Los independentistas catalanes, en su delirio secesionista, lanzan todo tipo de acusaciones contra el conjunto de España, culpando a la Nación a la que pertenecen de robarles los fondos que les corresponden por la actividad económica que generan. Todo eso es falso. El problema de Cataluña no es su financiación, que es una de las mejores, ni los objetivos que le marcan en el Consejo de Política Fiscal y Financiera para cumplir el déficit, que son de los más laxos, ni que el conjunto de España no la ayude, pues su deuda es colocada gracias al Tesoro. No, su problema es de mala gestión: gasto público desmedido e impuestos altos, con creciente inseguridad jurídica que les hace perder empresas, actividad económica y empleo.
Los independentistas pueden gritar contra el conjunto de España y pueden decir que el resto de españoles les roban recursos, pero todo ello no es más que una cortina de humo para tapar la nefasta gestión de sus gobiernos. Al contrario. Cataluña es una de las regiones mejor financiadas. De hecho, el Sistema de Financiación Autonómica (SFA) fue diseñado de manera bilateral entre el tripartito catalán liderado por Pascual Maragall y el Gobierno de España. Es más, los propios independentistas dieron el visto bueno al borrador de acuerdo antes de que el Gobierno lo propusiese al Consejo de Política Fiscal y Financiera.
Lo plagaron de retorcimientos estadísticos para beneficiar a Cataluña -también a Andalucía- de manera que al hablar de "población ajustada", que es la que se emplea para distribuir los distintos fondos, emplearon unos ajustes, unos grupos de edad y unos intervalos que aproximaban la población ajustada de Cataluña a su población real, mientras que a Madrid le hacían perder muchos habitantes a considerar a la hora de repartir los ingresos.
Así, mientras que a Cataluña sólo le disminuían la población en 86.000 personas, un 1,15%, a Madrid le se la reducían casi 3,5 veces más que a Cataluña, cuando la estructura poblacional de ambas regiones es similar. Así, Madrid perdía 290.000 personas, un 4,5% de su población real. En materia de población sanitaria el escándalo llegaba al extremo en el que Cataluña prácticamente no perdía población, mientras que Madrid perdía 600.000 habitantes. Por tanto, Cataluña se vio ampliamente favorecida al poder contar con una población ajustada muy cercana a la real y recibir, así, unos mayores ingresos a la hora de establecer el reparto de los distintos recursos del sistema.
Eso ha hecho que Cataluña sea la que más fondos ha recibido del actual SFA desde su puesta en marcha en 2009 hasta el presente año de 2018. De esta forma, contando los ejercicios cerrados y liquidados (2009-2016) y los provisionales (entregas a cuenta de 2017 y 2018), Cataluña ha sido, junto con Andalucía, la que más ha recibido del SFA, con 164.000 millones de euros, que son 42.445 millones de euros más que los recibidos por Madrid, que tiene el mismo tamaño económico que Cataluña y donde se genera la mayor recaudación de IRPF.
Es decir, Cataluña se ha llevado el 18,28% de los fondos, casi cinco puntos más que Madrid, cuando tienen el mismo peso económico.
Esta mejor financiación de Cataluña también se refleja en la financiación per cápita media entre 2009 y 2018, incluso empleando la población ajustada con el retorcimiento de parámetros antes comentado, que benefician a esta autonomía. Así, mientras la media está en 2.041 euros para el total de regiones de régimen común, Cataluña recibe 2.204 euros, mientras que Madrid se queda en 1.969 euros, por debajo de la media. Una vez más, se demuestra que Cataluña está sobrefinanciada.
Si eliminamos las trampas del SFA a la hora de calcular la población ajustada, que beneficia a Cataluña, y empleamos la población real, vemos que Cataluña sigue estando sobrefinanciada, casi 300 euros per cápita cada año más que Madrid, es decir, un 15,9% más que la región madrileña.
Por tanto, se mida como se mida, Cataluña está sobrefinanciada por el SFA, con esos 164.000 millones de euros recibidos a lo largo de estos diez ejercicios. Al mismo tiempo, tanto que los separatistas claman por su independencia, debido a lo que consideran el maltratato de Madrid, y, sin embargo, no dudaron en renunciar a su autonomía financiera para alargar la mano y que su endeudamiento lo cubriese el Tesoro a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), pues la pésima gestión de sus gobiernos la había convertido en insolvente, con su calificación crediticia a nivel de bono basura. De esta forma, Cataluña es quien más recursos ha recibido del FLA-Fondo de Facilidad Financiera, con 55.000 millones de euros, que supone el 34% del total de fondos del FLA.
