Tras el éxito de la manifestación del pasado fin de semana, el Gobierno se reúne este miércoles con los principales sindicatos de funcionarios para comenzar a negociar la actualización de los sueldos públicos con una primera oferta sobre la mesa: una subida del 3,5% para 2023. Así lo adelanta el diario El País, que matiza, no obstante, que la cifra no tendría una aplicación directa y estaría condicionada al cumplimiento de una serie de variables macroeconómicas, como el crecimiento del PIB o el nivel de la inflación.
"Hasta que esta tarde no nos confirmen tanto la oferta como las condiciones, no queremos entrar a valorar nada, pero lo que sí tenemos claro es que todo esto es gracias a la presión que hemos hecho con la pedazo de manifestación del pasado sábado", aseguran a Libertad Digital fuentes del sindicato CSIF, el más representativo en las administraciones públicas.
El objetivo que persiguen los sindicatos es lograr un acuerdo plurianual que, a lo largo del ciclo, compense a los funcionarios por el repunte de la inflación. En este sentido, tanto CSIF, como UGT y CCOO -que también estarán presentes en la reunión con el Ministerio de Hacienda- recuerdan que, a principios de este año, se les subió el sueldo un 2%, cuando la inflación se sitúa ya por encima del 10,5%. Precisamente por eso, incluso plantean que este nuevo incremento tenga efectos retroactivos.
Al margen de este punto, los representantes sindicales también plantearán al Gobierno otras reivindicaciones, como la implantación de la jornada de 35 horas --a la que el Ejecutivo podría abrir la puerta--, la extensión de la jubilación anticipada al conjunto de los empleados públicos y la derogación de los recortes que se llevaron a cabo en el sector a partir de 2010.
El éxito de CSIF en Madrid
El éxito de la manifestación del pasado fin de semana en Madrid puso de relieve el gran hartazgo de los funcionarios. Convocadas por CSIF, más de 70.000 personas (17.000, según Delegación del Gobierno) se echaron a la calle para clamar por la mejora salarial y contra el empobrecimiento de la población a cuenta de la pérdida de poder adquisitivo.
"El Gobierno está siendo ingrato con las trabajadoras y trabajadores de este país, tanto del sector público como del sector privado", denunció entonces el presidente de CSIF, Miguel Borra, que lamentaba que el Ejecutivo haya pasado de considerarles héroes por su actuación durante la pandemia "a tratarles ahora de manera ingrata y ningunearles". Ya entonces, y a la vista de las cifras de participación, sentenciaba que dicha manifestación era "la primera evidencia de que está perdiendo el apoyo de la calle". Con estos antecedentes, los funcionarios asisten hoy esperanzados a un encuentro en el que confían que esa subida salarial del 3,5% sea tan sólo el inicio de las negociaciones.