Ayer martes, la web del Ministerio de Trabajo destacaba el dato de paro registrado de la siguiente manera: "El paro registrado se reduce en 54.683 personas y se sitúa en la cifra más baja en un mes de noviembre desde 2008", como podemos comprobar según la impresión de pantalla de dicha web:
Aunque el Gobierno de Pedro Sánchez retuerza el titular de su web para decir que el paro se encuentra en el menor nivel de un mes de noviembre desde 2008, la realidad es otra. Se encuentra en el menor nivel desde 2008 porque en todo ese período se acumularon años de importante crecimiento económico, a partir de 2015, que llevaron aparejado el incremento del empleo.
Lo cierto es que el paro se deteriora, de manera que la desaceleración continúa. El paro sigue aumentando y no dejan de ser datos preocupantes. Así, sube el paro en noviembre en 20.525 personas respecto al mes anterior:
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Sube en Construcción en 1.738 personas.
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Sube en Servicios en 23.934 personas, que es el principal sector de la economía, de manera que el incremento del paro en dicho sector es especialmente preocupante.
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Sube incluso si lo desestacionalizamos, y lo hace en 4.113 personas.
Por otra parte, en términos interanuales es el peor dato de paro de un mes de noviembre desde 2012. Baja en 54.683 personas, cuando en el mismo período del año pasado bajaba en 221.414 personas.
Adicionalmente, tampoco puede presumir mucho el Gobierno de dicho descenso, aunque sea escaso, ya que la región donde mejor evoluciona el paro registrado interanual está gobernada por el PP. Así, en Andalucía es donde más desciende el paro interanual, con 16.458 parados menos.
Y si hablamos en términos mensuales es el segundo peor mes de noviembre en paro registrado desde 2012, en lo más duro de la crisis, pero con la diferencia de que en el otro dato negativo (2016) las expectativas eran buenas, mientras que ahora son malas y se ahonda la desaceleración. En términos porcentuales, es el peor mes en evolución de paro registrado, empatado con 2016 (+0,7% de incremento de paro).
De esta manera, el paro se sitúa en 3.198.184 personas. Si diseccionamos la evolución del desempleo por sexos, nos encontramos con que sube el paro masculino en 13.549 personas, mientras que el paro femenino se incrementa en 6.976 personas.
Por otra parte, apenas baja el paro entre los menores de 25 años (sólo en 704 personas) mientras que aumenta el de mayores de 25 años en 21.229 personas.
¿Y qué sucede con la contratación? Que también se deteriora. No sólo baja, sino que es de mucha peor calidad. Así, se contrata menos: cae el número total de contratos un 5,52% interanual, con 103.003 contratos menos que el año anterior.
Además, como decimos, hay menos estabilidad laboral: vuelve a caer la contratación indefinida interanual y lo hace un 13,14%, mientras que el mes en el que se produjo la moción de censura subía un 19,62%.
Y en el acumulado del año ya son nueve meses consecutivos de caída en la contratación indefinida, al hacerlo este mes el acumulado del año un 5,60%.
Por tanto, no sólo hay más paro, sino que el empleo que hay es, además, más precario.
En cuanto a la afiliación a la Seguridad Social, los datos muestran que se destruye empleo. De esa forma, el número de afiliados a la Seguridad Social cae en 53.114 personas respecto al mes anterior y la cifra total de afiliados se sitúa en 19.376.878 personas.
Si analizamos los datos en términos mensuales, es el peor dato de afiliación de un mes de noviembre desde 2013.
De la misma manera, en términos interanuales es el peor dato desde 2014.
Y al igual que sucede en los datos de paro registrado, tampoco puede presumir del incremento interanual, aunque sea el peor desde 2014, porque son las regiones del PP los lugares en donde más crece la afiliación interanual: Madrid (+98.242) y Andalucía (84.182).
En cualquier caso, el empleo siempre es un indicador retrasado de la actividad económica, pues la decisión de contratar o despedir se produce cuando se consolida la recuperación o la desaceleración, respectivamente, en una economía, por los costes que contratar y despedir conllevan. Y lo que es preocupante es que la desaceleración ya ha llegado al empleo, de manera que es mucho más intensa en la actividad económica.
Son datos (los de noviembre) que confirman lo avanzado antes por la evolución del empleo de los meses de junio, julio, agosto, septiembre y octubre así como de la última EPA (la del tercer trimestre de 2019), que reflejaban claramente también esa desaceleración en el empleo, y que recogían la desaceleración de toda la actividad económica.
Por último, el hecho de que los mejores datos interanuales, tanto en paro como afiliación, se correspondan con regiones donde no se aplican políticas intervencionistas, muestra que la aplicación de una política económica, en el margen de sus competencias, de impuestos bajos, gasto eficiente, cumplimiento de los objetivos de déficit y deuda y libertad económica, permite un mayor avance en la economía y el empleo que cuando se interviene la economía.