OTR / Press.-En las últimas horas, está corriendo el mensaje de que Defensa de la Competencia atrasa, abandona, el estudio del informe sobre posibles prácticas contra la competencia por parte de las petroleras españolas. Si se confirma, tanto el atraso como el abandono definitivo, no nos quedará más remedio que poner blanco sobre negro la idea general de que en ese sector la competencia no es que sea un bien escaso, es que no existe.
Al parecer, en Defensa de la Competencia han llegado a la conclusión de que a Cepsa y a BP no les queda más remedio que hacerseguidismode Repsol, que controla casi la mitad del mercado de venta de productos petrolíferos en nuestro país. Pues esa es, precisamente, la falta de competencia que debía poner de manifiesto el informe del organismo que se encarga de velar porque no se alteren las reglas. Es obvio que no la hay, y a eso se debería dedicar el informe: a aconsejar al Gobierno cómo acabar con estepseudomonopolio,duopolioo como quiera llamarse.
Recuerdo aquel día en que se nos dijo que desaparecía el monopolio y nos adentraríamos en un mundo idílico en el que los distintos agentes del mercado competirían entre sí abaratando los precios al consumidor u ofreciendo servicios diferenciados. Lograrían así que acudiéramos a una u otra empresa en función no sólo de los precios, sino de la calidad del servicio. Al final, todo aquello se resume en idénticos precios vayas donde vayas, en que te tienes que echar tu la gasolina (en la mayoría de ellas no hay ni guantes de plástico para evitar el olor de la manguera), en que nadie te limpia los cristales y en que nadie te ayuda a mirar el aire de las ruedas. El mundo idílico nunca existió más que en los anuncios de televisión, que te muestran unas estaciones de servicio de cuento de Walt Disney.
Estoy convencida, por todo lo dicho, que Defensa de la Competencia tiene en este sector mucho trabajo. Ya sabemos de los poderes que se gastan estas empresas, de las presiones incluso que ejercerán, pero eso a los consumidores nos importa bien poco. Muy fino tendrán que hilar si quieren convencer a alguien de la necesidad de archivar la causa. Materia hay y todos lo sabemos porque está ahí, a la luz del día.
Al parecer, en Defensa de la Competencia han llegado a la conclusión de que a Cepsa y a BP no les queda más remedio que hacerseguidismode Repsol, que controla casi la mitad del mercado de venta de productos petrolíferos en nuestro país. Pues esa es, precisamente, la falta de competencia que debía poner de manifiesto el informe del organismo que se encarga de velar porque no se alteren las reglas. Es obvio que no la hay, y a eso se debería dedicar el informe: a aconsejar al Gobierno cómo acabar con estepseudomonopolio,duopolioo como quiera llamarse.
Recuerdo aquel día en que se nos dijo que desaparecía el monopolio y nos adentraríamos en un mundo idílico en el que los distintos agentes del mercado competirían entre sí abaratando los precios al consumidor u ofreciendo servicios diferenciados. Lograrían así que acudiéramos a una u otra empresa en función no sólo de los precios, sino de la calidad del servicio. Al final, todo aquello se resume en idénticos precios vayas donde vayas, en que te tienes que echar tu la gasolina (en la mayoría de ellas no hay ni guantes de plástico para evitar el olor de la manguera), en que nadie te limpia los cristales y en que nadie te ayuda a mirar el aire de las ruedas. El mundo idílico nunca existió más que en los anuncios de televisión, que te muestran unas estaciones de servicio de cuento de Walt Disney.
Estoy convencida, por todo lo dicho, que Defensa de la Competencia tiene en este sector mucho trabajo. Ya sabemos de los poderes que se gastan estas empresas, de las presiones incluso que ejercerán, pero eso a los consumidores nos importa bien poco. Muy fino tendrán que hilar si quieren convencer a alguien de la necesidad de archivar la causa. Materia hay y todos lo sabemos porque está ahí, a la luz del día.