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Pero, ¿habría suficiente oro?

El patrón oro no es un buen ejemplo de patrón monetario rígido, pero, aun en el caso de que lo fuera, el sistema económico podría seguir funcionando perfectamente.

berdonio dijo el día 3 de Julio de 2011 a las 21:16:

Herbert:

Cometí un grave error de concepto. El dinero no es deuda, al menos no el dinero bien entendido, sino sólo un líquido depósito de valor, un medio de facilitar los intercambios; y no puede ni debe ser otra cosa. El problema surge, precisamente, cuando el poder político lo convierte en deuda al margen de la ley de la oferta y la demanda, es decir, distorsionando el equilibrio entre el ahorro presente y los proyectos de inversión. El problema viene cuando se crea dinero deuda, o sea, dinero inflacionario.

En realidad, la cuestión clave no es patrón oro vs. dinero fiduciario. Si fuera posible crear dinero fiduciario infalsificable por los Estados, de imposible creación ex nihilo, serviría igual. O sea, lo importante no es si el dinero tiene o no otro valor de uso aparte de su valor de cambio, sino que no se pueda introducir de manera discrecional.

Precisamente su error de fondo radica en suponer que el dinero tiene que ser deuda, confusión en la que eventualmente yo también caí. El dinero no puede ser una promesa de bienes y servicios futuros, que sería una demanda de financiación, sino garantía de acceso a los ya presentes y disponibles. Una cosa es la disposición genérica pero actual de activos reales (dinero) y otra la confianza en una futura posesión de los mismos a cambio, por lo general, de interés (crédito). Ambos conceptos no se pueden mezclar, no se puede convertir el dinero en una financiación encubierta como hacen los Estados desligados del patrón oro. Un ejemplo sencillo: supongamos que un propietario de unos grandes almacenes pone en curso su propio “dinero”, unos vales canjeables por los numerosos bienes y servicios que produce; paga con ellos a proveedores y a otros negociantes que los aceptan; ¿qué pensaríamos si se creara vales sin respaldo real, sin mercancías tangibles ya disponibles? Pues que estaría estafando a la gente, ya que en vez de hacer pagos reales solicitaría crédito subrepticio. Eso es lo que hacen los Estados cuando ponen en curso moneda sin respaldo en activos tangibles. Y el problema, quede claro, no es que la moneda sea fiduciaria sino que carece de respaldo. La ventaja del oro como dinero es que no se puede sacar de la chistera.

Por tanto, ese discurso suyo sobre la problemática del oro como moneda al unir al valor deuda un valor extra que depende del mercado de metales preciosos carece de sentido: utilizar el dinero como deuda es un fraude. El oro como dinero tiene un valor de cambio (no de deuda) que incorpora el valor como metal precioso sin ningún conflicto ni interferencia: el segundo aumenta el primero como cualquier valor de uso sobrevenido aumenta el valor de cambio de cualquier bien escaso ¿Qué problema hay en que se revalorice una moneda? El problema es que se devalúe.

Otra cosa. Afirma usted que doy por supuesto que la expansión crediticia no puede darse en una economía que utilice el oro como patrón monetario. ¿Dónde he dicho yo eso? Señálemelo, se lo ruego. Lo que sí dije es que no toda expansión crediticia es generada por el dinero fiduciario (inflacionario), pero echar gasolina al fuego no ayuda.

Ralpher dijo el día 27 de Junio de 2011 a las 22:22:

berdonio. Mira que te gustan los argumentos farragosos a tí que precisamente cierras tu argumento con la proclama "menos fárrago".

El dinero fiduciario no es "basicamente" deuda garantizada por convención social. Empiezas con un reduccionismo harto peligroso, pues le quitas al dinero parte importante de sus funciones con el sólo objeto de continuar con tu argumentación. En todo caso sería depósito de valor y medio de facilitar el intercambio sostenido por la fe -o confianza- de los tenedores de los billetes en su valor de cambio en el momento de necesitar utilizarlos para adquirir algún bien o servicio.

Luego continúas metiendo supuestos muy restrictivos cuando hablas de dos individuos que comercian entre sí pudiendo el tenedor de los títulos endosárselos sólo a los deudores del otro.

