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Mensaje de Berlín a Rajoy y Monti: no habrá rescate sin intervención

La compra de deuda periférica a través de los fondos de rescate, tal y como propone Monti, lleva aparejada la intervención económica del país.

Y la espita volvió a saltar... Según informaba la prensa británica este miércoles, los líderes europeos ultiman un acuerdo para prestar asistencia financiera por importe de unos 750.000 millones a España e Italia a través de los recursos disponibles del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, por sus siglas en inglés) y del Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM), que serían empleados en la compra de deuda soberana.

El nuevo plan surgió en el seno de las negociaciones que entablaron los principales líderes del planeta durante la cumbre del G-20 en Los Cabos (México), que finalizó esta madrugada. Pese a ello, esta idea fue desmentida horas después por la Comisión Europea. Sin embargo, entre una y otra información intermedian múltiples matices relevantes a tener en cuenta.

¿Qué acordó el G-20?

La crisis del euro marcó la cumbre del G-20. En su comunicado, los principales líderes políticos del planeta acordaron adoptar todas las "medidas necesarias" para salvaguardar la integridad y estabilidad de la zona euro, mejorar el funcionamiento de los mercados financieros y romper el vínculo de retroalimentación entre la deuda soberana y bancaria. "Con ese fin, apoyamos la intención de examinar medidas concretas hacia una arquitectura financiera más integrada, que abarque la supervisión bancaria, resolución, recapitalización, y la garantía de depósitos". Así pues, el objetivo último es avanzar hacia una "mayor integración económica y financiera que permita costes de financiación sostenibles".

Hasta aquí nada nuevo o, al menos, nada concreto para tratar de rebajar la tensión que sufre la deuda pública de España e Italia en las últimas semanas. La novedad, sin embargo, es que durante la cumbre el primer ministro italiano, Mario Monti, planteó la posibilidad de utilizar los fondos europeos de rescate -cuya actual capacidad de préstamo asciende a unos 750.000 millones- para comprar en el mercado bonos de países en problemas, en lugar de conceder un préstamo al estado en cuestión. Dicha idea contó con el apoyo explícito del presidente galo, François Hollande: "Italia ha presentado una idea que merece la pena analizar"; por su parte, el ministro español de Exteriores, José Manuel García Margallo, calificó este miércoles de "inteligente" el plan de Italia. Y ello, sin la necesidad de cumplir ajustes extra.

Pero Alemania, el gran avalista de los fondos y, por tanto, el país que en todo caso tiene la última palabra, no se posicionó ni a favor ni en contra, limitándose tan sólo a señalar que este tema no fue discutido durante la cumbre.

Se discutirá este viernes

Así pues, aún no hay nada decidido. La propuesta se tratará en la reunión que mantendrán en Roma este viernes Merkel, Hollande, Rajoy y Monti. "Estamos examinando vías para destinar a este fin [la compra de deuda] los fondos del ESM, aunque por el momento es sólo una idea, no una decisión, que forma parte de las conversaciones", explicó Hollande, quien reconoció que los intereses que afrontan España e Italia son inaceptables, reclamando la necesidad de actuar más rápido. Tanto EEUU como Reino Unido apoyaron esta opción, confiando en que la zona euro adopte una medida contundente de resolución en los próximos días.

Los fondos ya permiten comprar deuda

De todos modos, la compra de deuda pública por parte del EFSF y el ESM no es algo nuevo. Los tratados fundacionales de ambos fondos contemplan la posibilidad de destinar los recursos disponibles a la adquisición directa de bonos -tanto en el mercado primario como secundario-, de forma que podrían llegar a sustituir el programa de compra de deuda periférica que viene desarrollando el Banco Central Europeo (BCE) desde mayo de 2010, cuya cuantía supera los 200.000 millones de euros.

El fondo temporal vigente (EFSF) permite comprar bonos en el mercado primario y secundario...

...al igual que el fondo permanente (ESM). El problema con éste último es que aún no ha sido ratificado por todos los estados miembros, Alemania inclusive, con lo que su redacción final podría incluir cambios. Se prevé que entre en vigor el próximo julio.

Implica la intervención del país

Pese a ello, si una cosa está clara es que la compra de deuda por parte de cualquiera de ambos fondos lleva aparejada la intervención económica y presupuestaria del país mediante la firma de un memorando con las autoridades comunitarias y el FMI -en caso de que éste también participe en el rescate-. Es decir, el país que solicite este tipo de intervención se gobernará bajo las directrices que marque la troika.

Así, según el EFSF, este tipo de intervención conllevará el cumplimiento de un "programa con estrictas condiciones". Y es que, la compra de deuda en el mercado primario o secundario se ejecutará conforme a la "condicionalidad específica" que establezca el "Memorando" acordado entre el país solicitante y la Comisión Europea, lo cual significa que el rescate se podría suspender en caso de incumplimiento.

En este sentido, fuentes oficiales del Gobierno alemán señalan que la compra de bonos a través del EFSF y el ESM es uno de los mecanismos de ayuda que contemplan ambos fondos, pero siempre estaría ligada a la intervención externa del país. "Nunca habrá compra sin condiciones", advierten.

Esto tumbaría las pretensiones de España e Italia. Rajoy ha intentado evitar la intervención por diversas vías -rescate directo de la banca, BCE, eurobonos y compra de deuda por parte de los fondos sin condiciones extra-. Pero Berlín se ha mantenido impasible hasta hoy: si Madrid o Roma precisan un rescate tendrán que plegarse al recetario de la troika.

El BCE tendrá que intervenir

Además, el problema es que el rescate total de España e Italia elevaría de forma sustancial el dinero que tendría que aportar Alemania y los países del norte a los citados fondos. De este modo, numerosos analistas, incluido Pimco -el mayor fondo de deuda pública del mundo-, coinciden en que recurrir a esta vía no resultará creíble para los inversores sin una intervención directa o indirecta del BCE.

A este respecto, una de las propuestas que se estudian desde hace tiempo consiste en otorgar una ficha bancaria al ESM para que así pueda pedir dinero prestado al BCE, monetizando por la puerta de atrás la deuda periférica, una opción que, al menos por el momento, no cuenta con el visto bueno de Berlín.

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