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Susana Criado

El ántrax cotiza al alza

Con la salud no se juega; eso lo sabe usted y lo sabe también la bolsa. Las empresas farmacéuticas y las compañías de biotecnología ignoran por completo las incertidumbres derivadas de los ataques del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington. Son dos sectores que no sufren ni por los bombardeos de Estados Unidos sobre Afganistán, ni por el temor a una contrarréplica por parte de los terroristas, ni por la fuerte desaceleración económica que vive Estados Unidos.

Ambos son sectores defensivos, porque por mucha recesión que haya las ventas de medicamentos no caen. Un ejemplo de excelente salud financiera lo acaba de dar Genetech, la segunda mayor compañía de biotecnología del mundo. En el tercer trimestre del año – cuando la mayor parte de las empresas cotizadas en Europa y en Estados Unidos anuncian “profit warnings”, es decir, dicen que van a ganar menos de lo previsto– su beneficio crece un 22% y las ventas de algunos de sus medicamentos se disparan un 80%. Si no bajan las ventas, la capacidad para generar beneficios es mayor que en otros sectores –como aerolíneas, cadenas hoteleras, fabricantes de coches o bancos– que sí pueden sufrir por el actual contexto de caída de la demanda.

Sí que es cierto que en este contexto de desaceleración de las economías podríamos asistir a un descenso en las inversiones destinadas a la investigación. Sin embargo, la amenaza de una guerra biológica y la psicosis desatada tras las últimas muertes por ántrax en Boca Ratón, Florida, podrían respaldar la marcha de estas compañías en bolsa. Por el momento, la alemana Bayer ha anunciado que aumentará en un 25% la producción de “Cipro”, el único antibiótico autorizado para tratar el ántrax. En la última semana de septiembre las recetas de este fármaco en Nueva York han aumentado un 27% respecto al mismo periodo del año anterior, y las ventas han crecido un 25%.

Además, hablamos de un sector que ha apostado por la concentración con el fin de ganar en tamaño y ahorrar en costes. El año pasado asistimos a la fusión entre Glaxo Welcome y Smith Kline Beecham; después Jonson & Jonson se hizo con Alza, y recientemente Bayer se ha hecho con la filial agroquímica del grupo franco-alemán Aventis (Aventis Schering).

Son aspectos favorables que podrían beneficiar a las grandes compañías del sector en bolsa. No obstante, no podemos olvidar algunos de sus riesgos. Requieren enormes inversiones de capital para poner en marcha nuevos medicamentos y los beneficios no aparecen de forma inmediata. Además, hablamos de un sector que cotiza a precios elevados en bolsa: el per –número de veces que el beneficio está incluido en el precio de la acción– está por encima de 30 en Merk, Jonson & Jonson y Aventis, lo que indica que están a precios altos en bolsa.

En definitiva, farmacia y biotecnología se convierten en un refugio caro aunque atractivo para sortear la crisis que viven las bolsas.

En Libre Mercado

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