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Diego Zuluaga, del Instituto Cato, desmonta la tasa Tobin: "No llegará ni al 0,4% de la recaudación”

El analista español afincado en Washington critica también la subida de Patrimonio: "Es un anacronismo fiscal".

El analista español afincado en Washington critica también la subida de Patrimonio: "Es un anacronismo fiscal".
Diego Zuluaga, analista español | LD

Diego Zuluaga es analista del Instituto Cato, uno de los think tanks más prestigiosos de Estados Unidos. Licenciado en Economía e Historia por la Universidad McGill y Máster en Finanzas por la Universidad de Oxford, este joven bilbaíno pasó previamente por el Institute of Economic Affairs, de Reino Unido, y ha publicado numerosos artículos en medios como Wall Street Journal o Washington Post. Libre Mercado se ha entrevistado con él para evaluar las nuevas propuestas tributarias del gobierno español, que tocan dos gravámenes de los que Zuluaga es un buen conocedor: el Impuesto de Patrimonio y el Impuesto a las Transacciones Financieras.

Libre Mercado: España ha insistido en aprobar un gravamen sobre las transacciones financieras, una idea en horas bajas que sin embargo parece entusiasmar a nuestros socialistas y comunistas. ¿Que bagaje ha tenido este tributo?

Diego Zuluaga: En general, los economistas miran los impuestos sobre transacciones con escepticismo, ya que distorsionan los precios de los activos, reducen el volumen de contratación y merman la liquidez de los mercados. Y todo ello, todo ese daño, a cambio de recaudar muy poco dinero, como hemos podido ver cada vez que se ha intentado algo así.

El difunto James Mirrlees, ganador del Nobel de Ciencias Económicas en 1996, hizo un gran repaso al sistema fiscal británico y concluyó que no encontró ni un solo argumento convincente para gravar las transacciones. ¡Ni uno! Esta observación es relevante, porque en Reino Unido sí se aplica una suerte de tasa Tobin, conocida como Stamp Duty. Es un impuesto que ha recibido muchas críticas.

¿Y qué genera ese gravamen? Pues, a pesar de que Londres es una plaza financiera de importancia mundial y de que el tipo aplicado es muy alto (0,5% en cada operación de compraventa de acciones), solo genera el 0,6% de la recaudación total.

LM: No se espera mucho más en el caso de España.

DZL: No, por eso es curioso que algunos partidarios de la tasa Tobin la presenten como un "instrumento de recaudación" o incluso de "castigo" al sector financiero por el rescate de 2012. La ministra Montero ha dicho que quiere destinar lo recaudado a Seguridad Social y pensiones. Sin embargo, las proyecciones del propio gobierno sugieren que este impuesto (con un tipo del 0,2%) va a ingresar poco, como máximo 850 millones de euros, lo que apenas sería el 0,4% de la recaudación de 2017/18. Y es esta una cifra que, además, ha sido cuestionada por organismos independientes, que la ven excesivamente optimista.

LM: ¿Es cierto que Tobin dio la espalda a este impuesto con el paso de los años?

DZL: Lo que Tobin buscaba era precisamente desincentivar las transacciones, ya que creía que los movimientos de capital en los años posteriores al desmantelamiento de Bretton Woods (el régimen de tipos fijos de cambio entre divisas que Richard Nixon finiquitó en 1971) eran excesivos y fomentaban la inestabilidad monetaria y financiera en los países. Al margen de la validez que uno otorgue a esta tesis (y el ejemplo del "corralito" argentino subraya la importancia de la libre movilidad de capitales), no se aplica a España hoy en día al ser nuestro país parte de la eurozona.

LM: También hay quienes apuntan que, pese a que la recaudación obtenida sea baja y el mercado sufra distorsiones, vale la pena para evitar el trading de alta frecuencia y demás operaciones automatizadas de inversión.

