El Instituto Nacional de Estadística ha publicado el dato definitivo de inflación correspondiente al pasado mes de octubre y que se sitúa en el 7,3% interanual, una cifra que refleja una fuerte pujanza de los precios al alza, pese a que el mensaje generalizado habla de moderación, yaa que en verano estábamos en el 10% interanual.
La tasa del 7,3% se debe, fundamentalmente, a que en octubre del año pasado los precios ya subían con fuerza y se establecían en el 5,4% interanual. Sin embargo, de un mes a otro, de septiembre a octubre de este año, los precios siguen la tendencia alcista con un pico del 0,3%.
Si nos fijamos en la inflación subyacente, la inflación que elimina los componentes más estacionales, productos energéticos y alimentos no elaborados, esta sigue en el 6,2% en tasa interanual, pero de nuevo, en tasa intermensual sube y lo hace nada menos que un punto.
Esto lo que quiere decir es que la subida generalizada de precios sigue siendo una realidad que es especialmente cruda para las familias españolas, ya que al incremento de los precios de las hipotecas y de los consumos del hogar hay que sumar una subida disparada de los precios de los alimentos +15%.
El organismo mantiene así el dato interanual del 7,3% que avanzó a finales del mes pasado, pero ha recortado una décima, desde el 0,4% al 0,3%, el avance mensual del IPC estimado inicialmente.
Los alimentos, en récord histórico
Uno de los datos que refleja la gravedad de la estadística del IPC es el del precio de los alimentos que se han disparado un 15%, dificultando la cesta de la compra de los consumidores, ahogados ya después de que se les duplique (y en algunos casos triplique) el precio de consumos básicos como la luz o el gas.
Y eso que los precios de estas materias primas se han relajado moderadamente permitiendo que los consumos del hogar corrijan 11,5% básicos su tasa interanual, debido fundamentalmente al efecto escalón de las subidas de precios en octubre de 2021. Esto significa, no un abaratamiento de facto, sino una relajación en la subida o cierta estabilización, apoyada en las rebajas impositivas.
En el extremo contrario, en octubre subieron, de nuevo, los precios de los alimentos. Su tasa avanzó un punto, hasta el 15,4%, la más alta desde el comienzo de la serie, en enero de 1994. Destaca, especialmente, el encarecimiento de las legumbres y hortalizas, la carne, y la leche, el queso y los huevos.
En el último año (octubre de 2022 sobre el mismo mes de 2021), lo que más ha subido de precio han sido los combustibles líquidos (+66,3%); otros aceites (+58,9%); el azúcar (+42,8%); las harinas y otros cereales (+37,8%), y la mantequilla (+34,1%).
Además, otros muchos alimentos registran subidas de dos dígitos en sus precios, como las legumbres y hortalizas frescas (+25,7%); los huevos (+25,5%); la leche (+25%); los aceites y grasas (+23,9%); los cereales (+22,1%); los productos lácteos (+19,9%); el pan y la carne de vacuno ('14,9% en ambos casos); los preparados de legumbres y hortalizas (+13,9%); las frutas frescas (+12,8%); otros preparados alimenticios (+12,4%); la carne de porcino (+12,3%); crustáceos, moluscos y preparados de pescado (+12%); café, cacao e infusiones (+11,9%), y el pescado fresco y congelado (+11,2%).
Lo que más subió de precio en el mes de octubre respecto al mes anterior fueron el azúcar (+27,2%), los otros artículos de vestir (+10,9%) y la fruta (+10%).