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La ruina del Barça y las lecciones que Sánchez debería aprender sobre recortar gastos

La decadencia de los culés tiene mucho que ver con la ausencia de eficiencia y el descontrol del gasto.

La decadencia de los culés tiene mucho que ver con la ausencia de eficiencia y el descontrol del gasto.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez | EFE

Hace escasas semanas salió a la luz "De la gloria al infierno", un libro de Ediciones Deusto firmado por tres periodistas deportivos que conocen de primera mano la actualidad del FC Barcelona, como son Sique Rodríguez, Adrià Soldevila y Sergi Escudero. El ensayo pone de manifiesto los graves errores económicos que han sepultado el proyecto del club deportivo, sumiendo a la entidad en una espiral de malos resultados deportivos y económicos.

El libro en cuestión pone de manifiesto la importancia de la austeridad y de la eficiencia en el gasto a la hora de gestionar cualquier proyecto. Todo arranca con una operación muy lucrativa: la del traspaso de Neymar al Paris Saint Germain. Dicha venta dejó unas plusvalías de más de 180 millones de euros en las arcas del FC Barcelona, una cantidad nada despreciable si tenemos en cuenta que la facturación del equipo durante aquella temporada se situó en torno a los 700 millones de euros.

La directiva no dedicó estos ingresos a reducir deuda ni a financiar operaciones de largo plazo como el desarrollo de un nuevo estadio, sino a realizar todo tipo de contrataciones que, con el paso del tiempo, se han demostrado absurdas. Especialmente polémico fue el fichaje de Paulinho, un jugador que militaba en las filas de un equipo chino y que llegó a Barcelona a cambio de la nada despreciable cifra de 40 millones de euros, pero cuya trayectoria en las filas del equipo culé apenas duró un año.

Aquello fue solo el "pico" del "iceberg". De hecho, el club se gastó 1.100 millones de euros en fichajes entre las temporadas 2015 y 2021, frente a los 674 millones que dedicó un Real Madrid cuyo desempeño en ese mismo periodo fue marcadamente mejor, logrando la proeza de ganar tres años seguidos la UEFA Champions League. De modo que, como explican los autores del libro, la clave nunca fue "gastar más", sino más bien "gastar mejor", evitando fichajes exuberantes y asegurando el equilibrio financiero a base de reducir deuda y financiar operaciones vitales para el crecimiento a largo plazo.

Pero los problemas económicos del FC Barcelona también tienen mucho que ver con la ausencia de contención en los gastos salariales de la plantilla. En noviembre de 2017, por ejemplo, se anunció la octava renovación de Leo Messi en apenas doce temporadas. La situación generada con el astro argentino fue tan absurda que pasó de ganar 14 millones de euros en 2010 a embolsarse 138 millones en 2020. A menor escala, el equipo barcelonés repitió el mismo error con todo tipo de actualizaciones contractuales. Jordi Alba, Gerard Piqué, Sergi Roberto, Umtiti, Sergio Busquets… son solo algunos de los jugadores que, teniendo unas condiciones pactadas, vieron cómo el club las revisaba al alza sin que la fecha de finalización del acuerdo estuviese a la vista.

Así las cosas, aunque los ingresos siguieron creciendo a pesar de que los éxitos futbolísticos empezaban a menguar, los gastos acumulados por la carrera de fichajes y renovaciones se "comieron" los aumentos de la facturación, reduciendo el beneficio de 49 millones en la temporada 2011-2012 a 5 millones en el ejercicio 2018-2019. El estallido de la pandemia solo agravó el problema: mientras que el Real Madrid esquivó las pérdidas a base de apretarse el cinturón, el FC Barcelona solo aplicó medidas parciales y se dejó 97 millones de pérdidas en la temporada 2019-2020. Lo de 2020-2021 fue dantesco, puesto que el curso concluyó con una diferencia negativa entre ingresos y gastos de 481 millones. Como resultado de esta deriva, la deuda del club pasó de 504 millones en la temporada 2011-2012 a 1.350 millones en la 2020-2021. Y esta cifra no recoge los 1.500 millones que el club pretende dedicar a la transformación de su estadio, en el marco del faraónico proyecto Espai Barça.

El libro de Rodríguez, Soldevila y Escudero encierra grandes lecciones en clave de gestión deportiva. Hace algunos años se publicó en España el ensayo "La fórmula Real Madrid", también editado por Deusto, en el que el inversor estadounidense Steve G. Mandis pone de manifiesto que el éxito deportivo sostenible es aquel que viene acompañado por una adecuada estrategia financiera. El club merengue sería, pues, un ejemplo de prudencia y eficiencia que, al contrario que el FC Barcelona, se ha traducido en una mejora de la posición relativa, tanto en la liga española como en las competiciones internacionales.

Lecciones macro

Pero, ¿acaso lo ocurrido con el FC Barcelona no tiene también una lectura en clave macroeconómica? No podemos obviar que el Reino de España también enfrenta dificultades por un excesivo endeudamiento público que se deriva, precisamente, de la falta de contención del gasto y la renuncia a apuntalar el principio de la estabilidad presupuestaria. En este sentido, los trabajos elaborados por el Instituto de Estudios Económicos muestran que España está gastando 60.000 millones más de lo necesario debido a la falta de eficiencia en los presupuestos de sus Administraciones Públicas.

De modo que la incapacidad de generar ahorros, la insistencia en apuntalar gastos y la renuncia a cuadrar los presupuestos nos exponen a una situación como la del FC Barcelona, solo que en clave macro, puesto que las consecuencias que se derivan de un panorama así incluyen una reducción acelerada del crecimiento potencial de la economía, además de un problema crónico de endeudamiento que imposibilita la financiación de los servicios básicos y apuntala un modelo de impuestos altísimos.

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