Finalmente, y para justificar la necesidad de volver al patron oro, utilizas una jerga para nada técnica y sí muy falta de lógica cuando dices "El gran problema es que no hay medios de producción suficientes ni todos los particulares son lo adecuadamente eficaces para culminar con éxito sus proyectos, es decir, la operación descrita no se puede generalizar a tontas y a locas. Si el Estado se dedica a crear “avales” al margen del mercado el desastre está asegurado: tras la fase inicial de euforia viene la depresión. En esto consisten “a la pata la llana” los ciclos económicos causados por la expansión crediticia, uno de cuyos detonantes es precisamente el dinero fiduciario". Pero, ¿quien generaliza a tontas y a locas?. En todo caso tu al decir eso. ¿Desde cuando el Estado crea avales cuando presta el dinero nuevo a los intermediarios financieros? Estos han de pasar estrictos controles para acceder a las subastas -cualquiera no puede acceder- y han de devolver el dinero so pena de fuertes multas económicas. ¿Y desde cuando lo hace al margen del mercado? todo el que accede a las subastas lo hace guiado por unas necesidades marcadas por el mercado ya que tiene que rentabilizar lo obtenido del banco emisor. Lo de usar la expresión "a la pata la llana" para resumir un proceso tan complejo y tan poco terminado teóricamente como un ciclo económico va en paralelo a querer desacreditar la creación del dinero fiduciario como "uno" de los detonantes de la expansión crediticia precursora del recalentamiento de la economía.

Me gusta discutir de economía pero con gente que no desacredita los argumentos contrarios con este tipo de expresiones tan básicas. A ver si la próxima vez afinamos un poco más.

ralpherns wordpress.com - Esta crisis que nadie entiende

Herbert dijo el día 27 de Junio de 2011 a las 21:26:

Ralpher decía: "Herbert. Muy de acuerdo en gran parte de tus argumentos. Sólo hacerte tres apreciaciones".

Matizaría varias cosas, pero acepto sus apreciaciones encantado, con las que en general estoy de acuerdo. Me escudo en que no se puede hacer una exposición completa y con todo lujo de detalles en una conversación como la que mantenemos, ni tampoco se puede tener en la cabeza cada cuestión de cierta importancia sobre cada argumento.

Además, a pesar de que intente uno simplificar, en esta clase de debates no es difícil aparecer como farragoso. Estos temas, aunque no sean de tan complicado razonamiento, son inevitablemente farragosos de explicar, algo a lo que nuestro compañero berdonio ya debería estar acostumbrado.

Así mismo, pecar de exagerado puede a veces muy bien servir para hacer los textos más comprensibles y también menos pesados, aunque puedan parecer demasiado radicales (¿Quien no se ha pasado alguna vez un pelin?).

Herbert dijo el día 27 de Junio de 2011 a las 21:09:

berdonio: ¿Quiere simplificar? Me encanta simplificar. Simplifiquemos:

Usted mismo lo ha dicho, el dinero es deuda. Diría más, el dinero TIENE que ser deuda, sólo deuda y nada más que deuda. La deuda tiene su mercado; en este caso el mercado monetario.

Si a esa deuda unimos indisolublemente un valor extra, que depende de una oferta y una demanda diferentes (otro mercado, en este caso el de metales preciosos), ya tenemos el lío servido. La gente no podrá comerciar con esa deuda en el mercado teniendo en cuenta únicamente su valor, sino la suma del valor de la deuda más el valor del bien que la soporta, que en el caso del que hablamos sería el oro.

Cuando aumentase la demanda de deuda, aumentaría paralelamente la demanda del bien que la soporta, y el precio del conjunto se incrementaría no con respecto a la oferta y demanda de la deuda, sino con respecto a la suma de las demandas y ofertas del bien soporte más la deuda. Esto es lo que los asturianos llaman "mezclar fabes con castañes", algo que intuitivamente se considera insensato.

Como resulta que el oro no puede fabricarse, tenemos un bien cuya oferta es en extremo rígida. Osea, cuando aumenta la demanda de deuda (dinero), se dispara el valor de su soporte (el valor del oro). Las consecuencias no sólo ya han sido de sobra explicadas, sino que son evidentes. Insisto, estudie la historia monetaria cuando los metales preciosos eran moneda de curso legal en todas partes, y verá que sus precios relativos a los bienes siempre han sido verdaderos tiovivos.

