Alemania ha sido uno de los países europeos que mejor ha gestionado la pandemia de la covid-19. El número de fallecidos por millón de habitantes asciende a 100, diez veces menos de las estimaciones para España realizadas por diversos organismos independientes y seis veces por debajo de la mortalidad admitida por el gobierno de nuestro país.
En los últimos días, el total de casos activos ha experimentado un cierto repunte en las últimas fechas. Pese a los miedos que ha despertado dicha evolución, lo cierto es que, comparando este rebrote con la evolución de los últimos meses, parece evidente que, de momento, el aumento no resulta excesivamente preocupante, en la medida en que se trata de cifras muy inferiores al pico de marzo y abril.
Así las cosas, el proceso de desescalada y adaptación sigue su curso, marcado por una estrategia económica diametralmente opuesta a la española. Mientras que en nuestro país se aprueban nuevos impuestos, como la tasa Google o la tasa Tobin, y se anuncian subidas fiscales en gravámenes como el IRPF o el Impuesto de Sociedades, el país teutón ha anunciado que bajará el IVA del 19% al 16%.
Para seguir favoreciendo la adaptación a la covid-19 y mejorar más aún el clima fiscal del país teutón, algunas entidades han propuesto la ampliación de las deducciones aplicadas sobre el teletrabajo. La propuesta nace de la Asociación de Contribuyentes, que ha pedido al gobierno germano que amplíe el alcance de estas medidas compensatorias.
Su llamado encontró eco entre los liberal-demócratas del FDP. Su máximo dirigente, Gerald Ullrich, ha pedido a la coalición que encabeza Ángela Merkel que tome nuevas medidas orientadas a mejorar el tratamiento fiscal del teletrabajo, puesto que las normas actuales solo permiten aplicar estos beneficios a aquellas personas que tienen una oficina profesional dentro del domicilio, impidiendo que las deducciones sean de alcance para el resto de contribuyentes que realiza parte de su jornada desde casa.
El Ministerio de Trabajo ha anunciado que su intención es aprobar una nueva Ley de alcance nacional que favorezca el teletrabajo, mientras que el Ministerio de Hacienda ha admitido que está revisando estas deducciones para que su aplicación sea más generalizada. Esta situación contrasta con la apuesta del gobierno español, que estudia trasladar parte de las cargas del teletrabajo a las empresas e insiste en afirmar que este tipo de jornada genera desventajas para los asalariados en términos de horarios, un discurso que choca con los datos del INE que certifican que el 98% de las horas no trabajadas durante el confinamiento han sido igualmente remuneradas.