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La dinastía de los Samper: de los cochinos a los molinos

El abuelo de Fernando Samper, el empresario fetiche del Gobierno de Lambán en Aragón, vendía lechones de casa en casa por Huesca.

El abuelo de Fernando Samper, el empresario fetiche del Gobierno de Lambán en Aragón, vendía lechones de casa en casa por Huesca.
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El hombre fuerte del negocio renovable en Aragón, Fernando Samper, procede de una dinastía de empresarios que lleva más de 80 años en Aragón y que comenzó en los años cuarenta cuando el patriarca del clan familiar, Tomás Samper Albalá, vendía lechones de casa en casa por los pueblos de Huesca. Pero Samper cambió los cochinos por los molinos y las placas fotovoltaicas en Forestalia, empresa que, aunque se finge aragonesa, tiene su sede en Madrid.

En los 60, el hijo de Tomás Samper Albalá, Fernando Samper Pinilla fue quien convirtió un pequeño negocio familiar en una de las compañías cárnicas más importantes del país. Fue Samper Pinilla quien impulsó el negocio y lo diversificó. En 1984 Creó el Grupo Jorge y éste fue el buque insignia, la primera empresa española en exportación de carne de cerdo. Hoy, el Grupo Jorge opera en el sector porcino, en el agrícola y en el energético. Está dividido en Jorge Pork Meat, Jorge Green y Jorge Energy.

Samper Pinilla y Pilar Rivas García tuvieron cinco hijos: Fernando, Olga, Jorge, Carmen y Sergio Samper Rivas. Hoy en día, la familia Samper Rivas es una de las familias más importantes del país y aparece de manera habitual en los listados de las mayores fortunas de España.

Samper Pinilla fallecía el pasado mes de abril y dejaba como cabeza de familia a su hijo Fernando Samper Rivas. El gran empresario de Aragón, el que acompaña al presidente autonómico, al socialista Javier Lambán, en cada acto público que tiene ocasión, Fernando Samper, fue consejero delegado del Grupo Jorge hasta 2011, cuando deja definitivamente el negocio porcino y se centra de lleno en el sector renovable creando Forestalia.

El aroma del kilowatio ya le seducía en 1997, cuando entró por primera vez en este sector, con algún proyecto de biomasa. Pero Forestalia no nace hasta 2011. Y desde entonces, su crecimiento ha sido meteórico. Tanto que es capaz de imponerse a gigantes energéticos como Endesa o Naturgy en las subastas renovables. Sus grandes gestas llegaron en 2016 y 2017, cuando logró ser la empresa máxima adjudicataria en las respectivas subastas de energía eólica que puso en marcha, en aquel momento, el Gobierno de Rajoy.

Luces y sombras del negocio cárnico

Pero la historia que acompaña al Grupo Jorge en el negocio cárnico está llena de luces y sombras. Su origen humilde y la capacidad de la familia por expandirse desde hace tantos años y con tanto éxito forma parte de las luces. El antepasado Samper (Tomás) llegaba a las casas de Huesca con sus lechones en la mano con la misma facilidad con la que ahora el Grupo Jorge exporta carne de cerdo a más de 100 países en todo el mundo, incluyendo China y Japón. Se ha convertido en una de las cinco empresas cárnicas más importantes de Europa.

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En sus orígenes, el Grupo Jorge, embrión de lo que hoy también es Forestalia, se forjó con la venta de lechones casa a casa por los pueblos de Huesca

De los cochinos a los molinos

La actividad exportadora de este grupo supone el 60% de su facturación, que supera los 700 millones de euros anuales. En cuanto a la exportación, el 70% va a China. Y esto no es un dato baladí, ya que, según cuentan, fue precisamente su negocios en China los que le permitieron entrar en contacto con el gigante energético chino Gedi (Guandong Electric Power).

Y así fue como Samper abrió las puertas del negocio español de los molinos eólicos al gigante chino cuando Forestalia cerró un acuerdo con Gedi para desarrollaar más de 100 de los megavatios que se había adjudicado en la subasta de 2016. En aquel momento, el negocio renovable ya había atraído a otros grupos chinos como Ginki Tree Investmen.

Sin embargo, los primeros pinitos energéticos de Samper llegaron de la mano de Sinergy, firma que luego pasaría a E2 (absorbida por la danesa Dong) y que acabó en E.ON (ahora Viesgo). A raíz del boom de las energías renovables, la apuesta por este sector se ha impuesto.

Las sombras del negocio cárnico

En el impero porcino de Samper, sin embargo, no todo son luces. Como casi todas las empresas del sector, ha tenido condenas por contratar a buena parte de la plantilla bajo la figura del "falso autónomo". Así, y tras una inspección en mayo de 2018 instada por CCOO y UGT, el Grupo Jorge fue instado a pagar a la Seguridad Social más de 6 millones de euros por la Inspección de Trabajo, por tener contratados a unos 2.000 falsos autónomos que tuvo que regularizar.

El modelo de contratación mediante el falso autónomo permitía al Grupo Jorge, y a otras empresas que lo emplean, reducir de manera notable los costes de personal porque se ahorran las cuotas a la seguridad social, mientras que a los empleados no se ven amparado por el Estatuto de los Trabajadores o el convenio sectorial. No tienen derecho a vacaciones pagadas, pagas extras o recibir la prestación por baja médica o la indemnización por despido.

Algunas fuentes consultadas indican que este procedimiento comenzó a establecerse muy al principio, cuando, en su estrategia de crecimiento, el grupo Jorge alquilaba las instalaciones de engorde de cerdo y contrataba como falso autónomo a su propietario. Ahora, en estos procesos de regularización de empleados, la mayor parte de los afectados son inmigrantes (la mayoría procedentes de África).

Sin embargo, estas irregularidades no han impedido a la compañía acceder a subvenciones de la Unión Europea como el millón de euros que recibieron en 2020, según los datos del Fondo Español de Garantía Agraria.

Las sombras del negocio energético

Pero es que su paso al sector energético tampoco está libre de sospecha. Que Forestalia, una compañía que en 2016 y 2017 tenía menos de 100 empleados, se alzara ganadora en las grandes subastas renovables de 2016 y 2017 frente a gigantes de la energía como Endesa o Naturgy, y el hecho de que posteriormente, vendiera los permisos de generación a compañías grandes como Repsol, BP o el fondo Bruc Energy, sugieren más una empresa dedicada a conseguir los permisos administrativos, más que a poner en marcha desarrollos industriales.

Si a esto le sumamos que había incorporado a en la compañía a la plana mayor de la Consejería de Medio Ambiente del gobierno de PSOE y PAR, esa sospeche aumenta.

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