne negro, lo que necesitamos hacer es aceptar la volatilidad”.

Evidentemente, la certidumbre vende más que la incertidumbre. Queremos vivir seguros, sin enfrentar grandes cambios. Partimos de que el progreso conseguido desde los años de la Revolución Industrial es más que suficiente para garantizar el “fin de la historia”. De acuerdo con la mentalidad dominante, la economía ya no es cuestión de producción, sino de redistribución. Por eso nos sorprenden tanto los cisnes negros, porque pensamos que la prosperidad puede ser garantizada, que podemos hacer estático lo dinámico… y, por supuesto, nos equivocamos.

Taleb sugiere en su artículo diferentes reglas de acción política para aprender a aceptar la volatilidad innata del mercado y, de esta forma, dejar atrás las ideas del dirigismo económico que nos llevan a una falsa sensación de seguridad. La primera sería aceptar que nuestros sueños de estabilidad son solamente eso: sueños. Aunque actuemos con buenas intenciones, dirigir la economía acaba teniendo consecuencias inesperadas. “Esa es la mentalidad con la que Alan Greenspan actuaba cuando inyectaba dinero barato en la economía: quería suavizar las fluctuaciones económicas. Sin embargo, esto acabó llevándonos eventualmente a un monstruoso escenario de deuda y burbujas”, afirma.

En este sentido, el artículo publicado por el Wall Street Journal explica que, cuanto mayor sea el grado de intervención en la economía, más difícil será adaptarse a esos cisnes negros que, tarde o temprano, acabarán llegando. Taleb sugiere “limitar el Estado y sus intervenciones a las necesidades más puntuales y urgentes”, y critica que hoy entendamos que el sector público debe actuar como una gran “niñera”.

Otro consejo recogido en el artículo pide que el sistema económico fomente la innovación permitiendo que las empresas que funcionan desplacen a las que no hacen las cosas bien. En este sentido, pide que las crisis bancarias no se salden en “rescates”, y recomienda plantear este tipo de actuaciones pensando en “reducir la deuda acumulada y convertirla en capital”. Planteando estos asuntos, Taleb toca dos aspectos que debemos tener muy en cuenta si queremos entender los auténticos fundamentos de la economía de mercado:

- Por un lado está la necesidad de aceptar el proceso de destrucción creadora del que nos habló Schumpeter, y esto implica abrazar la competencia y dejar que sean los consumidores los que dicten, con sus decisiones, qué empresas merecen seguir funcionando.
- Por otro lado está  el funcionamiento del sistema financiero, cuya naturaleza actual complica enormemente el proceso de destrucción creadora. En este sentido, una forma de introducir más competencia en el sistema sería acabar con los “rescates” y, en su lugar, aplicar medidas como la conversión de acreedores en accionistas (bail-in).

También habla el artículo de fomentar la “descentralización de las decisiones y los proyectos al menor número de unidades posible”.  Nassim Taleb pone Suiza como ejemplo, y defiende que las instituciones públicas sean pequeñas y cercanas a los gobernados. En este sentido, cabe destacar que la propuesta de Taleb coincide con los proyectos de “ciudades libres” o “ciudades chárter” que tanto han dado que hablar en los últimos años.

Por último, el artículo publicado por el Wall Street Journal habla también de empezar a entender la innovación en términos prácticos y no académicos. Taleb entiende que “tenemos una consideración demasiado optimista de la influencia y la importancia del análisis académico en los procesos de desarrollo tecnológico”, y llama a acabar con el “modelo burocrático” que hoy domina este ámbito. Taleb afirma que “la innovación no se enseña”, y vuelve a defender que sea la volatilidad característica de los intentos exitosos y fallidos la que encabece los procesos de cambio.

Dejando atrás el fetichismo por la seguridad y asumiendo la naturaleza espontánea del mercado seremos un poco más capaces de actuar con más prudencia e inteligencia la próxima vez que nos encontremos ante un cisne negro. Si aprendemos a amar la volatilidad, entenderemos por fin la compleja disciplina de la destrucción creadora que tan buenos resultados ofrece cuando permitimos su funcionamiento a largo plazo.

De este modo estaremos preparados para sentar los cimientos de un capitalismo más sólido y menos distorsionado. Así, palabras como competencia o riesgo dejarán de intimidarnos. Y este es el primer paso para desatar el enorme potencial de desarrollo socioeconómico que nos sigue ofreciendo el capitalismo.

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