OTR-Press.-El mes de mayo en la Bolsa, el aburrimiento ha sido la tónica general. Alegrías y alicientes hubo pocos. Las referencias para cambiar el rumbo, muy escasas. Así que no es de extrañar que el comentario general haya sido durante muchas jornadas, sobre todo las últimas, que se acabara ya este mes de una vez. Una prueba inapelable de lo que ha pasado en los mercados la tenemos en el volumen de negocio. Se han batido récord de mínimos.
Está claro que preocupa y mucho que las economías no den síntomas de mejoría. En Estados Unidos siguen de cabeza, aunque la confianza de los consumidores mejoró en abril. Y en Europa, se rebajan las expectativas de crecimiento y encima con inflación. Los movimientos que se han producido en los tipos de interés no han causado efecto inmediato, desde luego no en las economías, que va más lento. Pero tampoco, y esto es raro, en los mercados bursátiles. Del euro, ni hablamos. Ha finalizado el mes en mínimo anual, con lo que queda nítida la confianza de los inversores en la moneda única.
La incertidumbre, siempre se ha dicho, es lo peor que puede pasar. Y haberla, hayla. Por eso los inversores no se atreven a volver al mercado. Los que están, ante cualquier noticia, salen. Esto ha pasado sobre todo en las grandes empresas, en las de la economía, digamos, tradicional, como los bancos. Pero, donde se ha visto con toda su crudeza ha sido en las tecnológicas, telecomunicaciones y medios de comunicación. Este mes, hemos visto como Terralycos, se precipitaba al vacío y marcaba mínimos.
Quizás el único aliciente lo proporcionó la salida a bolsa de Inditex. Un éxito que volvió a reconciliar a los inversores con las OPV. Le fue muy bien en el estreno y ha logrado mantener el tipo bastante bien en los días sucesivos.
El futuro, incierto. La confianza, por los suelos. El dinero, a buen recaudo. En todo caso, paciencia, ya saben que en el segundo semestre suelen pasar cosas. Lo complicado es saber si buenas o malas.
Está claro que preocupa y mucho que las economías no den síntomas de mejoría. En Estados Unidos siguen de cabeza, aunque la confianza de los consumidores mejoró en abril. Y en Europa, se rebajan las expectativas de crecimiento y encima con inflación. Los movimientos que se han producido en los tipos de interés no han causado efecto inmediato, desde luego no en las economías, que va más lento. Pero tampoco, y esto es raro, en los mercados bursátiles. Del euro, ni hablamos. Ha finalizado el mes en mínimo anual, con lo que queda nítida la confianza de los inversores en la moneda única.
La incertidumbre, siempre se ha dicho, es lo peor que puede pasar. Y haberla, hayla. Por eso los inversores no se atreven a volver al mercado. Los que están, ante cualquier noticia, salen. Esto ha pasado sobre todo en las grandes empresas, en las de la economía, digamos, tradicional, como los bancos. Pero, donde se ha visto con toda su crudeza ha sido en las tecnológicas, telecomunicaciones y medios de comunicación. Este mes, hemos visto como Terralycos, se precipitaba al vacío y marcaba mínimos.
Quizás el único aliciente lo proporcionó la salida a bolsa de Inditex. Un éxito que volvió a reconciliar a los inversores con las OPV. Le fue muy bien en el estreno y ha logrado mantener el tipo bastante bien en los días sucesivos.
El futuro, incierto. La confianza, por los suelos. El dinero, a buen recaudo. En todo caso, paciencia, ya saben que en el segundo semestre suelen pasar cosas. Lo complicado es saber si buenas o malas.