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Estas serán las regiones y colectivos más afectados por el alza del SMI a 1.000 euros al mes

El alza unilateral del salario mínimo a 900 euros en 2019 se cobró la destrucción de 45.000 empleos. Su impacto podría ser mayor en 2020.

El alza unilateral del salario mínimo a 900 euros en 2019 se cobró la destrucción de 45.000 empleos. Su impacto podría ser mayor en 2020.
La exministra de Trabajo Magdalena Valerio junto a su sucesora en el cargo, Yolanda Díaz | EFE

Comienzan a aparecer las primeras estimaciones sobre el impacto real que tuvo la subida unilateral del salario mínimo interprofesional (SMI) a 900 euros al mes en 2019. Dicho incremento, del 22,3%, el más alto en 40 años, fue anunciado por el Gobierno de Pedro Sánchez a finales de 2018, tras el acuerdo alcanzado con Podemos para respaldar su proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el pasado año, cuya aprobación, finalmente, no logró pasar el filtro del Congreso.

Por entonces, fueron numerosas las voces que advirtieron al PSOE de las negativas consecuencias que tendría para la creación de empleo una subida tan pronunciada del SMI, dada su absoluta desvinculación con la evolución de la productividad, que es uno de los factores clave para determinar el nivel salarial en una economía. El Banco de España, por ejemplo, llegó a calcular una destrucción de hasta 125.000 puestos de trabajo, lo cual le valió duras y agrias críticas por parte del Ejecutivo, mientras que Moody’s o la AIReF avanzaron un impacto de entre 40.000 y 150.000 empleos a medio plazo.

Aunque todavía es pronto para sacar conclusiones definitivas, algunas firmas de análisis, como es el caso de BBVA Research, ya han publicado sus primeras estimaciones al respecto, y los datos, tal y como se esperaba, no han sido halagüeños. En concreto, España habría dejado de crear unos 45.000 empleos en términos netos a lo largo de 2019 debido a la subida del SMI, una cifra equivalente a 0,4 puntos porcentuales menos de afiliación a la Seguridad Social sobre la variación promedio registrada en 2017 y 2018.

La ralentización en la creación de empleo se habría notado en mayor medida en el régimen general, donde la afiliación habría crecido 7 décimas menos, lo que sugiere que el incremento del SMI podría haber impulsado la conversión de asalariados en autónomos.

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Asimismo, el informe destaca que los más perjudicados por dicho aumento han sido los colectivos que, por edad, sector y región, registran una mayor tasa de cobertura del SMI (porcentaje de trabajadores con un sueldo igual o inferior al salario mínimo). En este caso, el número de cotizantes aumentó un 2,8% interanual en 2019, un punto menos que en el promedio de 2017-2018.

Los más afectados fueron los jóvenes, los ocupados en actividades de servicios que tradicionalmente tienen salarios bajos, como el comercio o la hostelería, y los residentes en Andalucía, Canarias, Extremadura y Murcia. Y, si bien el impacto en 2019 fue "limitado", nuevos incrementos del SMI desligados de la evolución de la productividad durante 2020 y 2021 podrían dificultar aún más la empleabilidad de los jóvenes, los extranjeros o los trabajadores menos cualificados, según advierte BBVA.

Subida del SMI a 1.000 euros

Sin embargo, el Gobierno de coalición de PSOE y Podemos, lejos de corregir esta deriva, pretende elevar el SMI a 1.000 euros al mes este año para, en última instancia, fijarlo en unos 1.200 euros al final de la legislatura, con el fin de que se aproxime al 60% del salario medio.

Fedea ya avanzó, en gran medida, cuáles serían las regiones y colectivos que saldrían más perjudicados por el aumento del SMI en 2019 y 2020, logrando un nivel de acierto bastante elevado el pasado año. Los economistas Florentino Felgueroso y Marcel Jansen señalaron entonces que el impacto dependería del grado de cobertura del SMI, en referencia al porcentaje de trabajadores que cobran un sueldo igual o inferior al salario mínimo.

Y es que, los estudios existentes sobre la materia indican que cuanto mayor sea la tasa de cobertura del SMI y más se aproxime su cuantía al salario mediano, mayor probabilidad habrá de destrucción de empleo, reducción de jornadas y dificultad para salir del paro. Así, en Canarias, Extremadura y Murcia, la cobertura se acercará al 20% en 2020 si el SMI sube a 1.000 euros, entre 5,8 y 8,5 puntos más que el pasado año y entre tres y cinco veces más que las tasas registradas en 2018. Además, el SMI también superaría el 70% del salario mediano en estas regiones.

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Asimismo, la incidencia de este nuevo incremento "será especialmente alta entre los jóvenes de 18-24", ya que la tasa de cobertura rondará el 29% y el SMI representará casi el 83% del salario mediano; junto con los parados de larga duración (24% y 85%, respectivamente); los trabajadores a tiempo parcial (16,7% y 82,2%); los menos cualificados (25,5% y 82,2%), pertenecientes al grupo de cotización 10; las empresas de nueva creación, que son las que contratan más personas con salario mínimo; y en las pymes y micropymes. Por último, las actividades más afectadas serán las relacionadas con los servicios, en especial los servicios personales, las actividades de ocio y recreativas, y las actividades administrativas y de servicios auxiliares.

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Sin SMI o SMI diferenciado

Lo que parece no entender el Gobierno es que, cuanto mayor sea el SMI, mayores dificultades tendrán las empresas para contratar a trabajadores cuya productividad, medida en términos monetarios, sea igual o inferior a dicho umbral, perjudicando con ello a las regiones de menor renta y a los colectivos más vulnerables, especialmente si tales compañías no pueden trasladar el aumento del coste laboral al precio final de venta.

Esta es la razón por la que muchos economistas recomiendan eliminar el SMI, tal y como sucede en numerosos países europeos, donde disfrutan de sueldos elevados y tasas de paro reducidas; implantar un SMI diferenciado por edades, a imagen y semejanza de Alemania, por ejemplo; o incluso un SMI diferente en cada comunidad autónoma, en función de su particular nivel salarial.

En este último caso, y dado que el objetivo del Gobierno es que el SMI alcance el 60% del sueldo medio, no tiene sentido que dicho umbral sea muy superior en algunas regiones, al tiempo que en otras se queda por debajo. Hoy por hoy, mientras en el País Vasco el salario mínimo de 900 euros al mes representaría un porcentaje inferior al 50% del salario medio, en Extremadura representaría casi el 70%, tal y como recoge la Asociación Española de Ciencia Regional.

"Homogeneizar el salario mínimo entre las diferentes regiones españolas no parece, pues, una medida que contribuya a reducir las disparidades regionales en el mercado de trabajo. Una nueva subida del SMI hasta 1.000 euros (como la recogida entre el pacto de coalición firmado por PSOE y Podemos), sin ningún tipo de diferenciación regional, podría poner en problemas la capacidad de generar empleo en las regiones con salarios medios/medianos más bajos, mientras que las regiones con salarios medios/medianos más altos podrían absorber sin problemas dicho aumento. El aumento de las disparidades estaría servido", concluye dicha entidad.

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