Por otra parte, está dando usted por supuesto cosas que no son ciertas, como que la expansión crediticia no puede darse en una economía que utilice el oro como patrón monetario o como moneda de cambio. Naturalmente que pueden darse, y el mismo Sr. Rallo ha explicado en su artículo los mecanismos para ello.

Utilizar el oro como moneda no es garantía de estabilidad monetaria, ni de que no se producirán crisis por expansiones crediticias indeseadas, sino, simplemente, que tales expansiones crediticias no serán consecuencia de las equivocaciones o las políticas disparatadas de los bancos centrales. Esto no estaría mal, sino fuera porque el oro introduce muchos otros factores que no reducen, sino que aumentan, la volatilidad del dinero.

Ralpher dijo el día 27 de Junio de 2011 a las 20:07:

Siento el formato del texto anterior. A ver si ahora sale bien.

simonp. A pesar de que no estoy de acuerdo con lo que expone el texto de Juan Ramón, te diré que creo que en Economía hace falta más teoría y menos modelos matemáticos llenos de supuestos irreales o demasiado limitadores. Necesitamos tesis con mas sustancia y menos modelitis que no lleva a ninguna parte. La totalidad de los modelos económicos existentes adolece de falta de teoría y va sobrada de matemáticas y econometría. Esto último es necesario, pero cuando hay un modelo que contrastar.

menorqui. Por favor no simplifiques las razones que hicieron de los EEUU la primera potencia mundial. La caída de precios allí fué consecuencia del aumento del número y tamaño de las empresas, la mejora de los transportes y la competencia internacional y no precísamente debida a la falta de oro. Grandes recursos naturales, un mercado interno de gran crecimiento, unas empresas competitivas y un sistema económico con unas reglas estables y que facilitaban la libertad de empresa fue lo que hizo de los EEUU la economía más prospera del planeta a finales del siglo XX.

DeElea. Tienes una empanada mental que deberías mirarte. Unas lecciones de Historia Económica te vendrían bien para empezar.

Askari. Y yo te recomiendo leerte él premio Pullitzer de economía 2010, titulado 'Los Señores de las Finanzas" y escrito por Liquat Ahamed, en el que queda bien explicado los problemas que el patrón oro causó a las economías desarrolladas durante los años previos y posteriores al crack de 1929. Es un poco lioso en algunos episodios por el abuso que hace el autor de los viajes en el espacio sin avisar, pero muy entretenido e iluminador sobre una etapa de nuestra historia que no debemos olvidar.

donelys. El "impuesto invisible" lo pagan aquellos cuyos salarios no crecen en la misma medida que la inflación.

Herbert. Muy de acuerdo en gran parte de tus argumentos. Sólo hacerte tres apreciaciones.

En primer lugar, todo crecimiento genera un cierto estress en los mercado que viene a saldarse con un natural aumento de los precios. Esto es debido a que la oferta suele tardar en aumentar cuando se producen aumentos considerables en la demanda, lo hace a saltos en función de la capacidad productiva utilizada y, mientras que lo hace suelen aparecer nuevos cambios en la demanda. Ello provoca que los fabricantes tiendan a aumentar los precios antes de aumentar la oferta y que esperen a aumentar la oferta en función del grado de competencia en sus mercados. Tambien sucede que los fabricantes son precavidos y suelen esperar a ver que el aumento de la demanda es estable para proceder a invertir en el aumento de su capacidad productiva. Por eso se habla de que una inflación en torno a un 2% refleja una economía en crecimiento pero sin recalentamiento de precios.

En segundo lugar, cuando hablas de las referencias claras que hay que tomar de la economía real para que la cantidad de dinero en circulación crezca sin crear tensiones inflacionarias me gustaría hacer énfasis en la necesidad de estar atentos a los cambios que la evolución de la actividad económica está siempre provocando en dichos puntos de referencia. Me explico, tal y como pongo en mi blog -ralpherns wordpress.com - Esta crisis que nadie entiende-, esta crisis en parte se debe a que la autoridad monetaria y los distintos gobernantes que hemos tenido en estos últimos años no han sabido apreciar la importancia que los cambios en la realidad económica estaban teniendo sobre el sistema económico cuyo recalentamiento se mide con el IPCA.

