Aunque el Gobierno se niegue a aceptar la realidad e incluso presuma en la web del ministerio de Trabajo de la bajada del paro y de la subida de la afiliación a la Seguridad Social en diciembre, el hecho es que los datos indican que son unos datos muy malos, pésimos.
Y son malos, como veremos a continuación, porque son los peores de un mes de diciembre desde tiempos de la crisis. Veamos a continuación un análisis más detallado.
Un diciembre 'negro'
El paro registrado baja en 34.579 personas en diciembre, pero es una bajada muy inferior a la de diciembre de 2018: entonces, el paró bajo en 50.570 parados, es decir, ahora baja 15.991 parados menos. De hecho, es el peor dato de paro registrado de un mes de diciembre desde 2011, en plena crisis.
También es el peor dato de paro interanual desde la crisis. En este caso desde el año 2013. El paro en diciembre sube en la Industria y en la Construcción:
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Industria: +6.350 parados.
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Construcción: +18.282 personas (un 7,15% de incremento, que denota la intensificación del parón económico, debido a que es un sector que sufre mucho la incertidumbre económica.
Sube el desempleo masculino en 10.710 personas, hecho que siempre suele ocurrir cuando empeora la economía, especialmente si el sector de la construcción se resiente.
El paro se sitúa en 3.163.605 personas, pero es que desestacionalizado, es decir, sin el efecto de contratación por la campaña navideña, apenas baja, ya que sólo lo hace en 3.081 personas.
Mejores datos en las regiones del PP
Por otra parte, aunque se obviase la peor evolución desde tiempos de la crisis, ni siquiera el Gobierno de Sánchez puede presumir mucho, porque las regiones donde mejor evoluciona el paro registrado están gobernadas por el PP:
- Andalucía es donde más desciende el paro mensual, con 16.681 parados menos intermensual y 10.833 parados menos interanual.
- La Comunidad de Madrid es la segunda región donde más desciende el paro en el mes, al hacerlo en 3.799 personas intermensual.
- Castilla y León es la segunda región donde más se reduce el paro interanual, con 7.491 parados menos.
Por otra parte, en el ámbito de los contratos, un mes más, se reduce el número de contratos indefinidos y lo hace un 3,94% interanual, mientras que cuando se produjo la moción de censura crecía un 19,62%.
Además, la caída de la contratación interanual es todavía mayor en el acumulado del año, donde cae un 5,49% en relación al año 2018 y acumula diez meses de caída, mientras que cuando el PP dejó el Gobierno crecía un 16,54% en el acumulado del año.
Por tanto, no sólo es el peor dato de paro de un mes de diciembre desde 2011, sino que el empleo que hay es, además, más precario.
Desastre en la afiliación
Aunque el número de afiliados a la Seguridad Social crece en 31.659 afiliados respecto al mes anterior, en términos mensuales es también el peor dato de afiliación de un mes de diciembre desde 2012, de nuevo, en plena crisis.
De la misma manera, en términos interanuales también es el peor dato desde la crisis, en este caso desde 2013.
Debido a ese ligero incremento, la cifra total de afiliados es de 19.408.538 personas. Ahora bien, si analizamos los datos diarios, no en media del mes, en el último día de diciembre se perdieron 43.828 afiliados, y en el conjunto del mes, por afiliación diaria se retrocedió en 91.726 afiliados.
Además, nuevamente tampoco puede presumir Sánchez del mínimo incremento mensual de la afiliación media, ya que vuelven a ser las regiones del PP los lugares en donde más crece la afiliación interanual: Madrid (+93.976) y Andalucía (65.201). Si hablamos en variación porcentual interanual, Madrid es la que más crece de todas las CCAA, con un 2,93%, seguida de Murcia, con un 2,82%.
Del mismo modo, también son las regiones del PP los lugares donde más crece la afiliación intermensual: Andalucía (+38.053) y Madrid (+11.641). Es más, sólo el crecimiento de afiliación intermensual de Andalucía (+38.053) es mayor que el que se registra en el conjunto de toda España (+31.659).
7 meses de malos datos
En cualquier caso, el empleo siempre es un indicador retrasado de la actividad económica, pues la decisión de contratar o despedir se produce cuando se consolida la recuperación o la desaceleración, respectivamente, en una economía, por los costes que contratar y despedir conllevan. Y lo que es preocupante es que la desaceleración ya ha llegado al empleo, de manera que es mucho más intensa en la actividad económica.
Son datos -los de diciembre- que confirman lo avanzado antes por la evolución del empleo de los meses de junio, julio, agosto, septiembre, octubre y noviembre así como de la última EPA (la del tercer trimestre de 2019), que reflejaban claramente también esa desaceleración en el empleo, y que recogían la desaceleración de toda la actividad económica.
Así, ya son siete meses consecutivos en los que los datos de paro y afiliación son los peores de sus respectivos meses desde tiempos de la crisis. Esto ya no es casualidad, sino el efecto de la desconfianza que se ha instalado en la economía española en los últimos tiempos debido a la falta de criterio y a la inestabilidad generada desde la moción de censura. La inercia sirvió para unos pocos meses, pero ya no da más de sí.
Por último, el hecho de que los mejores datos interanuales, tanto en paro registrado como en afiliación a la Seguridad Social, se correspondan con regiones donde se aplican políticas basadas en el liberalismo clásico, muestra que la aplicación de una política económica, en el margen de sus competencias, de impuestos bajos, gasto eficiente, cumplimiento de los objetivos de déficit y deuda y libertad económica, permite un mayor avance de esas regiones. Justo lo contrario de lo que va a suceder en España si se confirma lo que parece probable: un gobierno con planteamientos económicos de extrema izquierda presidido por Sánchez.