Los seguidores del Real Madrid recibieron con tristeza el anuncio del adiós de Casemiro. Sin embargo, puede que la decisión de la directiva del equipo merengue resulte más digerible ante la parroquia blanca si se consideran las dinámicas económicas que hay detrás de la decisión de autorizar la salida del mediocentro.
Empecemos por el valor de mercado del jugador. Según Transfermarkt, la web de referencia en todo lo referido a traspasos de futbolistas de élite, el precio objetivo de hacerse con los servicios de Casemiro ascendería, en 2022, a 40 millones de euros. Sin embargo, la primera oferta del Manchester United fue de 50 millones, poniendo de manifiesto que los británicos sabían que Florentino Pérez no se sentaría a escuchar cualquier oferta. La cosa empezó bien.
Pasemos ahora a la negociación en sí misma. El pago final acordado con el equipo británico asciende a 70 millones, 30 millones por encima del valor de mercado del jugador y 20 millones más de lo que se ofreció en la primera oferta. No solo eso: Florentino Pérez arrancó al Manchester United una serie de pagos vinculados a objetivos variables que podrían elevar el coste final de la operación en 15 millones, hasta llegar a un total de 85 millones.
De modo que los resultados de la negociación fueron muy favorables para los intereses del madridismo, tanto que, partiendo de un valor de mercado de 40 millones, se van a generar entre 70 y 85 millones de caja. No está nada mal.
Coste, beneficio y rentabilidad: una operación redonda
Analicemos a continuación el rendimiento que ha obtenido el Real Madrid del jugador. Desde que llegó al equipo, ha disputado 336 partidos y ha sido una pieza clave en la consecución de dieciocho títulos, incluidas cinco Champions League y tres Ligas. Estamos, pues, ante una leyenda blanca que ha jugado un papel fundamental a la hora de consolidar un histórico centro del campo, de la mano de Luka Modric y Toni Kroos.
Pues bien, todos esos éxitos ligados al periplo blanco de Casemiro se han logrado con una inversión en el jugador de apenas 21 millones de euros, de los cuales 6 millones fueron el pago realizado al Sao Paulo el verano de 2013 y 15 millones se correspondieron a la transferencia realizada al Oporto en la temporada 2015.
De modo que estamos ante una operación redonda, en la medida en que Casemiro costó 21 millones, jugó un papel fundamental a la hora de ganar títulos y se fue por 70-85 millones en un momento en que su valor de mercado era de 40 millones. Una mejora sin duda espectacular, en línea con otras operaciones similares de la segunda etapa presidencial de Florentino Pérez, marcada por la revalorización sostenida alcanzada por jugadores jóvenes que acaban despuntando.
Contener la masa salarial y garantizar la salud financiera
Florentino Pérez tiene claro que debe contener la masa salarial del equipo merengue para evitar desaguisados financieros como los que está viviendo el FC Barcelona, cuya actual directa ha renunciado a casi 500 millones de euros de ingresos futuros para poder inscribir a sus últimas contrataciones. De igual modo, el presidente de los blancos sabe que la buena salud financiera del club es un ingrediente central de su éxito deportivo.
Pues bien, con los datos encima de la mano, lo cierto es que el pico de rendimiento de Casemiro se alcanzó en 2020, cuando su valor de mercado alcanzó los 80 millones, y se ha venido reduciendo desde entonces. No se puede obviar que, pese a su buen desempeño, hablamos de un jugador que va camino de los 31 años y que, por tanto, empieza a enfrentar el inevitable desgaste asociado al paso de los años. En este sentido, los 70-85 millones que ha generado su venta deben compararse favorablemente con los 0 euros que habría percibido el Real Madrid si el mediocentro se hubiese marchado dentro de dos años, con la carta de libertad en la mano. Visto lo ocurrido con otros jugadores en circunstancias similares (Sergio Ramos en 2021, por ejemplo), este cálculo debe estar encima de lamesa.
Además, el adiós de Casemiro alivia la masa salarial en 9 millones de euros. Esto es así porque los blancos no tienen que hacer ningún fichaje de sustitución: ya tienen en nómina a varios centrocampistas que van a ocupar su lugar, caso de Aurélien Tchouaméni, Dani Ceballos o Eduardo Camavinga. A ellos podrían sumarse otros nombres como Fede Valverde o David Alaba, según decida Carlo Ancelotti. De modo que el ahorro neto equivale a toda su nómina, ya que no será preciso contratar a ningún sustituto. Esto también significa que, además del ahorro salarial, todo lo ingresado con el traspaso se puede dedicar a cuestiones diferentes a un fichaje de reemplazo.
También hay que tener en cuenta que este verano, además de Casemiro, el Real Madrid ha prescindido de tres legendarios jugadores cuya aportación deportiva se había reducido en los últimos años, caso de Gareth Bale, Marcelo e Isco. Ahorrarse sus salarios ha supuesto 60 millones de alivio en la masa salarial del club, cifra a la que se deberían sumar los 10 millones de ahorro generados por el adiós de Jovic. Esos 70 millones son casi 80 millones cuando se considera el impacto en la cuenta de gastos asociado al adiós de Casemiro. De modo que la operación de venta al Manchester United se enmarca en un contexto más general que contribuye a apuntalar las finanzas del club.