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Logra autofinanciarse

"Punto de inflexión": la economía ya no depende del crédito exterior

Sólo precisó una financiación exterior de 855 millones en el segundo trimestre, y redujo su deuda externa en casi 1.000 millones en junio y julio.

A lo largo de la pasada década, la economía española creció de forma muy intensa, pero gran parte de dicho avance se sustentó sobre una enorme expansión crediticia sin respaldo de ahorro real, en parte proveniente también del extranjero, que propició la creación de la ya famosa burbuja inmobiliaria. En concreto, entre 2002 y 2007, la economía nacional fue acumulando un creciente déficit exterior, ya que cada vez vendía menos al extranjero (exportaciones) y compraba más (importaciones), con lo que su deuda externa fue en aumento.

Este desequilibrio se refleja en un indicador muy concreto, el déficit por cuenta corriente, que en 2007 alcanzó un récord histórico próximo al 10% del PIB. Es decir, el conjunto del país precisó ese año una financiación exterior próxima a los 100.000 millones de euros para sufragar su nivel de consumo e inversión.

Sin embargo, tras cinco largos años de crisis, esa brecha, prácticamente, se ha cerrado. Y ello, gracias al drástico ajuste que ha llevado a cabo el sector privado español (empresas y particulares). Así lo pone de manifiesto la última balanza de pagos que publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado lunes.

La economía nacional (familias, empresas bancos y sector público) presentó una necesidad de financiación externa de apenas 855 millones de euros en el segundo trimestre del año, casi 5.400 millones inferior a la registrada en el mismo período de 2011 y a años luz de los casi 30.000 millones del primer trimestre de 2008. Asimismo, entre enero y junio, la economía española acumuló una necesidad de financiación neta de 14.926 millones, tan sólo el 2,8% del PIB semestral.

Esta reducción se explica, principalmente, por el buen comportamiento de la balanza comercial, ya que los exportaciones crecieron un 4,9% en el segundo trimestre al tiempo que las importaciones bajaron un 0,4% interanual. Y ello, pese al gran descuadre fiscal que presentan las Administraciones Públicas.

No en vano, los hogares registraron una capacidad de financiación (superávit) de 9.832 millones de euros; en el caso de las empresas (sociedades no financieras) esta cuantía ascendió a 7.466 millones; y 11.517 millones en el caso de los bancos; mientras que el sector público necesitó pedir un crédito (déficit) de 29.670 millones de euros entre abril y junio. El ahorro, el menor consumo y el intenso recorte de las inversiones por parte del sector privado han permitido que España deje, al fin, de depender del crédito externo a diferencia de lo venía sucediendo durante la última década.

De este modo, hoy por hoy, la economía nacional ya logra autofinanciar su actividad, lo cual constituye un "punto de inflexión" hasta ahora inédito, según señala Ramón Forcada, Director de Análisis Bankinter. "Lo que nos dicen esos 855 millones de necesidad de financiación es que prácticamente nos financiamos y que ahora tenemos que ver cómo y en qué plazos devolvemos el stock de deuda acumulada. Pero, al menos, el problema ya no engorda", destaca. "El formidable ajuste de la demanda interna está haciendo desaparecer nuestra tradicional necesidad de financiación exterior", añade José Ramón Diez Guijarro, miembro del Instituto de Empresa (IE).

Amortiza deuda en junio y julio

Pero a este proceso también contribuye la buena evolución de la balanza comercial. El sector privado español no sólo ha frenado y reducido su ritmo de importaciones sino que también ha aumentado su volumen de exportaciones.

Según los últimos datos del Banco de España, el déficit de la balanza comercial entre enero y julio se situó en 16.772 millones de euros (22.047 millones el año anterior), gracias a que las exportaciones aumentaron y las importaciones disminuyeron ligeramente (3,2% y 0,8% en tasa interanual, respectivamente). De hecho, la balanza comercial se situó en superávit una vez descontada la importación de productos energéticos.

De este modo, en los primeros siete meses de 2012, la balanza por cuenta corriente acumuló un déficit de 17.383 millones de euros, muy inferior a los 25.451,2 millones del mismo período de 2011. Pero lo relevante no radica tanto en el volumen acumulado a lo largo del año sino en el dato concreto de julio, ya que registró un superávit por cuenta corriente de 499 millones de euros por primera vez desde los años 90.

Balanza de pagos en julio

Así, en julio, la capacidad de financiación de España -balanza por cuenta corriente (499 millones) más cuenta de capital (79 millones)- ascendió a 578,7 millones de euros. Esto significa que la economía española dejó de endeudarse y devolvió casi 579 millones de su deuda externa.

Balanza de pagos hasta julio (Ibex Salad con datos del BdE)

Este saldo positivo se suma al obtenido el pasado junio (455 millones), el primero desde finales de 2003, tal y como avanzó Alberto Recarte.

¿Conclusión?

Ambos datos, sumados a la fuerte reducción del déficit exterior en el segundo trimestre, muestran pues que la economía española casi ya no precisa recurrir a la financiación externa y, de hecho, ha comenzado a amortizar la enorme deuda exterior acumulada durante los años del boom.

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