Hoy en día toda compra de vivienda es considerada una inversión porque así lo dejaron establecidos muchos economístas con anterioridad y Keynes lo explicitó en un artículo suyo que se incluye en las últimas ediciones de su Teoría General en Inglés. Según ellos, la compra de vivienda es una inversión porque sus moradores no suelen ser sus propietarios y porque la vivienda se compra en su mayoría con fondos procedentes del ahorro. Por eso el IPCA nunca recogió el recalentamiento económico que se estaba produciendo en el sector inmobiliario y el BCE estuvo inyectando, durante casi una década -desde 1997 hasta 2007-, dinero nuevo a tasas muy superiores a las que estaba creciendo la actividad económica real.

El problema es que la realidad cambió hace ya unas décadas y en los EEUU y muchos países de Europa entre los que se encuentra España, los moradores de las vivienda son en su mayoría propietarios o están en vías de serlo y la vivienda se paga mayoritariamente con fondos procedentes de los ingresos corrientes. Así, mientras que el sector inmobiliario recibía ingentes cantidades de dinero para especular y los precios de las viviendas se disparaban una media nacional de entre un 15% y un 18% -en Madrid hubo años de mas de un 4o% de media- sin dejar huella en el IPCA, los salarios con los que había que hacer frente al pago de las mismas se incrementaba, en los años de mayor subida, un mero 3%. La repercusión que ello ha tenido creo que se puede comprobar todos los días en nuestra economía.

En tercer lugar, creo que te excedes "un pelín" en tu alegría doctrinal cuando afirmas que los banqueros no deberían prestar el dinero que reciben en depósito. La historia de la canalización de los ahorros hacia el crédito es paralela a la de la industrialización. Otra cosa es que los depositantes deberían pedir una remuneración por sus depósitos. En países donde hay una verdadera competencia en el sector financiero eso es normal. En España, al salir de un sistema oligopólico y la legislación no favorecer la diversidad, poco hay donde escoger.

En el ejemplo del pastor que tu dices que no es cierto que tenga depositado el dinero de sus dos ovejas en el banco, yo te diré que el pastor SI tiene ese dinero en el banco, el que NO lo tiene físicamente es la institución financiera. Pero eso no debería ser un problema ya que este sistema de creación de dinero bancario a través de la actividad crediticia es algo que se ha desarrollado al mismo tiempo que la extensión del sistema financiero. En el caso de que el pastor decidiera retirar todo su dinero del banco, la mencionada institución se lo pediría a cualquier otra de las muchísimas que existen en el mercado. Para eso está el tipo de interés de los créditos que, además de buscar un beneficio, busca cubrir un riesgo de impago -el botijero no puede o no quiere pagar- y un riesgo de no cubrir el coeficiente de caja que toda institución financiera mantiene -con unos cálculos estadísticos muy elaborados- para hacer frente a las retiradas de efectivo que los depositantes decidan hacer. Está claro que en un sistema con un sólo banco, un sólo botijero y un solo pastor, esta institución financiera sería muy temeraria si procediera a represtar los depósitos una y otra vez. Pero esto es el riesgo de utilizar modelos con supuestos DEMASIADO RESTRICTIVOS.

Otra cosa es que las instituciones financieras deberían ser más transparentes en la gestión de sus activos para que los depositantes supieran el tipo de activos en los que invierte a fin de decidir el grado de riesgo que prefieren asumir.

berdonio. Tu texto está lleno de erores de uso de la teoría económica. Cuando dices "En economía hay un axioma fundamental: en igualdad de condiciones preferimos el consumo presente al futuro" para justificar lo que pones en la frase anterior "no tendría ningún sentido renunciar al consumo durante diez años para acabar consumiendo lo mismo" creo que te estas olvidando decir que las condiciones dentro de diez años deberían ser las mismas que en el presente. Si no lo haces te estas olvidando de uno de los motivos principales que llevan al ser humano a ahorrar y que no es otro que el motivo de precaución.

Cuando dices que "una burbuja se produce cuando algo gana valor de cambio por artificio" creo que te olvidas de las expectativas que mueven al ser humano en un mercado libre. Otra cosa es que esas expectativas estén equivocadas porque alguna de las ideas o hechos en que estan basadas sean erradas, esten equivocadas o hayan sido artificialmente manipuladas. Como ves el artificio sólo es una de tres razones y no la más importante. Cuando dices "como bienes y servicios se intercambian por dinero, para revalorizar los primeros a capricho basta con crear dinero de la nada" te olvidas de que ello tiene que darse en condiciones de oferta inelástica.

