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José María Rotellar

Valencia vs Madrid: ocho gráficos que responden a los ataques de Ximo Puig

Puig quiere que en Madrid se suban los impuestos, y como la Comunidad de Madrid hace lo contrario, desea entonces que obliguen a la región madrileña a incrementar los tributos.

Puig quiere que en Madrid se suban los impuestos, y como la Comunidad de Madrid hace lo contrario, desea entonces que obliguen a la región madrileña a incrementar los tributos.
La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig | Cordon Press

El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, ha vuelto a cargar contra la Comunidad de Madrid. Ha dicho que la política fiscal de impuestos bajos de Madrid es antipatriótica y ha pedido acabar con lo que él llama "dumping fiscal".

Puig quiere que en Madrid se suban los impuestos, y como la Comunidad de Madrid hace lo contrario, desea entonces que obliguen a la región madrileña a incrementar los tributos. No le gusta que en Madrid no se tenga que pagar impuesto de Patrimonio, ni que heredar o donar no sea algo confiscatorio, o que al ir a trabajar no se queden con más de la mitad del sueldo de cada persona.

Y, además, añade que Madrid puede permitirse esa política de bajos impuestos gracias al efecto capitalidad, a tener aquí todos los ministerios y organismos oficiales, que generan, según él, un dinamismo económico con el que Madrid prospera y el resto no.

Puig se equivoca una vez más. Madrid es la capital de España desde tiempos de Felipe II -salvo los breves años en los que la capital y la Corte se trasladaron a Valladolid en el reinado de Felipe III-, con lo que lleva varios siglos con ese supuesto efecto de capitalidad que menciona Puig incorporado. Sin embargo, no siempre Madrid ha sido el núcleo económico pujante que es ahora.

De hecho, podemos realizar un análisis de la época del Estado de las Autonomías, para ver si Madrid ha sido siempre el motor económico de España que es desde hace algunos años o si hubo tiempos en los que se aplicaban otras políticas que daban peores resultados. Los datos demuestran que Madrid no siempre ha sido líder en crecimiento económico:

  • En 1984, Madrid crecía 4 décimas menos que España y un punto menos que Cataluña. Gobernaba el PSOE en la Comunidad de Madrid.

  • En 1987, Madrid crecía 1 décima menos que España y 1 décima menos que Cataluña. Gobernaba el PSOE en la Comunidad de Madrid.

  • En 1988, Madrid crecía 6 décimas menos que España y 1,8 puntos menos que Cataluña. Gobernaba el PSOE en la Comunidad de Madrid.

  • En 1989, Madrid crecía lo mismo que España, pero 8 décimas menos que Cataluña. Gobernaba el PSOE en la Comunidad de Madrid.

  • En 1990, Madrid crecía 9 décimas menos que España y casi 3 puntos menos que Cataluña. Gobernaba el PSOE en la Comunidad de Madrid.

  • En 1992, Madrid se adelanta a la recesión de toda España de 1993, y decrecía, de manera que se situaba 8 décimas por debajo de España y 1,5 puntos por debajo de Cataluña. Gobernaba el PSOE en la Comunidad de Madrid.

  • En 1993, aunque Madrid cayó menos que España, retrocedió una décima más que Cataluña. Gobernaba el PSOE en la Comunidad de Madrid.

  • En 1994, aunque Madrid creció una décima más que España, creció medio punto menos que Cataluña. Gobernaba el PSOE en la Comunidad de Madrid.

Es decir, en ocho de los doce años en los que el PSOE, partido al que pertenece Puig, gobernó en la Comunidad de Madrid, la región madrileña creció por debajo de España y/o de Cataluña. De hecho, Madrid pasó de ser la quinta región en PIB per cápita a ser ahora la primera y llegar a estar entre las veinticinco regiones más prósperas de la Unión Europea, cuando años antes partida del puesto sesenta y seis.

Puig se enfada por el hecho de que Madrid baje impuestos y que quiera seguir bajándolos ahora, y recurre a la falsa acusación de dumping fiscal, efecto capitalidad o cualquier otro motivo sin fundamento para no tener que dar cuenta de el porqué de sus peores resultados económicos, ya que crece menos, tiene más tasa de paro, más déficit y más deuda.

Madrid logra su mayor dinamismo económico gracias a que grava a los ciudadanos con menos impuestos, dejando, así, más dinero en su bolsillo para que hagan con él lo que estimen oportuno, consumir, ahorrar o invertir, en definitiva, generar actividad económica y empleo, y, con ello, prosperidad. Así, la Comunidad de Madrid tiene el tipo mínimo del IRPF un 11,1% más bajo que el tipo mínimo valenciano.

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De igual manera, Madrid también tiene más bajos los tipos del resto de tramos. En el tipo máximo, la Comunidad de Madrid tiene 4,5 puntos menos que Valencia.

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El presidente valenciano tiene las mismas competencias que Ayuso para aplicar una política de impuestos bajos. Si no lo hace es o porque no sabe o porque no quiere, pero que no se queje después de los peores resultados, como tener un menor crecimiento económico. De hecho, los resultados de aplicar impuestos bajos, como Madrid, e impuestos altos, como Valencia, se reflejan en los datos económicos.

Así, Madrid creció en 2018 (último dato publicado) un 3,1% en el último año, frente al 1,9% de Valencia.

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Como podemos comprobar en la serie del INE, desde 2010 el crecimiento de Madrid ha sido más del doble que el valenciano:

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Eso se refleja en una mayor riqueza de los madrileños, con el mayor PIB per cápita de España, mientras que el de Valencia está por debajo de la media nacional. Así, el PIB per cápita de Madrid es casi 13.000 euros superior al valenciano, que es, a su vez, este último, inferior en 3.300 euros a la media nacional.

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Y ese mayor dinamismo de Madrid hace que la región madrileña tenga la tasa de paro más baja de las regiones más grandes de España, 4,14 puntos inferior que la valenciana. A su vez, Valencia tiene una tasa de paro 3,5 décimas por encima de la media nacional.

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¿Qué es lo que le sucede a Puig realmente? Que quiere esconder el fracaso del intervencionismo y el elevado gasto público en sus ataques a Madrid, porque la competencia fiscal y la estabilidad presupuestaria dejan al descubierto los buenos gestores, que bajan impuestos, controlan el gasto, dan los mejores servicios y cumplen con los objetivos de déficit y deuda, y los malos gestores, que pese a gastar mucho y subir mucho los impuestos, no crean un entorno económico positivo y elevan mucho el déficit y la deuda.

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Si el presidente Puig aplicase una política de bajada de impuestos y gasto eficiente, seguro que podría crecer lo mismo que Madrid y dar los mejores servicios, porque no existe una maldición que le impida a Valencia conseguirlo, sino que lo que sucede es que tiene unos gestores que aplican otras políticas que dan peores resultados. Puig está en su derecho de aplicar la política económica, en el margen de sus competencias, que estime oportuno, pero después que no se queje de los resultados, que se lo explique a sus ciudadanos y, sobre todo, que no le eche la culpa a otros, como Madrid, que optan por otra política económica distinta a la de Puig, teniendo tanto derecho como él a elegir que orientación económica quiere dar a su economía.

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