A la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no le ha quedado otra que reconocer, finalmente, que vienen momentos complicados para la economía española. Así ha acontecido hoy miércoles en el Pleno del Congreso, donde la ministra ha confirmado que desde el Gobierno "esperan meses difíciles" por delante, por culpa de un "enfriamiento de la economía".
En su intervención, Montero también ha señalado que "nadie sabe con certeza qué va a ocurrir en los próximos meses", pero que las nuevas cuentas son "un antídoto contra la desigualdad, la pobreza y la desesperanza". Además, ha asegurado que "lejos de ser gasto superfluo", los Presupuestos del Gobierno mejorarán la economía.
Estas declaraciones llegan después de que el Ejecutivo haya negado durante los últimos meses la ralentización de la economía española, y coinciden con el varapalo que diversos organismos han asestado a los Presupuestos del Gobierno y sus previsiones de crecimiento.
Montero, sin embargo, ha defendido que las cuentas aprobadas por el Ejecutivo para el próximo año suponen "una señal de fortaleza, seguridad, fiabilidad y solvencia como país", lo que contrasta con la evaluación negativa de entidades como el Banco de España, Funcas, la CEOE o Círculo de Empresarios, que recalcan el exacerbado optimismo de los PGE de 2023 y las optimistas previsiones macroeconómicas sobre las que se basan.
Incluso la AIReF se pronunció ayer, calificando las cuentas de Sánchez como "no realistas", rebajando 6 décimas la previsión de crecimiento del PIB y anticipando una recesión inminente. Una contracción económica que desde el Ejecutivo siguen negando, tal y como ha manifestado hoy la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, al afirmar que los indicadores económicos que maneja el Gobierno "no apuntan" a una recesión técnica.
La titular de Hacienda también ha quitado hierro a las estimaciones de la autoridad fiscal, asegurando que esta ha avalado el cuadro de previsiones del Gobierno al estar "dentro de las horquillas" posibles, "con independencia de que en algún trimestre pueda haber recesión técnica". Pero lo cierto es que las estimaciones de la AIRef son sustancialmente más negativas que las del Ejecutivo. El organismo incluso estimó que, si se prorrogan las medidas que el Ejecutivo puso en marcha con motivo de la crisis energética, el déficit público no sé reducirá.
En definitiva, el Gobierno reconoce ahora que llegan momentos complicados, justo ahora que diversas entidades anticipan un estancamiento inminente de la economía. Pero, lejos de asumir la responsabilidad de los errores de previsión, desde el Ejecutivo siguen negando que España vaya a entrar en recesión. Y, por su puesto, se niegan a corregir los Presupuestos Generales del año que viene. Unas cuentas irresponsables que incluyen el mayor nivel de gasto público y el mayor nivel de recaudación de la historia, junto a un déficit público disparado incluso si se cumplen las estimaciones del Gobierno. Sánchez sabe que se le agota el tiempo en la Moncloa, y prefiere "pasarle el muerto" al siguiente.
