El recién elegido líder del Partido Conservador de Reino Unido, Rishi Sunak, ha recibido este martes el encargo formal del rey Carlos III para convertirse en el nuevo primer ministro del país británico.
La dimisión de Liz Truss precipitó la elección, en el seno del Partido Conservador británico, de un nuevo primer ministro. Se esperaba que el puesto fuera asumido, o bien Sunak, quien quedó segundo en las primarias celebradas en septiembre, o bien por Penny Mordaunt, que terminó tercera. Incluso se barajaba la posibilidad de que ambos presentaran una candidatura conjunta, o que Boris Johnson buscara un segundo mandato. Pero finalmente se decantó la balanza por el primero.
Así, Rishi Sunak, de ascendencia india, se convierte en el primer ministro no blanco de la historia del Reino Unido, y con sus 42 años, el más joven de las últimas décadas. Asimismo, será el jefe de Gobierno más acaudalado de la historia del país, al contar con un patrimonio de unos 850 millones, duplicando el que se le atribuye al rey Carlos III.
Sin embargo, la raza, la edad o el patrimonio de Sunak parecen ser en estos momentos el menor de los problemas para los británicos, inmersos en una complicada coyuntura política y económica. El chapucero plan fiscal de Liz Truss puso patas arriba a los mercados, ya que, como anticipó Libre Mercado, su programa pretendía bajar masivamente los impuestos sin recortar el gasto público. Una idea que despertó el miedo a un agujero fiscal en el país británico, y que contribuyó a que la libra se desplomase, obligando a salir al banco central en su rescate.
Ahora, Sunak tiene el reto de disipar los miedos sobre la economía británica y su moneda, promoviendo un plan fiscal sensato. Y los mercados han recibido su elección con un optimismo prudente, a la luz de la subida del 0,64% que se anotó este lunes el FTSE 100, principal índice de la bolsa londinense, o el cierre plano que cosechó ayer martes.
Aun así, la oposición laborista presiona insistentemente en la dirección de una convocatoria de nuevas elecciones, sabiendo que las encuestas pronostican un hundimiento de la derecha.
¿Qué le espera a Sunak?
Este pasado domingo, cuando ofreció su candidatura para reemplazar a Liz Truss, Sunak declaró en Twitter que su objetivo residía en superar la "profunda crisis económica" que afronta el país, y avisó de que "los desafíos son aún mayores" que cuando estuvo al mando de la cartera de Finanzas bajo el mandato de Boris Johnson.
The United Kingdom is a great country but we face a profound economic crisis.
That’s why I am standing to be Leader of the Conservative Party and your next Prime Minister.
I want to fix our economy, unite our Party and deliver for our country. pic.twitter.com/BppG9CytAK
— Rishi Sunak (@RishiSunak) October 23, 2022
Ya este martes, tras asumir el bastón de mando por encargo del rey Carlos III, el nuevo primer ministro ha recalcado que reparará los "errores" cometidos, "sin mala intención", por su antecesora, y que trabajará para ganarse la confianza de los ciudadanos, aunque serán necesarias decisiones "difíciles" a medio plazo.
En este sentido, la principal y más urgente tarea del nuevo jefe del Ejecutivo, además de recuperar la armonía en el seno de su partido, será la de corregir el agujero fiscal de los actuales presupuestos nacionales. Según la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria del Reino Unido (OBR), las cuentas anuales de Truss contaban con un descuadre de 72.000 millones de libras. Tras la destitución del primer ministro de Finanzas de Truss, el nuevo titular de la cartera, Jeremy Hunt, presentó un plan para deducir ese agujero hasta los 39.000 millones de libras, y aseguró que arreglaría el boquete restante mediante recortes de gasto.
Esta mayor prudencia fiscal de Hunt es valorada muy positivamente por el nuevo primer ministro, por lo que le ha mantenido al frente del ministerio económico, desde el que se trabaja a contrarreloj con la idea de presentar el próximo lunes un plan de reducción de deuda pública en el parlamento.
Pero esto no es todo, ya que el nuevo primer ministro deberá mantener el orden y la paz social en un contexto de crecientes protestas por la inflación, que alcanzó el 10% interanual en septiembre. La factura de la luz y gas de los británicos está disparada, y las suculentas ayudas energéticas prometidas por Liz Truss podrían esfumarse.
Para más inri, las casas de análisis ya dan por hecho que la economía británica entrará en recesión en 2023, no recuperándose hasta después del verano, mientras crecen los temores a que el desempleo pueda comenzar a repuntar.
Pero, a diferencia de Truss, Sunak se presenta como un conservador pragmático, que no le temblará el pulso en aumentar los impuestos para cuadrar las cuentas, como ya hizo en la era Johnson. Su postura es que los impuestos no deben bajarse hasta que remita la inflación. De hecho, durante un debate anterior a las primarias conservadoras, Sunak le recriminó a Truss que su plan de rebaja de impuestos implicaría una subida de la inflación, los tipos de interés y las hipotecas.
Otra de las diferencias entre ambos líderes es su postura respecto al Brexit. Así, mientras que la primera ministra saliente apoyaba la permanencia en la UE, Sunak era partidario de la salida del club europeo. Además, si atendemos al programa con el que se presentó hace meses a las primarias, Sunak pretende derogar en menos de medio año las 2.400 leyes de la UE que aún permanecen en la legislación británica.
Pese a todo, los dos políticos han coincidido en la defensa de medidas como la creación de "puertos francos" a lo largo y ancho del país, algo así como zonas económicas especiales con ciertas particularidades que faciliten la inversión y el dinamismo económico tras la salida de la UE.