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Francisco Capella

Estefanía y la tasa Tobin

Joaquín Estefanía, principal comentarista económico de El País, comete unos cuantos errores de bulto en un reciente artículo sobre la tasa Tobin. Afirma que hay muchos países víctimas inocentes de las crisis financieras: "a pesar de practicar políticas económicas virtuosas y apelar al sacrificio de sus ciudadanos, quedan arruinados por la salida inmediata de enormes cantidades de dinero". Si un país sigue una política económica virtuosa, ¿cómo puede ser que los inversores lo abandonen en masa? ¿Es que no les gusta ganar dinero en un entorno político adecuado? La explicación real es que los inversores abandonan los países en los que la política económica es desastrosa (manipulando de forma insensata tasas de interés y tipos de cambio), abunda la corrupción y no se respetan los derechos de propiedad (regulaciones, confiscaciones fiscales, devaluaciones, nacionalizaciones).

Según Estefanía la globalización debe ser gobernada "para transformar sus efectos más indeseables", ya que supone "un riesgo cierto de acentuar aún más las lacerantes desigualdades que ya existen en la economía mundial entre los países más avanzados y los que pugnan por salir de la miseria". O sea que lo inaceptable no es la pobreza sino la desigualdad. No importa si no existe relación causal en ningún sentido entre la pobreza de unos y la riqueza de otros, ya que se asume que los ricos son culpables por definición. Si todos fueran pobres no habría problemas de desigualdad. ¿Y quién gobernará la globalización? ¿Un gobierno mundial? Comunismo a escala planetaria, como si los catastróficos desastres locales de este siglo no hubieran sido suficiente.

Estefanía critica los movimientos especulativos en los mercados de divisas a muy corto plazo, los cuales tienden a ajustar los valores de las monedas a las realidades económicas (presentes y esperadas) de los países, pero no indica qué perjuicios pueden causar. El término "especulación" está tan distorsionado y mal visto que basta nombrarlo para quedar eximido de un análisis racional de un fenómeno que no se comprende.

Con su impuesto sobre las transacciones internacionales James Tobin pretendía "echar un poco de arena en los engranajes bien aceitados de la especulación financiera", pero según Estefanía "sin afectar por ello a la eficiencia de los mercados financieros internacionales". ¿No hay aquí una pequeña contradicción? ¿Echar arena en los engranajes no afecta a la eficiencia de un mecanismo?

Parece que el hecho de que en España existan unas "asociaciones para una Tasa Tobin de Ayuda a los Ciudadanos" significa que la sociedad civil lucha a favor de este impuesto mundial, y los políticos deben escuchar el clamor popular. No importa si es la primera vez que usted oye hablar de estas asociaciones o si la inmensa mayoría de la población ni siquiera sabe en qué consiste este descabellado intento de ingeniería social a escala mundial.

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