El aserto de que "es más complicado convencer a alguien de que comiéndose el papel se ha zampado una paella" para denostar el dinero fiduciario es un argumento que no creo que se traguen más que unos alumnos muy poco informados y con muy escasa capacidad de razonar. Y es que el término fiduciario deriva de fe y en mantener esa fe o confianza en el valor de la moneda le va todo su prestigio y su capacidad de actuación a la autoridad monetaria de cualquier país o área monetaria. Por ello el principal objetivo del BCE es mantener la evolución del nivel de precios lo más estable posible entorno a un incremento del 2% anual. Busca conseguirlo aunque ya hemos visto que ha de estar atento a los cambios del mercado que impliquen cambios en los intrumentos que utiliza. Pero, en cualquier caso y a pesar de los últimos acontecimientos, mantener el valor de la moneda en un sistema fiduciario avanzado se ha demostrado hoy mucho más facil que mantener el valor del oro en un sistema de patrón oro durante las últimas décadas de su existencia.

Otro error que se puede apreciar en tu argumento aparece cuando dice que "Si el oro es dinero, resulta imposible que su valor de cambio aumente sin incrementar la oferta de bienes y servicios reales" para luego utilizar el aserto afirmando que las "burbujas serían inocuas". Perdon pero me temo que estás en una economía cerrada. En una abierta, el precio del oro puede variar por el mero hecho de que su demanda se incremente allende las fronteras, y ello puede repercutir de forma muy negativa en dicho país.

berdonio dijo el día 27 de Junio de 2011 a las 17:01:

Simplifiquemos las cosas: el dinero es básicamente deuda garantizada por convención social. Es decir, dinero es un elemento cuyo valor de uso se ha desvaído o anulado por completo hasta reducirse a “letra de cambio”, a reconocimiento de una deuda. Tú me proporcionas ciertos bienes o servicios y yo a cambio te garantizo servicios o bienes futuros que podrás endosar o reclamar a cualquiera de mis deudores. El dinero es una deuda (o un crédito) circulante. El valor de cada unidad simbólica de deuda viene dado por el mercado, es decir, se alcanza un equilibrio entre ahorro e inversión, entre producción disponible y perspectivas futuras de incrementarla más o menos solventes. Ningún particular puede falsificar ese crédito, pero ¿qué ocurre si una entidad como el Estado sí puede hacerlo? En principio, se dirá que no hay problema: el Estado “avala” a un particular para que adquiera a “crédito” medios de producción (le presta dinero), el particular produce y con parte de ello amortiza los medios de producción adquiridos, otra parte es su beneficio y con una tercera compensa al Estado al tiempo que le devuelve sus avales; el Estado los destruye y todos contentos. El gran problema es que no hay medios de producción suficientes ni todos los particulares son lo adecuadamente eficaces para culminar con éxito sus proyectos, es decir, la operación descrita no se puede generalizar a tontas y a locas. Si el Estado se dedica a crear “avales” al margen del mercado el desastre está asegurado: tras la fase inicial de euforia viene la depresión. En esto consisten “a la pata la llana” los ciclos económicos causados por la expansión crediticia, uno de cuyos detonantes es precisamente el dinero fiduciario. Por eso es tan necesario volver al patrón oro o similar. No toda expansión crediticia es generada por el dinero fiduciario (los sistemas de reserva fraccionaria también pesan lo suyo), pero echar gasolina al fuego no ayuda.

Todas esas objeciones sobre peligrosas burbujas y obstáculos al sistema productivo son, aparte de erróneas, distracción de las cuestiones fundamentales. Naturalmente, no toda burbuja es generada por una expansión crediticia, pero echar gasolina al fuego no ayuda nada.

Menos fárrago, rollos autistas y perderse en temas colaterales y vayamos al grano.

