Sobre los bonus que se embolsan los inspectores de Hacienda por hacer caja a costa del contribuyente (y que se le suman a su salario) siguen sobrevolando grandes incógnitas. Los asesores fiscales critican que la Agencia Tributaria (AEAT) continúe sin detallar con claridad cómo se formula ese complemento a la productividad ni las reglas que utiliza a la hora de engordar las nóminas de sus funcionarios. La falta de transparencia es total. Y eso que la Justicia le ha obligado a dar explicaciones.
Como consecuencia de un recurso presentado por la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF), el Juzgado Central Contencioso-Administrativo n º 4 de Madrid estimó el pasado mes de julio el derecho de esta asociación de asesores fiscales a que le fuera facilitada la información sobre las normas reguladoras del "concepto de productividad" de los funcionarios que integran los Cuerpos Superiores de Inspectores de Hacienda del Estado y Técnicos de Hacienda así como los criterios de reparto de estos pluses de productividad.
"Seguimos sin entender cómo se calcula el bonus"
Debido a esta decisión judicial, el pasado mes de septiembre, la Agencia Tributaria tuvo que publicar en su página web una documentación que resulta tremendamente confusa para estos profesionales. "Se negaban a darnos esa información y tuvimos que acudir a la Justicia, pero el documento que han publicado es muy complejo. Tanto, que a día de hoy seguimos sin entender cómo se calcula el bono" asegura a Libre Mercado la presidenta de la AEDAF, Stella Raventós.
En la misma línea que Raventós va el ex director general de la Agencia Tributaria, Ignacio Ruiz-Jarabo, después de analizar concienzudamente el documento de Hacienda. "Es una trampa. Está hecho para que no se entienda y nadie sepa realmente cómo se calcula el bonus mientras esquivan la creciente presión social sobre el sistema de incentivación económica aplicado a los inspectores de Hacienda" asegura a este periódico. No hay más que leer el documento para percatarse de que es difícilmente comprensible.
Las explicaciones de la Agencia Tributaria
"El Baremo de Inspección es el sistema que se emplea para objetivar la medición del trabajo de los equipos, siguiendo para ello los principios legales de transparencia, objetividad, imparcialidad y no discriminación" señala la Agencia Tributaria. "Se trata de que los funcionarios cuyo trabajo es adecuado a lo largo de los años de servicio continúen en esa misma línea en la seguridad de que el Baremo reconocerá su esfuerzo" justifica el organismo dependiente de Hacienda.
"La Agencia trabaja por objetivos y estos se materializan en los planes de control en un número de comprobaciones a realizar" cuenta el fisco en el documento en el que también asegura que "en ningún caso puede hablarse de porcentajes, comisiones o cantidades concretas derivadas de una actuación". Sin embargo, unas pocas líneas después, reconocen que "una gestión importante (muchos contribuyentes, muchas actas y un importe regularizado elevado) puede mejorar la posición de un equipo o actuario".
De hecho, ponen hasta un ejemplo: "una deuda tributaria de 0 no añadirá ningún valor, una deuda 100 veces mayor a la referencia atribuye un coeficiente 4. Como se puede comprobar el coeficiente no se incrementa de una forma proporcional al resultado de cualquier inspección". Sin embargo, es evidente que si se incrementa la deuda tributaria, se incrementa la calificación del funcionario.
¿El compañerismo cuenta?
La Agencia Tributaria asegura que reparte el bonus en base a criterios como el "espíritu cooperativo con compañeros" algo que a Ruiz-Jarabo le parece "una broma. "La cuantía de la deuda liquidada es fundamental para cobrar el bonus" asegura el experto, que explica una de las claves que oculta la AEAT en su informe. "La AEAT se financia por transferencias fijadas en los Presupuestos Generales del Estado y por el porcentaje de la recaudación obtenida mediante sus actos administrativos de liquidación y recaudación". Es decir, a mayor importe de liquidación y recaudación del departamento, mayor presupuesto para los inspectores.
Según la versión de la AEAT, "hasta el 70%" del complemento de productividad depende de: "el especial rendimiento y dedicación, carga de trabajo asignada, cumplimiento horario, espíritu cooperativo con compañeros, subordinados o superiores, suficiencia en la calidad del trabajo, dirección, coordinación e impulso del trabajo de los equipos, contribución al funcionamiento de la Dependencias y Oficinas, número de equipos, unidades o funcionarios a su cargo". Raventós considera que los puntos anteriores "son completamente subjetivos" y Ruiz-Jarabo asegura que todos estos puntos "dependan básicamente de la decisión de los superior/es de cada funcionario".
"Pocas dudas pueden existir sobre que esta valoración responde a la contribución de cada funcionario al objetivo último de la AEAT (maximizar la base utilizada para fijar el segundo modo de financiación de la AEAT). O acaso ¿nos vamos a creer que se determina por el cumplimiento del horario?" se pregunta el ex director general de la Agencia Tributaria. "Basta con mirar el Plan Anual de Objetivos de la AEAT de cualquier ejercicio para comprobar que el cumplimiento horario no figura en el mismo. Como tampoco figuran en dicho Plan "el respeto a contribuyentes, compañeros, subordinados y superiores", el "espíritu cooperativo" u otras zarandajas que figuran en la nota de la AEAT. Por el contrario, el importe de las liquidaciones administrativas acordadas si figura recurrentemente en cada Plan Anual de Objetivos" señala.
Hacienda dice que "algo más de un 30% del importe" que falta depende del "número de actuaciones de Inspección finalizadas en un período". Y a todo ello se le aplicarían unos confusos coeficientes hasta llegar al coeficiente de valoración global:
Puntos totales de baremo = ("actuaciones programadas valoradas" + Puntos de baremo resultantes de la aplicación de los coeficientes) multiplicado por Coeficiente de valoración global de expediente.
"El bonus depende del criterio del jefe"
"Los coeficientes aparentemente son muy sesudos, pero resulta que el Coeficiente de Valoración Global -CVG- lo fija el jefe entre 0 y 2,5, por lo que si el jefe quiere, salga lo que salga con las fórmulas empleadas, el funcionario puede no percibir nada o puede multiplicarse por 2,5 el resultado de las fórmulas previas. En definitiva, estamos ante una gran mentira muy bien orquestada porque es finalmente el criterio subjetivo del jefe el que determina la forma de reparto del importe" asegura Ruíz Jarabo.
Además, desde la Asociación Española de Asesores Fiscales denuncian que el fisco todavía no ha hecho públicos los incentivos otorgados a todos los funcionarios de la Hacienda Pública, tal y como se le requería". En concreto, se quejan de que sólo se centran en los inspectores, pero "no se han hecho públicos los incentivos de los funcionarios adscritos a labores de gestión, recaudación e impuestos aduaneros y especiales".
Por todo ello, los asesores fiscales piden "sustituir los actuales incentivos ligados a los importes efectivamente regularizados por otro tipo de incentivos, que no amenazasen la necesaria objetividad de nuestros funcionarios. Así, cabría aplaudir la sustitución de los actuales incentivos por otros que se encontrasen ligados a la reducción de la litigiosidad, al fomento de la relación cooperativa, a la innovación en la detección del fraude, o a las actuaciones escrupulosamente respetuosas del Derecho comunitario y de los criterios sentados por nuestros tribunales de justicia".