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Fedea advierte: sin reformas, la situación de las pensiones es "insostenible" y puede terminar en "un ajuste traumático"

Un informe alerta sobre las consecuencias de derogar la reforma de 2013: el déficit se disparará y serán necesarias fuertes subidas de impuestos.

Un informe alerta sobre las consecuencias de derogar la reforma de 2013: el déficit se disparará y serán necesarias fuertes subidas de impuestos.
Manifestación de pensionistas frente al Congreso. | EFE

De pensiones, al menos en España, se habla mucho pero se estudia-analiza-investiga poco. Y es curioso, porque estamos ante la partida más importante (con mucho) de los Presupuestos Generales del Estado y ante el tema de información económica que más espacio ocupa en los telediarios (y que más atención genera en el público).

Quizás por eso, este miércoles la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) quiso poner su granito de arena en este debate. Angel de la Fuente (director de FEDEA) Miguel Angel García Díaz (Universidad Rey Juan Carlos) y Alfonso R. Sánchez (CUNEF) presentaron el documento "¿Hacia una nueva reforma de las pensiones? Notas para el Pacto de Toledo", uno de los trabajos más detallados publicados en los últimos años. En este informe, los autores se plantean cuál va a ser la evolución del sistema en las próximas décadas desde el punto de vista de los ingresos y los gastos. Y lo hacen con un enorme arsenal de cifras y un cuidado aparato estadístico.

El punto de partida plantea dos preguntas que se traducen en cuatro escenarios: si se va a mantener la reforma de 2013 y sobre el número de inmigrantes que llegarán a nuestro país. En lo que tiene que ver con la primera pregunta, terminar con los cambios impulsados por Fátima Báñez tendría implicaciones en el capítulo de los gastos, tanto en lo que hace referencia a las pensiones actuales (se elimina el Índice de Revalorización de las Pensiones y volvemos al IPC) como a las del futuro (se mete en un cajón, de forma definitiva, el Factor de Sostenibilidad).

Mientras, lo que se refiere a los inmigrantes afecta a los ingresos. Éste es uno de los temas de moda en las últimas semanas, tras el informe de la AIReF que hablaba de 60 millones de habitantes en nuestro país en 2050. Fedea también asume que habrá una importante entrada de población extranjera en España en las próximas 3-4 décadas y plantea dos alternativas: un escenario central, en línea con Eurostat, que prevé un acumulado de unos 8 millones de inmigrantes netos de aquí a 2060, y otro que incrementa esa cifra en unos 6 millones de personas (más parecido, aunque no igual, al de la AIReF).

Como decimos, esto deja cuatro escenarios:

  • Reforma 2013 Sí e Inmigración Moderada
  • Reforma 2013 Sí y Alta Inmigración
  • Reforma 2013 No e Inmigración Moderada
  • Reforma 2013 No y Alta Inmigración.

Y las conclusiones son contundentes: en todos los casos, incluso si se mantiene la reforma de 2013 y se consigue la llegada de un número elevado de inmigrantes cualificados, el incremento del gasto derivado de la demografía generará una enorme tensión financiera para el sistema de pensiones. Pero si, además, nos cargamos la reforma de 2013 y no le buscamos un sustituto, esa tensión será de tal magnitud que amenazará al conjunto de las cuentas públicas españolas. No sólo eso, además, los autores advirtieron a lo largo de la rueda de prensa de que estos problemas, en los mercados y con nuestros socios en Bruselas, pueden empezar a notarse a muy corto plazo, en uno o dos años.

Es decir, que el aumento de déficit y deuda que acarreará el pago de las pensiones (si, como parece tras las últimas noticias que llegan desde el Pacto de Toledo, no hay una reforma en profundidad del mismo) pondrá en riesgo la solvencia del Estado español y podría llevarlo a la quiebra.

