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José María Rotellar

La EPA corrobora la constante destrucción de empleo en España

La mala gestión gubernamental, con restricciones constantes, está hundiendo al tejido productivo, especialmente a restaurantes, bares, cafeterías, comercio y turismo.

La mala gestión gubernamental, con restricciones constantes, está hundiendo al tejido productivo, especialmente a restaurantes, bares, cafeterías, comercio y turismo.
Una persona pasa al lado de una Oficina de Empleo en Madrid | Europa Press

Los datos de la EPA del tercer trimestre muestran las terribles consecuencias en el empleo que tiene la abrupta caída de la actividad económica en el presente año como consecuencia de la mala gestión del Gobierno en toda la crisis derivada del coronavirus.

El número de parados sube en 355.000 personas en el trimestre, con un aumento de 508.500 personas en el último año. Además, de todos los inactivos que se incrementaron con motivo de la pandemia y la imposibilidad de buscar trabajo, se constata la intensidad del deterioro del mercado laboral, pues de esos inactivos sólo 928.700 han pasado a la ocupación mientras que 1.320.500 han engrosado las filas del paro.

De esa manera, el número de parados crece hasta los 3.722.900, con una tasa de paro del 16,26%, que supone 2,34 puntos más que hace un año. 

Los ocupados caen en 697.500 personas respecto al mismo trimestre del año anterior. Se destruye empleo, por tanto, de manera cuantiosa, que en el caso del sector privado asciende a 805.900 puestos de trabajo perdidos en términos interanuales. Del mismo modo, los trabajadores por cuenta propia también se resienten, con una reducción de 14.300 en términos interanuales.

Disminuye, asimismo, la ocupación interanual en todos los sectores:

  • Agricultura: -15.200.
  • Industria: -128.100.
  • Construcción: -20.600.
  • Servicios: -533.600

El número de hogares con todos sus miembros activos en paro aumenta en 23.900 hogares en el trimestre y se sitúa en 1.172.700 hogares.

Por tanto, se confirma lo que se preveía, con una gran parte del tejido productivo dañado y mucho de él destruido, y que se resentirá más todavía con las nuevas restricciones impuestas, que no solucionan el problema sanitario y que, sin embargo, hieren de muerte a la economía y el empleo. 

La mala gestión gubernamental, con restricciones constantes, está hundiendo al tejido productivo, especialmente a restaurantes, bares, cafeterías, comercio y turismo, que puede dejar, desgraciadamente, un largo número de personas en el paro antes de que finalice este año. O se reabre de inmediato todo y con prudencia y sin bajar la guardia se sale a trabajar, o el drama social será mayor que el del virus debido a la hecatombe económica a la que nos podemos enfrentar.

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