Ralpher dijo el día 27 de Junio de 2011 a las 12:48:

simonp. A pesar de que no estoy de acuerdo con lo que expone el texto de Juan Ramón, te diré que creo que en Economía hace falta más teoría

y menos modelos matemáticos llenos de supuestos irreales o demasiado limitadores. Necesitamos tesis con mas sustancia y menos modelitis que

no lleva a ninguna parte. La totalidad de los modelos económicos existentes adolece de falta de teoría y va sobrada de matemáticas y

econometría. Esto último es necesario, pero cuando hay un modelo que contrastar.

menorqui. Por favor no simplifiques las razones que hicieron de los EEUU la primera potencia mundial. La caída de precios allí fué

consecuencia del aumento del número y tamaño de las empresas, la mejora de los transportes y la competencia internacional y no precísamente

debida a la falta de oro. Grandes recursos naturales, un mercado interno de gran crecimiento, unas empresas competitivas y un sistema

económico con unas reglas estables y que facilitaban la libertad de empresa fue lo que hizo de los EEUU la economía más prospera del

planeta a finales del siglo XX.

DeElea. Tienes una empanada mental que deberías mirarte. Unas lecciones de Historia Económica te vendrían bien para empezar.

Askari. Y yo te recomiendo leerte él premio Pullitzer de economía 2010, titulado 'Los Señores de las Finanzas" y escrito por Liquat Ahamed,

en el que queda bien explicado los problemas que el patrón oro causó a las economías desarrolladas durante los años previos y posteriores

al crack de 1929. Es un poco lioso en algunos episodios por el abuso que hace el autor de los viajes en el espacio sin avisar, pero muy

entretenido e iluminador sobre una etapa de nuestra historia que no debemos olvidar.

donelys. El "impuesto invisible" lo pagan aquellos cuyos salarios no crecen en la misma medida que la inflación.

Herbert. Muy de acuerdo en gran parte de tus argumentos. Sólo hacerte tres apreciaciones.

En primer lugar, todo crecimiento genera un cierto estress en los mercado que viene a saldarse con un natural aumento de los precios. Esto

es debido a que la oferta suele tardar en aumentar cuando se producen aumentos considerables en la demanda, lo hace a saltos en función de

la capacidad productiva utilizada y, mientras que lo hace suelen aparecer nuevos cambios en la demanda. Ello provoca que los fabricantes

tiendan a aumentar los precios antes de aumentar la oferta y que esperen a aumentar la oferta en función del grado de competencia en sus

mercados. Tambien sucede que los fabricantes son precavidos y suelen esperar a ver que el aumento de la demanda es estable para proceder a

invertir en el aumento de su capacidad productiva. Por eso se habla de que una inflación en torno a un 2% refleja una economía en

crecimiento pero sin recalentamiento de precios.

En segundo lugar, cuando hablas de las referencias claras que hay que tomar de la economía real para que la cantidad de dinero en

circulación crezca sin crear tensiones inflacionarias me gustaría hacer énfasis en la necesidad de estar atentos a los cambios que la

evolución de la actividad económica está siempre provocando en dichos puntos de referencia. Me explico, tal y como pongo en mi blog -

ralpherns wordpress.com - Esta crisis que nadie entiende-, esta crisis en parte se debe a que la autoridad monetaria y los distintos

gobernantes que hemos tenido en estos últimos años no han sabido apreciar la importancia que los cambios en la realidad económica estaban

teniendo sobre el sistema económico cuyo recalentamiento se mide con el IPCA.

Hoy en día toda compra de vivienda es considerada una inversión porque así lo dejaron establecidos muchos economístas con anterioridad y

Keynes lo explicitó en un artículo suyo que se incluye en las últimas ediciones de su Teoría General en Inglés. Según ellos, la compra de

vivienda es una inversión porque sus moradores no suelen ser sus propietarios y porque la vivienda se compra en su mayoría con fondos

procedentes del ahorro. Por eso el IPCA nunca recogió el recalentamiento económico que se estaba produciendo en el sector inmobiliario y el

BCE estuvo inyectando, durante casi una década -desde 1997 hasta 2007-, dinero nuevo a tasas muy superiores a las que estaba creciendo la

actividad económica real.

El problema es que la realidad cambió hace ya unas décadas y en los EEUU y muchos países de Europa entre los que se encuentra España, los

moradores de las vivienda son en su mayoría propietarios o están en vías de serlo y la vivienda se paga mayoritariamente con fondos

procedentes de los ingresos corrientes. Así, mientras que el sector inmobiliario recibía ingentes cantidades de dinero para especular y los

precios de las viviendas se disparaban una media nacional de entre un 15% y un 18% -en Madrid hubo años de mas de un 4o% de media- sin

dejar huella en el IPCA, los salarios con los que había que hacer frente al pago de las mismas se incrementaba, en los años de mayor

subida, un mero 3%. La repercusión que ello ha tenido creo que se puede comprobar todos los días en nuestra economía.