Por eso, los autores alertan:

La supresión de la reforma elevaría el gasto en pensiones muy sensiblemente

Intentar financiarlo con deuda nos llevaría a una situación insostenible, que podría terminar con un ajuste traumático

Mejor iniciar los ajustes necesarios lo antes posible para que puedan ser más suaves

Las cifras

El informe contiene una enorme cantidad de datos, proyecciones, escenarios y alternativas, con las que se analiza tanto cómo puede ser la evolución de los gastos como las opciones para financiarlos vía impuestos o cotizaciones. Las siguientes son las conclusiones y las cifras más interesantes:

- Déficit: si se deroga definitivamente la reforma de 2013 (algo que habría que dar por hecho, porque ningún partido, ni siquiera el PP, la defiende), "en ausencia de otras medidas, esto añadiría, en promedio durante el próximo medio siglo, entre 3,0 y 3,6 puntos de PIB al déficit anual del sistema de Seguridad Social dependiendo de la evolución de los flujos migratorios, con un pico de más de cinco puntos".

El déficit oficial de la Seguridad Social ascendió en 2018 a casi 19.000 millones de euros, un 1,61% del PIB. Con esta cifra en la cabeza, es fácil ver la magnitud de lo que se nos avecina tras la derogación de la reforma de 2013: hablamos de al menos 3 puntos más del PIB de media anual (en los primeros años, esta cifra será menor y luego irá aumentando), lo que supone unos 35.000-40.000 millones (si tomamos el PIB de 2017 como referencia). Y eso si la inmigración se comporta según las previsiones más optimistas. Si no, la cosa será mucho peor y el agujero podría dispararse por encima de los 75.000 millones de euros al año al final del período analizado.

- Deuda: este déficit habrá que pagarlo año a año vía impuestos o acumulando deuda (al menos, mientras nos financien). Supongamos que optamos por esta segunda opción: financiar todo el déficit con deuda nueva. Pues bien, en este caso, tras derogar la reforma de 2013, el sistema de pensiones añadirá al Tesoro Español una carga de 80 a 140 puntos del PIB más de deuda en las próximas décadas.

Cuidado, esto no quiere decir que el total de la deuda pública española (que ahora está cerca del 100% del PIB) vaya a situarse en esos niveles. Los 80-140 puntos del PIB son ¡deuda extra! que aportaría la Seguridad Social. Por lo tanto, si el resto de ingresos-gastos de las administraciones mantienen el 97-98% de la actualidad, nos iríamos a una deuda de alrededor del 200% del PIB a mitad de siglo.

- Impuestos: llegados a este punto, los autores del informe recuerdan que para "evitar una espiral de deuda que nos llevaría eventualmente a la suspensión de pagos, resultaría necesaria una inyección de recursos que podría provenir de una subida de las cotizaciones sociales o de un incremento de las aportaciones del Estado financiadas con mayores impuestos generales. Las subidas de impuestos y/o cotizaciones necesarias para financiar el incremento previsto del gasto tendrían que ser muy significativas".

¿Y de cuánto hablamos cuando decimos subidas de impuestos "muy significativas"? Pues si todo el ajuste llega vía cotizaciones, habría que subir éstas entre un 47 y un 138% para equilibrar las cuentas. La diferencia entre las dos cifras se explica por los diferentes escenarios inmigratorios. Es decir, si todo sale bien en lo que tiene que ver con la demografía-inmigración, derogar la reforma de 2013 obliga a subir las cotizaciones casi un 50%. Si nos vamos a una previsión de incremento de la población más conservadora, entonces estamos hablando de doblar los tipos de las cotizaciones para cuadrar las cuentas.

Si lo miramos desde el lado de los impuestos, las perspectivas no son mucho más halagüeñas. Derogar la reforma de 2013 nos obligaría a subir los principales impuestos un 17% en el mejor escenario (inmigración masiva y muy productiva) y hasta un 50% en el escenario central (inmigración moderada).

