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Los clientes blindados en el recibo de la luz, las últimas víctimas de la 'tormenta eléctrica'

A los clientes que firmaron tarifas planas de la luz en 2020, les queda poco para que se revisen sus contratos... al alza.

A los clientes que firmaron tarifas planas de la luz en 2020, les queda poco para que se revisen sus contratos... al alza.
Postes de luz en Málaga | Alamy

"Para tu tranquilidad, ante las noticias relativas al incremento de los precios de la electricidad, queremos recordarte que dichas subidas no afectan al Plan que tienes contratado".

Este es el mensaje que está enviando por correo electrónico una conocida compañía eléctrica a buena parte de sus clientes. Uno de los destinatarios (cuya identidad no vamos a desvelar) respira con cierto alivio al recibir el email informativo, aunque en realidad, ya se había percatado de que su factura se estaba librando de los vaivenes que tantos meses llevan acaparando las portadas de los medios. ¿Qué está ocurriendo entonces con su afortunado recibo? Se pregunta este consumidor.

La respuesta es sencilla: su contrato eléctrico está dentro del mercado libre. Es necesario insistir en que en España existen dos tipos de mercados de la electricidad, el regulado y el libre. Los consumidores eligen en cual de ellos quieren estar, aunque la complejidad del recibo (y del sistema) hace que muchos ignoren las diferencias entre uno y otro. Este desconocimiento es tal, que, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el 63% de los hogares españoles no sabía en qué mercado tenían contratado su suministro de luz a cierre de 2020.

Los 2 mercados de la electricidad

Lo explicamos. Por un lado, están los 11 millones de hogares que pertenecen al mercado regulado y que cuentan con una tarifa con Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) que depende del precio diario de la electricidad. Es decir, que la luz haya vuelto a batir este jueves otro récord histórico y se dispare hasta los 141,7 euros el megavatio hora (MWh) les afecta exclusivamente a ellos.

Eso sí, hay que recordar que el precio del mercado mayorista (el que está rompiendo todos los niveles vistos hasta ahora) no es el precio total que paga cada consumidor por la luz de su domicilio. Este coste sólo implica una parte del recibo —en torno al 40%— ya que el resto de la factura corresponde a impuestos y costes políticos.

Por tanto, los 18 millones de consumidores restantes pertenecen al mercado libre, donde el precio de la energía lo fija de antemano la eléctrica estableciendo una especie de tarifa plana que permite al consumidor saber de antemano lo que va a pagar por la energía que consuma en el futuro. Tradicionalmente, estas tarifas planas resultaban más caras a cambio de más seguridad en el precio, tal y como explica el Banco de España en este informe. "Las tarifas planas eliminan la incertidumbre en relación con posibles cambios en los precios, pero incorporarían una prima por la eliminación del riesgo, que se reflejaría en precios más elevados. Por el contrario, las tarifas dinámicas ofrecen precios más reducidos a cambio de traspasar al consumidor la volatilidad del precio final a pagar", señalaba el organismo recientemente.

Y eso es precisamente lo que ha pasado este año. Ante esta tormenta perfecta en el precio de la energía (en Libre Mercado hemos explicado en reiteradas ocasiones los motivos), los clientes del mercado libre han quedado blindados ante la subida del precio de la luz. Hasta aquí, la buena noticia para ellos… la mala es que será por poco tiempo si no es que ha ocurrido ya.

El mercado libre se encarece

Los contratos más habituales de la luz en el mercado libre suelen fijarse cada año, por lo que todavía son muchos los usuarios que continúan con las tarifas planas que fijó su compañía eléctrica en 2020, cuando el precio de la electricidad estaba especialmente barato por la pandemia, o a principios de 2021.

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Sin embargo, a día de hoy, el precio del pool es más del doble que el que tenía en el mismo periodo de 2020. Por tanto, las eléctricas tienen que cobrar por contrato a sus clientes menos de la mitad de lo que cuesta ahora la energía, lo que está tensionando peligrosamente su operativa. "Estamos perdiendo dinero" señalan fuentes de una compañía eléctrica a este periódico, que reconoce que en cuanto expiren los contratos antiguos firmados con el consumidor particular "obligatoriamente, tendremos que aplicar nuevos precios. Y ya el cliente decidirá si se queda o no".

Así, vemos que el blindaje del que gozaban los clientes de las tarifas planas del mercado libre tiene fecha de caducidad (como mucho, unos meses más), ya que las compañías difícilmente podrán absorber una subida de la electricidad, que apunta que va para largo. "Cuando toque negociar el contrato,va a ser muy difícil aplicar una oferta similar a la de 2020", reconocen fuentes de otra conocida compañía.

"Evidentemente, se van a revisar esas condiciones a medida que vayan terminando los contratos", admite una tercera. "Si nosotros tenemos que acudir al mercado a comprar energía a precios tan altos durante mucho tiempo, no queda más remedio que trasladarlo a los que hasta ahora han estado asegurados con unos precios bajísimos", añaden.

A pesar de que hay compañías que reconocen que subirán los precios, ayer miércoles, Naturgy anunció una tarifa plana de la luz a 60 euros que rompería el mercado y que podría desatar una guerra de precios. "Las grandes podrán soportarlo, pero habrá comercializadoras pequeñas que no aguanten y tengan hasta que romper contratos... o quebrar" advierte otra fuente del sector.

Diferentes estrategias de compra de energía

Sobre este asunto, también ha hablado con Libre Mercado el presidente de la Asociación de Comercializadores Independientes de Energía (ACIE), Javier Bescós. El presidente de ACIE considera que el perjuicio a las eléctricas "depende mucho de las estrategias de compra de energía y los productos de venta de cada comercializadora. Hay comercializadoras que "tienen la mayoría de su cartera de clientes con contratos indexados, esto quiere decir que la subida del precio diario se repercute directamente a los clientes como ocurre en el mercado regulado. A este tipo de comercializadoras no les afectará mucho en el resultado, pero su margen en comparación con su facturación bajará y tendrán cierto estrés de caja al tener que pagar primero la energía y luego cobrarla".

Bescós coincide en que "las comercializadoras que pueden verse más afectadas son las que tienen una mayoría de clientes con un precio fijo pactado durante un año. En este caso venden la energía a un precio fijo que pactaron hace meses cuando no se esperaba una subida tan alta del precio eléctrico diario". Este tipo de comercializadoras "suelen comprar la energía en los mercados de futuro de uno o dos años para cubrir el riesgo o incluso cerrar contratos PPA a 5 o 10 años con alguna planta generadora. Sin embargo, es difícil estimar la energía que consumirá tu cartera dentro de un año y llegar a cubrir exactamente el 100% del riesgo". Por tanto, "la subida de precios les afectará más dependiendo de si la comercializadora tuviese comprado en esos mercados de futuros un 50%, un 80% o un 95% de la energía que está entregando actualmente", concluye.

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