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Macron viajará a Argelia para intentar solucionar la restricción de gas argelina provocada por Sánchez

El principal objetivo del viaje es tratar de encontrar una salida al problema del sumisitro de gas por la amenaza rusa.

El principal objetivo del viaje es tratar de encontrar una salida al problema del sumisitro de gas por la amenaza rusa.
Pedro Sánchez junto al presidente francés, Emmanuel Macron. | EFE

El presidente francés, Emmanuel Macron, se desplaza este próximo jueves 25 de agosto a la capital argelina. Su objetivo, reunirse con su homólogo Abdelmadjid Tebboune para, entre otros asuntos, intentar buscar una salida a un problema que atenaza en estos momentos a toda la UE: la falta de un mayor envío de gas en plena amenaza rusa. Y es que Pedro Sánchez ha conseguido que una de las posibles soluciones para la entrada del ansiado gas natural (por gasoducto más buques metaneros) a toda Europa por medio de España quede bloqueada en pleno enfrentamiento con Argelia. En resumen, que Macron acude para solventar lo que Sánchez ha inhabilitado.

España podía haber sido la solución evidente de toda Europa a la actual crisis energética. Tan sólo tenía que haber hecho dos cosas. La primera, haber construido ya el gasoducto Midcat que debía conectar España con el resto de Europa pasando por la región catalana. Se trata de una infraestructura que lleva catalogada como estratégica desde 2014 y que, pese a ello, ha dormido el sueño de los justos hasta ahora. En la última etapa de Gobierno, de hecho, su gran obstáculo fue la decisión oficial de combatir el gas por no formar parte de la Agenda 2030. La estrategia energética de este Ejecutivo ha sido la de reducir el uso del gas paulatinamente, sustituirlo por energía solar y eólica, y, simultáneamente, cerrar las nucleares, algo utópico hoy por hoy, pero plasmado en los objetivos de la ministra. De hecho, fue la actual ministra Teresa Ribera la que afirmó sin miramientos en 2019 que el Midcat "es un proyecto ruinoso, un sinsentido porque el uso del gas bajará".

La segunda cuestión que debía haber hecho España era no haber dinamitado las relaciones con Argelia tras regalar Sánchez el Sáhara a Marruecos. Argelia tiene dos gasoductos que terminan en España y nutren de gas a la economía nacional y permitirían ahora enviar más combustible al resto de Europa. El primero de ellos, el del Magreb, fue cerrado por Argelia en octubre del pasado año debido, sin más, a su enfrentamiento con Rabat. Pero Pedro Sánchez pacto en aquel momento con Argelia el incremento del flujo por el segundo gasoducto, el que entra en España por Almería, para evitar que la tensión con Marruecos limitara la entrada de gas en España. Sin embargo, lejos de cumplirse ese pacto, el envío de gas ha estado reduciéndose en los últimos meses hasta un 12%. Y la razón no es otra que el corte de las relaciones de amistad entre España y Argelia por culpa del regalo del Sáhara a Rabat.

Ahora la UE necesita ese gas. Y necesita el Midcat. Y necesita el gasoducto del Magreb. Y necesita todas las vías imaginables de entrada de combustible ante la amenaza de corte completo y total del gas procedente de Rusia. Pero las malas relaciones entre España y Argelia provocadas por culpa de las decisiones personales de Sánchez han convertido al Gobierno español en un pésimo negociador o, mejor dicho, en un impensable negociador. Y en ese momento entra en escena Macron. Y entra en escena el viaje de este próximo jueves.

La visita de Macron, de hecho, se produce cuando la UE llevas meses facilitando una rebaja de la tensión entre Argelia y Marruecos. Y cuando Alemania acaba de exigir a España -y a la propia Francia, que también ha dificultado el Midcat para no perder su predominio eléctrico- la urgente reactivación del famoso gasoducto al paso por Cataluña para poder nutrir de gas al centro y norte de Europa.

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, de hecho, tuvo que anunciar este pasado viernes que "en ocho meses" España podría tener desarrollado su gaseoducto por Cataluña, el mismo que antes veía ridículo. Realizó estas declaraciones justo después de que el canciller de Alemania, el socialista Olaf Scholz, lanzase su petición para poder sustituir el suministro europeo de gas desde Rusia por un envío adicional desde Argelia pasando por España.

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