DZL: Los traders de alta frecuencia utilizan conexiones de muy alta velocidad para anticipar las órdenes bursátiles y así hacerse con un margen por encima del precio de venta. La evidencia de que dicho high frequency trading aumenta la volatilidad de los precios bursátiles no es contundente. De hecho, las investigaciones que se han realizado confirman que incluso mejora la liquidez de los mercados, a diferencia de la tasa Tobin que, por ejemplo en el Reino Unido, ha impactado en el volumen de negociación y en los precios, cosa que ya había sucedido tiempo atrás cuando se aplicó en Suecia.

Al no ser España una plaza financiera de primer nivel, la actividad de estos sofisticados traders es menos significativa. Por la misma razón, la "tasa Tobin" es susceptible de ahuyentar negociación y ofertas públicas de venta en favor de otros mercados. Cabe recordar que en Suecia, tras la introducción de este gravamen en 1984, el 60% del volumen de contratación huyó a Londres. Los suecos aprendieron rápido y eliminaron el impuesto en 1991, pero de poco les sirvió, ya que la mayor parte de la actividad que se había ido a Londres no regresó nunca. ¿España va a cometer el mismo error casi treinta años después?

LM: Hablemos ahora del Impuesto sobre el Patrimonio, otra de las cruzadas de la ministra Montero que cuenta con el aplauso unánime de PSOE y Podemos.

DZL: La evidencia internacional sugiere que los impuestos sobre la riqueza son un anacronismo fiscal. Si en Europa doce países tenían gravámenes de este tipo en 1990, hoy sólo lo mantienen tres: Noruega, Suiza y España. La propia España lo abolió de 2008 a 2011 y, ahora, es el único país perteneciente a la Unión Europea que no solo lo aplica, sino que además lo va a subir y reforzar.

Incluso Francia, que es notoria por ser el país desarrollado donde el Estado supone la cuota más elevada del producto interior bruto (57%), el gobierno de Macron eliminó el Impuesto de Patrimonio en 2017. Entonces, mucho medios destacaron la preocupación de las autoridades francesas por ser percibidas como un infierno fiscal, tras sonados cambios de residencia a otros países por parte de empresarios y famosos, incluido Gérard Depardieu.

En el Instituto Cato hemos estudiado con detalle la historia del impuesto sobre la riqueza en distintos países. En la mayoría de los casos, su eliminación no responde a criterios ideológicos sino pragmáticos: los impuestos de patrimonio son fáciles de eludir, difíciles de administrar, y suelen estar plagados de exenciones y deducciones para satisfacer a grupos de interés (como agricultores y grandes terratenientes), lo que los convierte en tributos muy ineficientes. La lista de países que abolieron dicho gravamen después de experimentos decepcionantes es larga e incluye algunas naciones comúnmente consideradas progresistas, caso de Dinamarca, Finlandia y Suecia.

Cabe destacar que los otros dos países de nuestro entorno que mantienen impuestos sobre la riqueza, Noruega y Suiza, no son miembros de la UE-28 y, por otro lado, mitigan el impacto de esta tasa reduciendo otros gravámenes. Noruega, por ejemplo, abolió su impuesto de sucesiones en 2014, mientras que en Suiza los tipos impositivos sobre la renta y de sociedades están muy, pero que muy por debajo de España.

LM: Y tampoco es esta una vía recaudatoria efectiva, pese al daño creado.

DZL: En España, según datos de Hacienda, el impuesto sobre patrimonio recauda un 0,57% del total de ingresos tributarios, por debajo de Noruega (1,1%) y Suiza (3,3%). Pero esto no convierte a nuestro país en una excepción, sino en otro ejemplo más de que esta figura fiscal es fácil de eludir y por tanto poco eficiente. La diferencia es que España aún no ha respondido eliminando definitivamente este impuesto, siguiendo el ejemplo de la amplia mayoría de nuestros socios europeos.

Además, un estudio de 2016 de la Oficina Nacional de Estudios Económicos de EEUU concluye que "el patrimonio declarado en Suiza es muy sensible a la fiscalidad sobre la riqueza", de modo que un refuerzo de este tributo puede hacer que, sencillamente, los ricos busquen nuevas estrategias para esquivar su impacto o, incluso, se lleven fuera de España parte de su patrimonio.

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