Colabora


Diego Sánchez de la Cruz

La Europa improductiva

Desde la década de los 80, la brecha productiva entre Europa y EEUU no ha parado de crecer, generando un lento empobrecimiento del viejo continente que ahora, en plena crisis económica, se ha hecho más evidente. Los datos, siempre tozudos, venían anticipando esta preocupante tendencia desde hace tiempo. Un ejemplo: comparemos el número de horas trabajadas en Francia y EEUU. Allá por 1970, la ratio era favorable a los galos, que laboraban 105 horas por cada 100 horas de trabajo en EEUU. A mediados de la década pasada, la diferencia se había esfumado, y llegado el año 2004, los estadounidenses ya trabajaban un 50% más que los alemanes, franceses o italianos.

En su fantástico libro “La economía no miente”, Guy Sorman analiza este fenómeno y llega a la conclusión de que los impuestos son la principal razón por la que Europa ha vivido este lento empobrecimiento. Su argumento está sustentado en los trabajos del economista Edward Prescott.

Ganador del Nobel de Economía en 2004, Prescott ha estudiado la evolución de los impuestos al trabajo durante el mismo periodo de tiempo al que hemos hecho referencia anteriormente. Sus estudios han demostrado que, si volvemos la vista atrás y nos situamos de nuevo en 1980, encontramos que tanto las contribuciones como las cotizaciones eran prácticamente idénticas a ambos lados del Atlántico.

La diferencia, pues, sería el mayor aumento de dichas cargas fiscales que han experimentado los países europeos durante este periodo. Por este motivo, no debería sorprendernos que un trabajador estadounidense produzca un 40% más. Al fin y al cabo, los impuestos a los que nos enfrentamos los europeos no animan a producir más, sino todo lo contrario, ya que retienen alrededor del 60% de las ganancias del trabajador, un porcentaje superior al 40% que se observa en EEUU. Así pues, tal y como explica Guy Sorman, la presión fiscal sería suficiente para explicar la elección implícita de los europeos a la hora de trabajar menos.

Al margen de la dañina influencia que tiene la elevada presión fiscal sobre el empleo, también es importante abordar la preocupante evolución de la productividad y los salarios en la UE. Nuestro país, España, es un caso de estudio para este punto, ya que alberga un arcaico modelo de relaciones laborales que legitima aumentos salariales sin importar el rendimiento productivo de los trabajadores. La gráfica siguiente, elaborada con datos de la OCDE, demuestra que durante la última década, los salarios de los españoles han subido muy por encima de su rendimiento productivo, generando así una distorsión que ahora estamos pagando.


Por todo lo anterior, es cada vez más preocupante que Europa se muestre incapaz de promover una agenda de cambio y liberalización como la que proponen Sorman y Prescott. El panorama político se ha desplazado hacia posiciones tan intervencionistas que, según datos de Eurostat, el gasto público medio de la UE ya ronda el 51% del PIB. Si no asumimos que esta tendencia es insostenible, será imposible abordar las reformas que necesita Europa.

La conversación sigue en Twitter: #LET (Liberales en Twitter), #NoMasImpuestos.

Lo más popular

  1. Crece en el mercado el temor a que el Gobierno esté detrás de la operación BBVA-Sabadell
  2. La infancia de Vicente Vallés en una chabola antes de su romance con una de sus grandes rivales
  3. La gran "mentira" que se esconde detrás del supuesto informe de la ONU contra las leyes de concordia de PP y Vox
  4. Cinco años de enriquecimiento de los Sánchez: de Begoña a su hermano, pasando por el gestor de la empresa de sus padres
  5. Ana Rosa se enfrenta al organizador de la orgía del Viña Rock: "Lecciones, las mínimas"

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario