Menú
Tibor R. Machan

Colectivismo y esclavitud

Dado el entusiasmo con que la izquierda moderna aumenta los impuestos para distribuir la riqueza de la manera que ellos consideran justo, ¿cómo es que logran aparentar ser enemigos de la esclavitud y de la discriminación?

Casi todos los izquierdistas se declaran enemigos de la esclavitud. También insisten que son enemigos de la discriminación. Donde fallan es al no reconocer que la libertad y los derechos individuales significan muy poco si uno no goza de derechos de propiedad y si no podemos intercambiar bienes y servicios libremente. ¿De qué me vale no pertenecer a otra persona, si lo que me pertenece y mis ingresos pueden ser arrebatados en contra de mi voluntad?
 
Digamos que soy un talentoso músico y los demás valoran mi arte. Pero si terceros me pueden obligar a producir música para ellos, ¿acaso no me convierten así en su esclavo? Si produzco mi música y me gano la vida de esa manera, pero otros pueden arrebatarme esos ingresos, ¿cómo puedo, entonces, ser un hombre libre?
 
Exactamente eso es lo que un influyente grupo académico y político argumenta: mi propiedad y mis ingresos le pertenecen a la sociedad, no a mí. Ellos creen que cuando el gobierno nos impone impuestos está simplemente tomando lo que le pertenece y yo no debo quejarme. El famoso profesor de filosofía John Rawls argumentaba que como no siempre nos merecemos lo que tenemos, esa propiedad puede ser distribuida entre otros con impunidad legal y moral.
 
Realmente se trata de una idea reaccionaria para quienes conocen la teoría política del feudalismo, la cual mantenía que el rey es propietario de todo, incluyendo a la mayoría de las personas que habitan en su territorio. Esa también es la tesis del comunismo, bajo el cual todo le pertenece al pueblo y por ello los guardias que custodiaban el Muro de Berlín asesinaban a quienes trataban de escapar, por tratar esas personas malas de robar la mano de obra que le pertenece a la sociedad.
 
Dado el entusiasmo con que la izquierda moderna aumenta los impuestos para distribuir la riqueza de la manera que ellos consideran justo, ¿cómo es que logran aparentar ser enemigos de la esclavitud y de la discriminación? ¿Cómo esos izquierdistas logran intimidar a sus opositores políticos y a gran parte del electorado con su actitud de superioridad moral, como si quienes se oponen a mayores impuestos fuesen los malos de la película?
 
La razón es que mientras esa “izquierda democrática” se opone a la esclavitud, es decir, a un propietario de esclavos, no ven nada malo en la esclavitud colectivista que ellos proclaman. La comunidad, supuestamente, tiene la autoridad para confiscar los activos y los ingresos de sus miembros y poder así dedicar tales fondos a lo que la colectividad desea realizar. Eso en realidad significa que algunos individuos de esa comunidad ejercerán ese inmenso poder sobre los demás. Al igual que los comunistas de Alemania Oriental, esos líderes piensan que la gente pertenece a la comunidad, pero no en el sentido voluntario de ser miembros de un club, al cual pueden renunciar. No, simplemente no son dueños de sí mismos.
 
Para la izquierda, el individualismo es el diablo porque promueve la competencia entre seres humanos y porque ciertos individuos entonces pueden alcanzar el éxito sin que en ese éxito participen sus conciudadanos. Pero la idea misma de que la propiedad debe estar en manos de la colectividad es la mejor manera de fomentar la esclavitud.

En Libre Mercado

    0
    comentarios