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Tres jarros de agua fría para el Gobierno en un solo día: crecimiento, recaudación y producción industrial

Bruselas rebaja las previsiones de crecimiento de España para 2019 y duda de la tasa Google, mientras que la industria cae con fuerza.

Bruselas rebaja las previsiones de crecimiento de España para 2019 y duda de la tasa Google, mientras que la industria cae con fuerza.

A falta de una mala noticia, tres han sido los jarros de agua fría que recibido este jueves el Gobierno de Pedro Sánchez en materia económica. Por un lado, Bruselas ha rebajado de nuevo la previsión de crecimiento de España para 2019, situándola por debajo de la estimación oficial del Ejecutivo, confirmando así la tendencia decreciente del PIB español.

Además, la UE cuestiona la previsión de ingresos derivada de la aplicación de la Tasa Google. Ambas advertencias elevan las dudas sobre el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2019 presentado por el PSOE, así como el cumplimiento de los objetivos de déficit. Y, por si fuera poco, la producción industrial también acaba de registrar la mayor caída interanual desde la recesión de 2012, en línea con la negativa evolución del empleo.

Menos crecimiento del PIB

En primer lugar, la Comisión Europea rebaja una décima su previsión de crecimiento para España tanto en 2019 como en 2020, hasta el 2,1% y el 1,9%, respectivamente, y advierte de riesgos ligados a la mayor incertidumbre interna y externa. En sus previsiones macroeconómicas de invierno, el Ejecutivo comunitario apunta que esta desaceleración se deberá sobre todo a la ralentización del consumo privado, que crecerá en menor medida que los ingresos, al tiempo que aumenta el ahorro de los hogares.

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La proyección de la Comisión para este año es ligeramente más pesimista que la del Gobierno, que estima que el PIB avanzará un 2,2% en el ejercicio. En este sentido, cabe recordar que las grandes cifras que incluyen los Presupuestos se sustentan, en última instancia, sobre el cuadro macroeconómico del Ejecutivo, de modo que cualquier desviación a la baja se traducirá en una recaudación fiscal inferior a la estimada, con todo lo que ello implica para el cumplimiento de los objetivos de déficit.

Y lo grave no es el dato en sí, sino la tendencia descendente que arroja el crecimiento de la economía española, tal y como acaba de certificar Bruselas. En este sentido, ya han sido varios los organismos de peso que han arrojado serias dudas sobre los Presupuestos de Sánchez en los últimos días.

La Comisión señala que la "moderada desaceleración" de la economía española se materializó ya en 2018, que, pese al repunte del crecimiento en el cuarto trimestre (0,7%), se cerró con un avance del PIB del 2,5%, cinco décimas menos que en 2017 y una menos que lo estimado en noviembre. Esto se debió al impacto negativo de las exportaciones, que restaron cuatro décimas al crecimiento pese a que la demanda interna siguió siendo robusta. Bruselas espera que ahora la desaceleración continúe este año y el próximo debido a la citada ralentización del consumo privado y el aumento del ahorro.

Además, el Ejecutivo comunitario advierte de que los riesgos para la perspectiva española están ligados a un "entorno global más débil de lo previsto" y a una "mayor incertidumbre, tanto interna como externa". A este respecto, cabe señalar que el frenazo de la zona euro se intensifica. Prueba de ello es que Bruselas también ha rebajado en seis décimas su previsión de crecimiento en la eurozona para 2019, hasta el 1,3%, mientras que para 2020 estima un avance del 1,6%, una décima menos que en la anterior estimación.

Asimismo, prevé que la creación de empleo se suavice en España tanto en 2019 como en 2020 debido, entre otros factores, al "esperado impacto a la baja del aumento del salario mínimo". En noviembre estimó que el aumento del salario mínimo hará que se creen entre 70.000 y 80.000 empleos menos en dos años (2019 y 2020). También espera que se ralentice la inversión en equipamiento y construcción tras el "boyante crecimiento" de los últimos años.

Dudas sobre la tasa Google

En segundo lugar, el vicepresidente de la Comisión Europea, Jyrki Katainen, ha afirmado este jueves que Bruselas "tiene dudas" en relación a la recaudación prevista por España para el impuesto sobre determinados servicios digitales, en referencia a la famosa tasa Google.

En un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum, ha destacado que Bruselas "no sabe muy bien" cómo va a recaudar España los 1.200 millones anuales previstos con este impuesto, aprobado el pasado 18 de enero por el Gobierno sin consenso con el resto de países comunitarios. El nuevo impuesto gravará aquellas empresas con ingresos anuales totales de, al menos, 750 millones de euros y con ingresos en España superiores a los 3 millones de euros.

Según un informe elaborado por PwC a petición de Ametic y Adigital, el nuevo tributo tendrá un impacto negativo en el PIB de entre 586 y 662 millones de euros, con los consumidores y las pequeñas y medianas empresas (pymes) como los más perjudicados, informa Efe.

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Baja la producción industrial

Por último, si bien el Índice General de Producción Industrial (IPI) aumentó una media del 0,8% en 2018, su menor alza en cinco años, el pasado diciembre registró una caída sustancial, según ha informado este jueves el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En el conjunto del pasado ejercicio, la producción industrial encadenó su quinto ascenso anual consecutivo después de los logrados en 2017 (+2,9%), 2016 (+1,6%), 2015 (+3,3%) y 2014 (+1,5%), año éste último en el que logró su primer repunte desde que estalló la crisis, en 2007. Pero en 2018 registró el crecimiento más moderado del último lustro.

Lo más grave, sin embargo, es que en diciembre cayó un 4,2% interanual, un punto menos que en noviembre y su mayor descenso desde abril de 2017, encadenando así dos meses consecutivos en negativo. Y una vez corregida de efectos estacionales y de calendario, la producción industrial presentó un descenso interanual del 6,2%, tasa tres puntos inferior a la registrada en noviembre y la mayor caída en un mes de diciembre desde 2012, cuando España todavía estaba en recesión.

En diciembre, los índices corregidos de efectos estacionales y de calendario presentaron tasas anuales negativas en todos los sectores. El mayor retroceso lo registraron los bienes de consumo duradero (-12,7%, seguidos de la energía (-11,2%), los bienes de equipo (-5,7%), los bienes intermedios (-4,3%) y los bienes de consumo no duradero (-1,7%).

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