Más de un año ha tenido que pasar para que el Gobierno tome la decisión de ayudar a los consumidores bajando el IVA del gas. Este martes por fin lo ha hecho, rebajándolo del 21% actual hasta el 5. Según la vicepresidenta tercera y Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, la rebaja se enmarca dentro "de un nuevo paquete de medidas" para apoyar los consumidores domésticos y a la industria "frente a la crisis energética provocada por la tensión generada por Putin".
La medida, ya anunciada por el presidente Pedro Sánchez hace dos semanas en el Senado, supondrá para las arcas del estado un coste de 210 millones de euros. Esa cantidad es la que dejará de recaudar el Gobierno en un momento en el que la recaudación prevista se ha visto incrementada notablemente por la inflación.
"Esta rebaja proporciona un ahorro para los consumidores importante de cara a la temporada de invierno", decía Ribera en la rueda de prensa. El problema es que la medida entrará en vigor durante el mes de octubre y hasta el 31 de diciembre. Es decir, que poco va a ayudar a los españoles que ven cómo en los meses de invierno principalmente (enero, febrero y marzo) sus facturas de gas se disparan. "Estaremos pendientes de cómo evolucionen las cosas y en el próximo ejercicio fiscal, si es necesario, se prorrogarán las reducciones fiscales para el próximo año", puntualizaba la ministra tras recibir las críticas del líder del PP Alberto Núñez Feijoo que ya antes del anuncio oficial pedía que se extendiera a todo el invierno.
La rebaja del 21 al 5% de iva aplica también a la compra de "pellets, astillas y leña", ha anunciado Ribera tras el Consejo de Ministros. Tratan así de ayudar a los consumidores que en masa han acudido a comprar estufas como alternativa a la calefacción por gas ante su desorbitado precio. De hecho, según la Asociación Española de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos (AEFFECC) la venta de chimeneas de leña ha aumentado entre un 20 y un 30% respecto a otros años. Por no hablar de la cantidad de presupuestos que los grandes almacenes han tenido que calcular este verano ante la petición de las familias que han estudiado la manera más económica de calentarse este invierno.
Una rebaja tardía
El Gobierno se ha mostrado dubitativo en la reducción del iva de la energía para hacer frente a la inflación. En junio de 2021 modificó temporalmente el impuesto de la electricidad del 21% al 10% para consumidores con potencia contratada de hasta 10 kW, y, un año más tarde, repitió la operación para rebajarlo del 10 al 5%. El anuncio lo hizo Pedro Sánchez el 22 de junio tras cosechar el PSOE el peor resultado electoral de su historia en las elecciones andaluzas. "Este Gobierno habla claro a los ciudadanos. El origen de la inflación es la guerra y hemos intervenido con el tope al gas y con medidas para proteger a las familias. Bajamos el IVA de la luz del 10 al 5%", declaró el presidente del Gobierno en el hemiciclo.
La oposición y los consumidores reclamaron entonces hacer lo mismo con el iva del gas, que ha llegado quince meses después de la primera rebaja impositiva energética.