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Susana Criado

Los inversores, sin voz ni voto

La bolsa y los inversores pueden ser ambiciosos, egoístas, interesados... pueden ser esto y mucho más, pero nunca tontos. Los inversores y sobre todo los accionistas de tres grandes compañías del mercado (Metrovacesa, Vallehermoso y Dragados) se sienten estafados. Han visto cómo estas tres empresas pasaban de unas manos a otras a cambio de precios desorbitados. El pasado mes de abril fue ACS, la constructora de Florentino Pérez, la que tomó el control de Dragados al comprarle al Santander el 24% de su competidora. Florentino pagó una prima del 60% para hacerse con el control de Dragados sin necesidad de lanzar una OPA, oferta pública de adquisición de acciones. La semana pasada la sorpresa nos llegó también con Emilio Botín. El presidente del Santander vendió cerca del 25% de Vallehermoso a Sacyr a cambio de una jugosa prima del 60%. Y el último caso implica a otro gran banco, el BBVA que vende el 23,9% de Metrovacesa a Bami a un precio de 36,55 euros por acción, lo que supone una prima de casi el 60%.

El mercado analiza con detalle esta última operación; la analiza, la castiga y la critica. Fuerte varapalo para las dos inmobiliarias, para Metrovacesa y Bami. Sufren en bolsa por varios motivos: porque Bami ha pagado un precio demasiado alto para hacerse con el control de su competidora y porque para pagar esa prima tendrá que endeudarse y acudir al mercado mediante ampliación de capital para conseguir financiación. El mercado castiga a la inmobiliaria de Joaquín Rivero, Bami, porque el hecho de pagar una prima tan alta no le garantiza el control total sobre Metrovacesa; ni la prima del 60% ni la toma del 23,9% del capital de la inmobiliaria controlada por el BBVA no impedirá que otras competidoras como Colonial lancen una OPA sobre Metrovacesa. Y sobre todo porque los pequeños ahorradores se sienten estafados. Muchos de ellos compraron acciones de estas inmobiliarias pensando que iban a protagonizar procesos de fusión o alianzas que serían rentables y beneficiosas para la compañía. Sin embargo, se encuentran con que el control de estas empresas pasa de unas manos a otras a cambio de primas importantes y que ellos no se benefician. La bolsa teme que tarde o temprano las compradoras ACS, Sacyr y Bami compensen el algo precio pagado por hacerse con Dragados, Vallehermoso y Metrovacesa mediante canjes o fusiones poco favorables para las compradas y por lo tanto para sus accionistas.

Resultado: que la ley de OPAs no funciona porque en el caso de ACS y Dragados, Sacyr y Vallehermoso o Bami y Metrovacesa los compradores han adquirido participaciones inferiores al 25% evitándose el lanzar ofertas públicas de adquisición de acciones. En los tres casos cambia el control de una empresa de unas manos a otras y los pequeños accionistas ni se enteran, ni tienen ni voz ni voto, ni se benefician. La Ley de OPAs está obsoleta y es necesario que más pronto que tarde se refuerce la protección a los inversores.

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