En tercer lugar, creo que te excedes "un pelín" en tu alegría doctrinal cuando afirmas que los banqueros no deberían prestar el dinero que

reciben en depósito. La historia de la canalización de los ahorros hacia el crédito es paralela a la de la industrialización. Otra cosa es

que los depositantes deberían pedir una remuneración por sus depósitos. En países donde hay una verdadera competencia en el sector

financiero eso es normal. En España, al salir de un sistema oligopólico y la legislación no favorecer la diversidad, poco hay donde

escoger.

En el ejemplo del pastor que tu dices que no es cierto que tenga depositado el dinero de sus dos ovejas en el banco, yo te diré que el

pastor SI tiene ese dinero en el banco, el que NO lo tiene físicamente es la institución financiera. Pero eso no debería ser un problema ya

que este sistema de creación de dinero bancario a través de la actividad crediticia es algo que se ha desarrollado al mismo tiempo que la

extensión del sistema financiero. En el caso de que el pastor decidiera retirar todo su dinero del banco, la mencionada institución se lo

pediría a cualquier otra de las muchísimas que existen en el mercado. Para eso está el tipo de interés de los créditos que, además de

buscar un beneficio, busca cubrir un riesgo de impago -el botijero no puede o no quiere pagar- y un riesgo de no cubrir el coeficiente de

caja que toda institución financiera mantiene -con unos cálculos estadísticos muy elaborados- para hacer frente a las retiradas de efectivo

que los depositantes decidan hacer. Está claro que en un sistema con un sólo banco, un sólo botijero y un solo pastor, esta institución

financiera sería muy temeraria si procediera a represtar los depósitos una y otra vez. Pero esto es el riesgo de utilizar modelos con

supuestos DEMASIADO RESTRICTIVOS.

Otra cosa es que las instituciones financieras deberían ser más transparentes en la gestión de sus activos para que los depositantes

supieran el tipo de activos en los que invierte a fin de decidir el grado de riesgo que prefieren asumir.

berdonio. Tu texto está lleno de erores de uso de la teoría económica. Cuando dices "En economía hay un axioma fundamental: en igualdad de

condiciones preferimos el consumo presente al futuro" para justificar lo que pones en la frase anterior "no tendría ningún sentido

renunciar al consumo durante diez años para acabar consumiendo lo mismo" creo que te estas olvidando decir que las condiciones dentro de

diez años deberían ser las mismas que en el presente. Si no lo haces te estas olvidando de uno de los motivos principales que llevan al ser

humano a ahorrar y que no es otro que el motivo de precaución.

Cuando dices que "una burbuja se produce cuando algo gana valor de cambio por artificio" creo que te olvidas de las expectativas que mueven al ser humano en un mercado libre. Otra cosa es que esas expectativas estén equivocadas porque alguna de las ideas o hechos en que estan basadas sean erradas, esten equivocadas o hayan sido artificialmente manipuladas. Como ves el artificio sólo es una de tres razones y no la más importante. Cuando dices "como bienes y servicios se intercambian por dinero, para revalorizar los primeros a capricho basta con crear dinero de la nada" te olvidas de que ello tiene que darse en condiciones de oferta inelástica.

El aserto de que "es más complicado convencer a alguien de que comiéndose el papel se ha zampado una paella" para denostar el dinero fiduciario es un argumento que no creo que se traguen más que unos alumnos muy poco informados y con muy escasa capacidad de razonar. Y es que el término fiduciario deriva de fe y en mantener esa fe o confianza en el valor de la moneda le va todo su prestigio y su capacidad de actuación a la autoridad monetaria de cualquier país o área monetaria. Por ello el principal objetivo del BCE es mantener la evolución del nivel de precios lo más estable posible entorno a un incremento del 2% anual. Busca conseguirlo aunque ya hemos visto que ha de estar atento a los cambios del mercado que impliquen cambios en los intrumentos que utiliza. Pero, en cualquier caso y a pesar de los últimos acontecimientos, mantener el valor de la moneda en un sistema fiduciario avanzado se ha demostrado hoy mucho más facil que mantener el valor del oro en un sistema de patrón oro durante las últimas décadas de su existencia.

