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Sánchez bate el récord de anuncios huecos: deja fuera de su pseudo rebaja del IRPF a mileuristas y clase media

La realidad detrás del anuncio es que el Gobierno no baja los impuestos prácticamente a nadie, ni ricos ni pobres ni clases medias.

La realidad detrás del anuncio es que el Gobierno no baja los impuestos prácticamente a nadie, ni ricos ni pobres ni clases medias.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y la ministra de Hacienda María Jesús Montero, durante la sesión plenaria de este jueves en el Congreso. | EFE

El último anuncio de pseudo rebaja fiscal de Pedro Sánchez no llega casi ni a la categoría de reforma. El Gobierno ha rechazado todas las peticiones de la oposición para, realmente, no bajar los impuestos a prácticamente nadie. Y casi nada a los muy pocos agraciados por este mero anuncio hueco. No ha querido tocar los tipos, ni los tramos del IRPF. Y tan sólo ha anunciado dos cambios considerables: el primero, una ampliación de la franja de rentas que pueden aplicarse la reducción por rendimientos del trabajo hasta los 21.000 euros. Y una ampliación de las rentas exentas totales desde los 14.000 euros actuales hasta los 15.000 euros. El resultado es que sólo los contribuyes incluidos entre 14.000 y 15.000 euros y los comprendidos entre 18.000 y 21.000 notarán algún leve cambio fiscal. Y también en teoría. Ni los de menos de 14.000 euros anuales —los comúnmente denominados como mileuristas— ni los de más de 21.000 euros —en España las rentas medias comienzan entre los 25.000 y los 27.000 euros— tendrán la más mínima rebaja, según el anuncio lanzado por el Gobierno a bombo y platillo. Y, para colmo, los comprendidos entre 14.000 y 15.000 euros ya anulaban la mayor parte del pago con deducciones y reducciones. Y eso, mientras todos ellos siguen soportando la subida real provocada por no haber descontado la inflación del IRPF. Y, por supuesto, mientras, las rentas altas reciben el anuncio —ese sí real y con contenido— de un nuevo castigo fiscal.

El concepto "rebaja fiscal" acaba de lograr una nueva dimensión con el PSOE. Este jueves, el Gobierno de Pedro Sánchez anunciaba una supuesta ampliación de la reducción por trabajo para las rentas hasta 21.000 euros. Pero las explicaciones técnicas dejaban claro desde el primer momento que no se pensaban rebajar ni los tipos de la tarifa, ni adecuar las bases imponibles. ¿Cómo podía bajar entonces el impuesto de una forma medianamente sensible y generalizada? Pues de ninguna manera.

La trampa quedaba al descubierto con un mero análisis de los detalles técnicos expuestos por el Ministerio de Hacienda. El mecanismo elegido para hacer esta pseudo rebaja del IRPF ha sido la reducción por obtención de rendimientos del trabajo. Como señala la propia Agencia Tributaria, "esta reducción se aplicará únicamente a los contribuyentes con rendimientos netos del trabajo inferiores a 16.825 euros siempre que no tengan rentas, excluidas las exentas, distintas de las del trabajo superiores a 6.500 euros". Esos 16.825 euros netos equivalen, más o menos, a unos 18.000 euros brutos. Tal y como ha anunciado el Gobierno, ese límite se pretende ampliar hasta los 21.000 euros. ¿Y eso qué significa? Pues que no hay ninguna rebaja para todos los contribuyentes de menos de esos casi 17.000 euros netos anuales o 18.000 euros brutos. Porque el importe de la reducción, según ese anuncio oficial, no será tocado. Y, por lo tanto, todos los mileuristas siguen con las mismas deducciones y no reciben ni un céntimo de esa supuesta rebaja del IRPF.

Pero hay más trampas: el importe que realmente se pueden aplicar esas rentas en concepto de reducción es de 5.565 euros. Pero es menguante a medida que suben las rentas hasta los famosos 16.825 euros netos.

La reducción se aplica de la siguiente manera. Los contribuyentes con rendimientos netos del trabajo iguales o inferiores a 13.115 euros se reducen los 5.565 euros anuales íntegros. Pero los contribuyentes con rendimientos netos del trabajo comprendidos entre 13.115 y 16.825 euros se aplican los 5.565 euros, menos el resultado de multiplicar por 1,5 la diferencia entre el rendimiento del trabajo y 13.115 euros anuales.

Se trata de un sistema diseñado para ir recortando la ayuda fiscal a medida que suben los ingresos. Y, como se ha dejado vivo ese sistema de coeficiente reductor, afectará de especial manera a las rentas hasta llegar a los 21.000 euros anunciados por el Gobierno de Sánchez. El resultado será, por lo tanto, que los nuevos incorporados a esta teórica rebaja fiscal recibirán una ayuda muy inferior a la que se ha otorgado hasta ahora a los beneficiados por este incentivo.

El tercer truco es igualmente burdo: se sube el mínimo exento de tributación desde los 14.000 euros hasta los 15.000 euros. Pero el pago en ese colectivo es ínfimo, puesto que la propia reducción por rendimientos del trabajo y otras deducciones anulan el pago efectivo en la inmensa mayoría de los casos simplemente con reclamarlo a Hacienda por medio de la Declaración de la Renta.

En resumen: ni rebaja real del IRPF, ni nada de nada. Salvo, eso sí, el nuevo castigo a los contribuyentes de rentas altas, a los que se les crea un nuevo impuesto.

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