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Los 7 indicadores que guían a Bernanke

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En tiempos de incertidumbre, ausencia de reglas y discrecionalidad generalizada, predecir los movimientos de los bancos centrales se antoja casi imposible. El VP de PIMCO, Tony Crescenzi, ha firmado una interesante nota en la que asume el reto y apunta a siete indicadores que pueden ayudarnos a anticipar los movimientos de la Reserva Federal.

Esos indicadores tienen mucho que ver con los objetivos últimos del banco central estadounidense, que vienen siendo dos: maximizar el empleo y conseguir la estabilidad de precios. Hay problemas fundamentales con ambos elementos, ya que la varita mágica de la FED ni crea trabajo ni entiende que la verdadera estabilidad de precios implica, en ocasiones, su bajada.

En cualquier caso, el propósito de esto texto no es conseguir que Bernanke y sus colegas entiendan que la planificación central del dinero no nos sacará de la crisis. Por tanto, centrémonos en identificar esas siete variables que pueden anticipar algunos de los movimientos de la Reserva Federal.

Veamos: la propia FED ha señalado que la tasa de paro es uno de los indicadores que más determina sus modificaciones. El banco central estadounidense ha indicado que es optimista en este sentido pero ¿cuál es el punto en el cual se retiraría el estímulo monetario? Probablemente un nivel oficial de paro en el entorno del 6% podría ser la respuesta. En este sentido, Bernanke ha señalado que faltan años para llegar a ese punto.

La evolución mensual del empleo del sector privado, medida cada 30 días y expresada en miles de personas, es el segundo de los indicadores. La tendencia  fue claramente negativa entre 2007 y 2009, periodo que dio paso a una frágil recuperación.

En este sentido, el VP de PIMCO ha destacado que este número tiende a ofrecer mejores datos en invierno y peores en verano. Así, la posible recuperación que se habría dado entre septiembre de 2011 y marzo de 2012 quedó en evidencia entre abril y septiembre… y algo parecido podría volver a ocurrir en los próximos meses. Por eso, en este indicador tampoco parece que la FED pueda llegar a plantearse un cambio radical.

El empleo en la construcción sería el tercer indicador de referencia. Este sector tuvo en febrero su mejor mes en seis años, pero su conexión con los estímulos monetarios dirigidos al ámbito inmobiliario es tan significativa que la propia FED debería tomarse estos datos con especial cautela.

El índice mensual de nuevos desempleados también tiene especial relevancia para la FED, ya que Bernanke y su equipo están especialmente atentos a la publicación de este tipo de estadísticas. En este ámbito la tendencia sí es razonablemente positiva, lo que quizá podría invitar a la Reserva Federal a retirar parte del estímulo.

No obstante, la duración del desempleo no para de crecer. El quinto indicador lo mide en numero de semanas, y ha saltado de 20 a 40 en la última década. Es evidente que esta tendencia tiene un coste social y político muy elevado, y ante semejante panorama es probable que la FED vaya a insistir en el estímulo en vez de replegar velas y parar el helicóptero.

Casi cinco millones de personas llevan sin trabajo más de seis meses, un drama para una economía razonablemente flexible como la de EEUU. Además, al propio Ben Bernanke le gusta tomar como referencia este indicador mucho más que otros de los incluidos en este “top 7”.

La ratio de personas ocupadas/población pone en relación el crecimiento del empleo y la evolución demográfica. En este sentido, la gráfica nos muestra un panorama plano, sin recuperación de ningún tipo, por lo que la FED tenderá a pensar que es conveniente mantener el estímulo.

Por último, el número de gente que entra en la tasa de paro U-6 está también en la mente de los dirigentes de la FED. Este indicador incluye a quienes trabajan a tiempo parcial pero desean un empleo a tiempo completo, así como a las personas que han dejado de buscar trabajo porque no pueden encontrar un puesto a su medida. Los números aquí tampoco son para tirar cohetes.

Así las cosas, haciendo balance, parece evidente que ninguno de los indicadores de la FED muestra una recuperación sólida. Esto puede llevar a Ben Bernanke a pensar que es necesario mantener la apuesta por la expansión monetaria. Todo depende, al fin y al cabo, de lo que pasa por su mente: si está convencido de que la Reserva Federal puede rectificar todos estos indicadores a base de imprimir dinero, seguirá imprimiendo dinero.

El problema es que esta hipótesis es más que dudosa. A lo sumo, la FED puede atemperar los ciclos, pero desde luego que no puede rectificarlos y cambiarlos a su antojo. Peor aún, las políticas de estabilización monetaria están impidiendo una reconversión económica completa y, además, corren el peligro de generar más inflación y de inflar nuevas burbujas.

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