Otro error que se puede apreciar en tu argumento aparece cuando dice que "Si el oro es dinero, resulta imposible que su valor de cambio aumente sin incrementar la oferta de bienes y servicios reales" para luego utilizar el aserto afirmando que las "burbujas serían inocuas". Perdon pero me temo que estás en una economía cerrada. En una abierta, el precio del oro puede variar por el mero hecho de que su demanda se incremente allende las fronteras, y ello puede repercutir de forma muy negativa en dicho país.

Herbert dijo el día 26 de Junio de 2011 a las 22:20:

Me enmiendo a mi mismo. Decía:

"Como bien suele recordar el Sr. Rallo, hace menos de 70 años que renunciamos al oro como moneda de cambio, o como patrón de referencia para la moneda. En este periodo ha habido muchos problemas económicos y monetarios, pero no hay ninguna razón para pensar que hayan sido más, sino menos, que antes de Bretton Woods."

Este párrafo está inexcusablemente equivocado. Ni me voy a molestar en rectificarlo. Ruego que lo den por suprimido, y acepten mis disculpas.

Herbert dijo el día 26 de Junio de 2011 a las 19:31:

berdonio:

"Si el oro es dinero, resulta imposible que su valor de cambio aumente sin incrementar la oferta de bienes y servicios reales."

Lamento informarle de que está usted completamente equivocado. Bastaría con que los intervinientes en el mercado tuvieran expectativas, fundadas o no, de que la oferta de bienes y servicios va a incrementarse, para que, sabiendo que ello producirá una revalorización del dinero, se pusieran a acumularlo, provocando ellos mismos la revalorización, con independencia de lo que luego sucediera con los bienes y servicios "reales".

Me permito aconsejarle que se informe sobre la azarosa historia de los mercados financieros o, ya que estamos, de los metales preciosos. Encontrará usted este tipo de situaciones montones de veces, y verá usted periodos históricos en los que el oro y la plata, utilizados como dinero de curso legal, se han revalorizado o devaluado brutalmente, provocando graves problemas económicos, cuando no verdaderas hambrunas, entre los ciudadanos.

Como bien suele recordar el Sr. Rallo, hace menos de 70 años que renunciamos al oro como moneda de cambio, o como patrón de referencia para la moneda. En este periodo ha habido muchos problemas económicos y monetarios, pero no hay ninguna razón para pensar que hayan sido más, sino menos, que antes de Bretton Woods.

La historia del oro y la plata como dinero de curso legal es amplísima, de modo que resulta muy fácil comprobar los efectos históricos de las burbujas de las que hablo que, por otra parte, no son exclusivas de estos metales, sino prácticamente de cualquier bien que pueda tener algún valor, incluidas las flores (vea la famosa burbuja de los tulipanes).

Un dinero que no tiene ninguna expectativa de revalorizarse (tampoco de devaluarse), sino que únicamente podemos obtener de él un interés por prestarlo, o la remuneración correspondiente a el riesgo empresarial que asumamos al invertirlo (intercambiarlo por medios de producción, por ejemplo), es mucho más conveniente para una economía saludable.

En esta situación, nadie tendría interés en acumular dinero por lo que pueda suceder con su valor material, que carece de importancia, sino únicamente por lo que se puede hacer con él: por su utilidad como medio de cambio y su permanente demanda para este fin.

Herbert dijo el día 26 de Junio de 2011 a las 19:00:

berdonio:

"Dice usted que en una “burbuja” el activo se revaloriza sin necesidad alguna de asumir riesgos y que luego la gente acaba tirándose de los pelos, cuando no tirándose por las ventanas. Aclárese, por favor ¿No será que los riesgos son inadvertidos y no inexistentes?"

Me permito rogarle que lea usted de nuevo mi comentario, porque en ningún momento he dicho semejante cosa.

Repito mis palabras, tal cual las escribí:

"Cuando su precio sube, los inversores lo acaparan, porque tenerlo es rentable debido a su revalorización, sin necesidad alguna de asumir RIESGOS EMPRESARIALES O PRESTARLO PARA RECIBIR UN INTERÉS. Esto realimenta la burbuja de precios, que suben a medida que se acapara más oro".

Naturalmente que asumen un riesgo al acumularlo. Pero la particularidad de las burbujas es precisamente que quienes las generan no son conscientes de ese riesgo, que les parece muy inferior a otros. Eso es una obviedad, no necesitaba decirlo.