El nuevo decreto de medidas de ahorro energético anunciado por el gobierno de Pedro Sánchez incluye una desagradable sorpresa para las empresas de nuestro país. El Ejecutivo de coalición conformado por PSOE y Podemos ha decidido alterar el tratamiento fiscal de la tributación de las multinacionales en España, endureciendo más aún la presión impositiva que recae sobre ellas.
El Ejecutivo liga esta decisión a la Directiva Europea 2016/1164, también conocida como ATAD-1 por sus siglas en inglés. Dicha norma comunitaria abarca las llamadas "asimetrías híbridas", es decir, aquellos escenarios en que una compañía podía articular una estructura fiscal que, al estar repartida entre dos o más países de la Unión Europea, aprovechaba diversos limbos jurídicos para acogerse a deducciones por uno y otro lado, sorteando así la obligación de tributar.
Esta cuestión empezó a verse atajada por el regulador con el Real Decreto-ley 4/2021, que incorpora las recomendaciones de la OCDE sobre esta materia y codifica en la legislación española diversos preceptos de la normativa europea. Un año y medio después, el gobierno da este nuevo paso, con el que se busca armonizar el tratamiento fiscal de las empresas con actividad en diversos países miembros de la Unión Europea.
La Unión Europea definió las "asimetrías híbridas" como aquellos escenarios en que las distintas reglas fiscales de sus países miembros dan pie a estructuras fiscales que permiten esquivar cualquier pago fiscal. Hablamos, pues, de una doble deducción, es decir, de estrategias jurídicas de ingeniería tributaria que anulan la obligación de tributar en uno y otro mercado.
Así, bajo una "asimetría híbrida" podríamos ver que un mismo gasto o pérdida sea aprovechada a la vez en dos o más territorios de la Unión Europea (es decir, una doble deducción) o que se aplique una deducción a partir de ingresos obtenidos en otro mercado y no declarados en la base imponible (deducción sin inclusión). En adelante, se aplicará una nueva regla que pretende poner fin a tales prácticas.
Las modificaciones anunciadas se aplican con efecto retroactivo, tomando el 1 de enero de 2022 como fecha de partida, y no solo afectan al Impuesto de Sociedades sino que también tienen implicaciones en el Impuesto sobre la Renta, con el objetivo de ligar la fiscalidad personal al nuevo marco tributario que se aplicará a las empresas multinacionales.
¿Qué impacto tendrá esta alteración sobre las cuentas públicas? Por descontado, el Ministerio de Hacienda que dirige María Jesús Montero ha La Dirección General de Tributos estima que, "el saldo de los ajustes extracontables por aplicación de las normas de no deducibilidad de gastos en el caso de asimetrías de instrumentos financieros híbridos totalizó 54,5 millones de euros en 2018". No estamos, pues, ante una cantidad significativa sino, más bien, ante una modificación que, a lo sumo, generará una mejora recaudatoria del 0,2%.
