Para poder defendernos de las falsas promesas y de las campañas agresivas de venta de instalaciones fotovoltaicas (seguro que en estos últimos días has recibido una llamada desde un número oculto o desconocido) sólo hay que saber dos cosas. La primera y más importante es que la energía eléctrica que se produce hay que consumirla en el momento. Si no la podemos consumir se la estamos regalando a la compañía. Ya lo sé, está la posibilidad de venderla, no sale a cuenta; y está la posibilidad de acumularla, no sale a cuenta. Luego hablaré de esto. Tenemos que mentalizarnos de que si no la consumes en el mismo instante que la produces se la estás regalando a la compañía para que esa energía la venda a otro cliente. Produces con tus placas para que otros la vendan, literalmente.
Lo segundo es entender la diferencia entre potencia consumida (se mide en kW, kilovatios) y energía consumida (se mide en kWh, kilovatios por hora). Es muy importante entenderlo porque de aquí surgen la mayoría de los "malentendidos". Al tema. El kWh (recuerda, kilovatio por hora) es la cantidad de energía consumida en un periodo de tiempo. Es cómo las compañías eléctricas cuantifican la energía que nos cobran en la factura de la luz. Si hacemos el símil con un coche sería la cantidad de gasolina que gastamos, por ejemplo, en un mes. No nos despistemos con el hecho de que su unidad contenga el termino "hora". Dejémoslo en que es la forma de contar la energía que consumimos en un periodo de tiempo, sin más.
Y por otro lado, está el kW (recuerda, Kilovatio a secas), que no es lo mismo que kWh, pero muchas veces, de una forma torticera, lo mezclan. El kW es la energía (no nos pongamos exquisitos, llamémoslo energía a todo) que se consume en la casa o se genera en las placas solares pero en un instante concreto. No a lo largo de un periodo, sino en un preciso momento. Siguiendo con el símil, es ese consumo instantáneo que te marca el ordenador de abordo del coche cuando pisas el acelerador.
Pues bien, aquí está el meollo de la cuestión. Acordaos de que si vuestras placas producen en un instante concreto 3kW (kW y no kWh porque estamos hablando de un momento concreto) tienes que tener cosas enchufadas que te consuman esos 3kW, si tienes menos consumo, la diferencia la regalas, y si consumes más, la tendrás que pagar en tu factura.
Una vez aclarado esto pongamos un ejemplo típico y descubramos cuál es la estratagema que usan para confundirnos. Te llaman al móvil y te dicen que si te ponen una instalación de placas de 5KW (acordaos, con esto nos están diciendo lo que producirían en un instante concreto en el que hay mucho sol). Para conseguir esta energía instantánea nos dicen que harían falta 12 placas. OK: 12 placas por 0,4 Kw (que es lo que produce una placa tipo) igual a (más o menos) a 5KW. Seguimos. Nos dicen que esas placas instaladas en un año producirán unos 8.000 kWh anuales (ojo que acaban de cambiar a kilovatios por hora, y lo que te están diciendo ahora es la energía total que producirían en un año). Hasta aquí todo correcto. Pero ahora viene la conclusión errónea, yo diría más, la estafa. Podrán argumentar que según tu factura de la luz consumes 8.000 kWh al año (que es el típico consumo de una familia media en España) y que, por lo tanto, tu factura final sería cero (consumes 8.000kWh al año y produces 8.000kWh al año, parece lógico); que te va ha salir gratis lo que consumes en casa gracias a la inversión que vas a hacer. Sólo puedo decir tres cosas: que faltan a la verdad, que no es cierto y que mienten. ¡Veamos por qué!
La estafa
Tú vas a producir esos 8.000kWh anuales durante las horas de sol (pongamos que de 9:00 de la mañana a 7:00 de la tarde) pero es que, durante esas horas, estás fuera de casa con todo apagado. Cuando consumes electricidad es cuando te levantas, de 6:30 a 8:30 (hemos quedado que no hay producción aún, empieza a las 9:00) y cuando regresas a casa después de trabajar a eso de las 19:30 (cuando ya se ha acabado la producción porque el sol se esconde). Pero acordémonos que sólo puedes aprovechar la energía que produces en cada instante. Ésa era la primera regla que habíamos aprendido. Lo que no consumimos lo regalamos inyectándolo en la red. Conclusión. Produces 8.000kWh al año pero eres incapaz de consumirlos porque cuando lo estás produciendo no lo puedes consumir y cuando lo puedes consumir no lo produces. Conclusión: tu factura de la luz será exactamente la misma que antes de montar las placas. Con un agravante añadido: todo lo que has producido se lo has regalado a la compañía para que ella le saque su buen dinerito.
Como veis, lo importante es hacer coincidir en el tiempo la producción con el consumo. El caso expuesto es algo extremo ya que durante el día siempre hay algún consumo, por ejemplo la nevera, pero es la mejor forma de entender la trampa. En un caso más realista, si durante las horas de sol, sólo eres capaz de consumir 2kW (acordaos que al ser kilovatios hablamos de la energía que consumimos en un instante) porque tienes la nevera y una lavadora que has dejado puesta, pon placas para asegurar esos 2kW ya que todo lo que pongas de más lo regalas. Según esto, la vivienda de una familia media en España con los hábitos típicos necesitarían no más de 4 placas. ¿Pero por qué quieren vendernos 12 placas? Primero, para que la instalación cueste más y segundo para que inyectes más energía a la red. Un negocio redondo, pero no para ti.
Por supuesto lo que he analizado es muy genérico y requiere de muchos, pero que muchos matices. Me refería a alguno de ellos en las primeras líneas. Puedes vender lo que te sobra pero eso sólo sirve si has dimensionado bien la instalación. Si produces de más sólo para venderlo, es una ruina. También puedes poner baterías pero son aún demasiado caras, con tiempos de vida limitados… Tampoco salen las cuentas en la mayoría de los casos. ¿Y las subvenciones? ¡Claro! Si te regalan las cosas cambian. Pero ojo, que suelen concederse a posteriori y supone un riesgo enorme si al final no te la dan, mira también si debes declararla en tu renta, mira si las vas a pagar con creces vía impuestos… Lo de siempre con las subvenciones, son regalos envenenados.
A parte de todo esto, queda aún mucho que explicar para poder dimensionar correctamente la instalación, como la discriminación de uso en verano y en invierno, la orientación de las placas, el inversor, la gestión de las cargas, el lugar geográfico donde se instalan, si las quieres utilizar para cargar un coche eléctrico, las baterías… El tema es profundo y complejo, pero al menos, después de este artículo tendrás la principal herramienta para que no te hagan creer que vas a salvar el planeta gratis.