De igual modo, también Cataluña fue la segunda región que más tuvo que recurrir a la financiación del Gobierno español para pagar a sus proveedores en 2012 y 2013, ante los atrasos que acumulaba en su caso por no poder colocar su deuda, debido a su insolvencia. De esta manera, el Ministerio de Hacienda financió la deuda pendiente a proveedores de Cataluña con 6.556 millones de euros, un 21,48% de todos los recursos del plan de pago a proveedores.
¿Eso qué supone? Que además de haber recibido 164.000 millones de euros del SFA, muy por encima de la financiación per cápita media, el conjunto de España ha cubierto 61.500 millones de euros de deuda de Cataluña, que dicha región, por su mala gestión, no ha podido financiar por sí misma. Es decir, si Cataluña no ha colapsado financieramente ha sido gracias al respaldo del Tesoro español, que ha cubierto el 78,28% de toda la deuda viva que tiene Cataluña.
La comparación con la región de tamaño similar, Madrid, es reveladora: el Tesoro sólo ha cubierto la deuda madrileña en un 9,65%, y si esa cifra no es cero se debe a que el Plan de Pago a Proveedores no podía financiarse directamente por las regiones y que en 2015 Madrid se acogió al Fondo de Facilidad Financiera para poder cubrir el endeudamiento del déficit excesivo de 2011, que se produjo por una caída drástica de 1.000 millones de euros en los ingresos y que Hacienda no dejó que la región madrileña los financiase por ella misma, pese a tener capacidad sobrada para ello.
Pese a ello, Cataluña ha acumulado la mayor deuda pública de España, con 78.506 millones de euros -el 78,28% de esa cantidad, financiada por el Tesoro-, debido a la mala gestión de sus gobiernos, que hace que tenga una de las deudas sobre el PIB más elevadas, con un 34,2%.
Todo esto se ha debido a que, motivado por esa mala gestión, Cataluña ha sido una de las regiones que ha incumplido sistemáticamente el objetivo de déficit, con un déficit medio del 2,45% del PIB, frente a la media 1,77%, o frente a Madrid, que es la que, junto a Canarias y Galicia, menos déficit ha tenido entre 2008 y 2017, con un 0,98%.
Y eso lo hizo contando con la mayor flexibilidad del Ministerio de Hacienda a la hora de fijar los objetivos de déficit, pues, en media, durante el período 2008-2017, Cataluña tuvo un objetivo medio de déficit del 1,07% del PIB -2,1 décimas más que Madrid-. Es decir, tuvo una mayor facilidad que Madrid para cumplir con el déficit, que se cifra en 400 millones de euros de media cada año.
Y pese a contar con 300 euros per cápita de mayor financiación que Madrid, pese a que el Tesoro le cubría 61.500 millones de euros, el 78% de su deuda, pese a recibir 164.000 millones de euros del SFA, la región que más recibía, y pese a que contaba con 400 millones de euros al año de mayor flexibilidad que Madrid para cumplir con su déficit, fue una de las regiones que más se desvió de su objetivo, al hacerlo en 1,38 puntos del PIB, más del doble que la media nacional y 1,12 puntos más que Madrid, pese a tener Madrid un objetivo de déficit 2,5 décimas inferior a la media, con lo que el incumplimiento de Cataluña es todavía mayor.
Por tanto, el victimismo independentista catalán queda al descubierto, ya que no sólo el resto de España no roba a Cataluña, como dicen ellos, sino que Cataluña es la que más recibe del SFA, con 164.000 millones de euros, la que más ha sido sostenida en su endeudamiento por el Tesoro, con 61.500 millones de euros, el 78% de la deuda catalana, una de las que más ha recibido del Plan de Pago a Proveedores, con 6.500 millones de euros, y un SFA diseñado para beneficiarla, con una financiación per cápita superior a la media y mayor en 300 euros per cápita al año que Madrid.
Los problemas de Cataluña no son debidos a una mala financiación, puesto que como hemos visto recibe una de las mejores posibles en comparación con el resto de regiones, sino a una pésima gestión, con gastos innecesarios, que hacen que sea insolvente, no pueda financiarse por ella misma, al tener la calificación de bono basura y tener la mayor deuda pública de España, con uno de los mayores crecimientos de deuda sobre el PIB entre 2008 y la actualidad.