Este verano, la Comunidad de Madrid culminó años de progresiva liberalización comercial aprobando la abolición total de aquellos límites que seguían vigentes. Así, desde el 15 de julio, los comerciantes madrileños pueden abrir sus locales los días y las horas que consideren oportuno.
El entonces Consejero de Economía del gobierno autonómico, que aún estaba presidido por Esperanza Aguirre en aquellas fechas, defendió que la liberalización de horarios crearía “unos 20.000 puestos de trabajo” en Madrid. Pues bien, los datos del Instituto Nacional de Estadística demuestran que no iba desencaminado: solamente entre junio y septiembre, el número de personas empleadas por los comercios de la región madrileña ha crecido un 3%, pasando de 249.450 a 257.108.
Esos 7.658 nuevos puestos de trabajo representan casi el 40% de los 20.000 empleos que, según los cálculos del gobierno regional, serán creados en la Comunidad de Madrid durante los próximos meses. Por supuesto, que en apenas tres meses se haya dado este salto invita a pensar que la meta del gobierno popular, ahora encabezado por Ignacio González, podría verse superada con crecer con el paso del tiempo.
Estas cifras contrastan con los datos del resto de España, donde ni siquiera el “efecto verano” evitó una caída equivalente al 1,1%. Así, el número total de trabajadores del sector cayó de 1.802.696 a 1.784.436 personas en apenas un trimestre.
Comparando los datos de Madrid con los de Cataluña podemos comprobar mejor el efecto de la liberalización comercial: frente a los 7.658 empleos creados en Madrid, Cataluña experimentó la destrucción de 4.608 puestos de trabajo, equivalente al 2,6% del sector. En cuanto a la tasa de paro del sector, encontramos que a mediados de 2012, el paro en el comercio madrileño era del 8,3% mientras que en Cataluña ascendía al 12,1%. Por supuesto, la comparación con Cataluña no es aleatoria: dicha región ha apostado tradicionalmente por un paradigma más restrictivo en el ámbito de la libertad comercial.
Si bien la libertad total de horarios y apertura llegó hace algunos meses a la Comunidad de Madrid, lo cierto es que el gobierno de la región ya venía acumulando diferentes reformas en este sentido desde hace casi una década.
Conforme Madrid fue flexibilizando sus normativas, la creación de empleo en el sector empezó a coger impulso de manera significativa. Así, el número de ocupados en este ámbito económico creció un 34% entre 2002 y 2012, dato muy superior al 21% registrado en el resto del país durante el mismo periodo. De hecho, a lo largo de la última década, el crecimiento en el número de locales comerciales que ha vivido la región madrileña ha sido del 1,6% frente al -1,8% registrado en el resto de España.
La UNED publicó a mediados de 2012 el informe sobre la Estimación del Impacto Económico de las Medidas Liberalizadoras en el sector de la distribución comercial. Dicho estudio apunta que las medidas de flexibilización comercial aprobadas en julio por el gobierno central tienen el potencial de crear 162.000 nuevos puestos de trabajo, al calor de un repunte del crecimiento económico equivalente a 8.263 millones de euros (el 0,78% del PIB).
Dichas medidas, impulsadas por la Secretaría de Estado de Comercio que coordina Jaime García-Legaz, contemplan una liberalización total en las llamadas “zonas de gran afluencia turística”, un aumento del número de horas de apertura de 72 a 90 en el resto de municipios, y la ampliación de ocho a diez días en el tope de domingos y festivos susceptibles de apertura.
El informe de la UNED apunta que ir más allá y aprobar una liberalización más profunda se traduciría en un incremento del PIB equivalente al 1,63%. Así, la economía española crecería en 17.187 millones de euros y generaría hasta 337.000 nuevos empleos. Hablamos, por lo tanto, de un impulso muy significativo en un sector que necesita un “shock” de competitividad para volver a crear empleo y prosperidad.
Si les interesa este tema, les recomiendo mi anterior artículo sobre este asunto: “Boyer, Aguirre y libertad de horarios“.