- Las alternativas: llegados a este punto, los autores del informe advierten de que, sin reformas que sustituyan a la de 2013, el incremento del gasto nos llevaría a la siguiente situación:

Todo esto supondría una subida de al menos el 50% en los actuales tipos de cotización (o incrementos equivalentes en otros impuestos) que tendrían efectos negativos sobre el empleo y la inversión y nos dejarían sin demasiado margen de maniobra fiscal de cara a la financiación de otras necesidades importantes, incluyendo la sanidad y la dependencia

Dependiendo del comportamiento de la inmigración, en el peor momento de la transición demográfica [alrededor de 2050] la financiación de las pensiones llegaría a absorber entre un cuarto y un tercio de las rentas totales del trabajo, incluyendo a los autónomos

Y si el colapso llegara [en forma de quiebra del Estado español o imposibilidad de acceso a los mercados] y hubiese que ir a un ajuste brusco para adaptarse a los ingresos reales, digamos en 2050, las pensiones tendrían que recortarse de un día para otro en un casi un 50%

Apunte: hay que recordar que el escenario central que asume Fedea no es para nada pesimista. Es muy importante tener esto en cuenta. Normalmente las previsiones sobre el sistema de pensiones (ya sean de la AIReF, el FMI, Eurostat o cualquier organismo privado) oscilan entre dos alternativas, una moderadamente optimista (entrada neta de inmigrantes, incrementos de productividad, más población ocupada que en la actualidad) y otra muy optimista (llegada masiva, se dispara la productividad, niveles de ocupación nunca vistos en España). ¿Y si las cosas se tuercen? Parece que nadie quiere ponerse en esa tesitura, quizás porque si las cifras son preocupantes en estos dos escenarios, no hay más que imaginarse lo que pasaría en ese tercer supuesto.

El resumen, en dos imágenes

Puestos a resumir el informe en un par de imágenes, probablemente la siguiente tabla y el conjunto de cuatro gráficos de debajo puedan servir.

fedea-pensiones-tabla.JPG

El Cuadro 1 refleja cómo sería la situación de las cuentas públicas en 2050 en cada uno de los cuatro escenarios (y también el promedio anual desde 2020 hasta 2050). Por ejemplo, podemos analizar el escenario menos favorable para el presupuesto de la Seguridad Social, el que se recoge en la segunda columna, marcada en amarillo (derogación de la reforma y llegada de inmigrantes en los niveles previstos por Eurostat):

  • el déficit del sistema se incrementaría, respecto del actual, alrededor de un 10% del PIB (más de 100.000 millones en dinero de 2017)
  • para equilibrar las cuentas, habría que doblar los tipos de las cotizaciones o subir los impuestos entre un 40 y un 50% respecto a sus niveles actuales
  • la deuda acumulada por el sistema de la Seguridad Social de aquí a 2050 estaría cerca del 140% del PIB
  • la diferencia entre ingresos y gastos del sistema sería del 46%. O lo que es lo mismo, si no hubiera financiación externa y hubiera que recortar las prestaciones de un día para otro, ese recorte sería cercano al 50% de la pensión
fedea-pensiones-graficos.JPG

Otra forma de verlo puede ser con estos cuatro gráficos, todos ellos referidos al escenario 2 (No Reforma – Inmigración Moderada).

  • el primero muestra la diferencia (en porcentaje del PIB) entre gastos e ingresos del sistema a lo largo de los años
  • el segundo, la evolución de la deuda acumulada por ese déficit (si no se paga ese deuda vía impuestos)
  • el tercero, el peso de las pensiones sobre las rentas del trabajo: TCM es el tipo medio efectivo que soportarían los trabajadores sólo en lo que tiene que ver con pensiones (a ese tipo habría que añadirle el pago de impuestos para el resto de gastos del Estado)
  • y el último gráfico, muestra la relación entre la generosidad prometida a los pensionistas (línea azul) y lo que se podría pagar si sólo tenemos en cuenta los ingresos corrientes del sistema (línea roja).

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