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La vivienda retrocede a cifras de los años sesenta

El sector de la construcción hace frente a una congelación total del mercado; el ajuste supera las peores expectativas.

Algunas de las cifras de la vivienda en España han vuelto a 1960. Aunque parezca imposible, la parálisis del sector de la construcción es tal que ha superado las peores expectativas. Ni se construyen nuevas casas ni se venden las que se acaban. Y todo esto teniendo en cuenta que muchos datos están maquillados por los bancos, que se quedan con muchos pisos que de otra manera no encontrarían comprador.

Según el análisis que hace este lunes El País, cuando acabe el año se habrán iniciado en España unas 83.000 viviendas. Son diez veces menos que en 2006, cuando la cifra alcanzó las 865.000. Es el dato más bajo del que se tiene constancia desde 1960, cuando comenzaron a realizarse estas estadísticas; y hay que tener en cuenta que en aquel año la población de España apenas alcanzaba los 30 millones, mientras que ahora supera los 47 millones.

De esta manera, un país que hace unos pocos años tenía más de un millón de viviendas en construcción ahora sólo puede presentar unas 150.000 y la previsión es que esta cifra caiga a las 115.000. Esto tiene su reflejo más claro en las cifras de empleo. Si se dejan de construir un millón de casas, hay mucha gente que tendrá que cambiar de trabajo o caerá en el paro. Según la EPA, en el primer trimestre de 2008, cuando ya se empezaban a notar los primeros síntomas de que la burbuja estaba deshinchándose, trabajaban en la construcción 2.670.000 personas. En estos momentos, esa cifra ha caído hasta los 1.370.000 ocupados.

Pero los problemas no sólo afectan al sector de la construcción. El inmobiliario también afronta una parálisis sin precedentes. No es sólo que no se levanten nuevos edificios (eso parece claro que no hace falta por ahora), es que los que ya están acabados no se venden ni a tiros. De esta manera, este año se prevén unas 350.000 transacciones de viviendas, entorno a un 30% menos que el año pasado (que no fue nada bueno). De nuevo, es una cifra bajísima y, además, los expertos coinciden en que podría estar inflada, puesto que muchas de las compraventas contabilizadas en las estadísticas en realidad corresponden a operaciones entre la entidad financiera y el propietario, ya sea éste particular o promotor: el banco se queda con la casa a cambio de saldar la deuda (es decir, son transacciones ficticias que no implican en realidad una compraventa convencional).

Transacciones de vivienda en los tres primeros trimestres de cada año

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