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Quitando la propaganda sindical

El laborioso trabajo de quitar la propaganda sindical fue ayer lo habitual en comercios de toda España.

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24 horas después de la huelga no queda apenas nada del carísimo merchandising sindical. Los comerciantes de la Gran Vía ya los han quitado con trabajo extra y resignación. Una lección magistral de cómo tirar 5 millones de euros a la basura.   

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Tan sólo 24 horas después del megapiquete que asoló la Gran Vía madrileña el miércoles por la mañana, apenas queda alguno de los miles de carteles y pegatinas que los piqueteros pusieron por toda la calle.  

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Los comercios abiertos, que en la Gran Vía son casi todos, han retirado una a una, en ocasiones con gran esfuerzo, las pegatinas de CCOO, UGT y otros sindicatos llamando a la huelga general o, simplemente, dando por cerrado de manerapreventiva el establecimiento.  

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Ayer por la mañana todos los comerciantes de la Gran Vía y sus calles aledañas se encontraban en la calle limpiando escaparates. Un trabajo de chinos que, en el caso de las cadenas de ropa y alimentación, se encargó a jóvenes dependientes.  

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En McDonalds que hay en la red de San LuisRosa, camarera de nacionalidad ecuatoriana, llevaba seis horasquitando pegatinas con un raspador, un cubo de agua y limpiacristales. "Si, es muy trabajoso", confirma. "A mi me parece bien que protesten, pero no de esta manera, porque luego tiene que venir otro y quitarlo" dice muy convencida, para rematar "no estoy en contra de la huelga, pero no de este tipo de huelgas, ellos vinieron, armaron un escándalo, lo dejaron todo perdido y se fueron".  

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Todo el centro de Madrid fue durante la jornada de huelga víctima de los grupos organizados de piquetes sindicales. Con la Gran Vía la tomaron especialmente. Aparte de alguna pintada que tendrán que quitar los dueños de los edificios, iban ensuciándolo todo con octavillas y cerrando comercios por la fuerza. El escaparate de Mango quedó tapizado de eslóganes sindicales.

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Poco después del mediodía la huelga ha dejado de existir en esta parte de Madrid. En las calles de Fuencarral y Hortaleza apenas queda algún adhesivo huérfano de los que colocaron sobre las farolas y aún no han sido retirados por los servicios municipales de limpieza. El dineral que invirtieron los sindicatos en propaganda para el día-D se ha ido, literalmente, a la basura.  

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