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José María Rotellar

La inflación machaca a los más débiles: la política regresiva de Sánchez

Como Sánchez aumenta el gasto de manera desmedida dificulta la disminución de la inflación que trata de conseguir la política monetaria restrictiva.

Como Sánchez aumenta el gasto de manera desmedida dificulta la disminución de la inflación que trata de conseguir la política monetaria restrictiva.
Las rentas bajas reducen su capacidad de ahorro en casi dos puntos más que las altas. | Europa Press

Por mucho que el presidente Sánchez insista en que él protege a la clase media trabajadora -una nueva clasificación que él se ha inventado, con su política económica equivocada está perjudicando a todos los ciudadanos, pero a quien más perjudica es a los más débiles, a las rentas bajas.

Ese perjuicio viene derivado del aumento exponencial del gasto público que presiona la demanda y complica la transmisión de la política monetaria del Banco Central Europeo, ya que al aumentar el gasto hace que los precios no reaccionen tan rápido a la baja como deberían. Por ello, el grueso de la corrección impuesta por el necesario drenaje de liquidez recaerá en ciudadanos y empresas, al tiempo que la inflación se resistirá durante más tiempo a disminuir. La inflación es exclusivamente un fenómeno monetario, pero si se interfiere desde el sector público con más gasto, tensa al alza demanda y, con ello, precios, y retrasa los efectos de la política monetaria, obligando a que tengan una mayor duración e intensidad, con lo que el gasto expansivo tiene una responsabilidad en la inflación a través del sostenimiento artificial de la demanda por el gasto público.

Esa inflación, que no está bajando, aunque lo parezca por efecto estadístico, sigue aumentando: en el último mes, los precios subieron un 0,3% y la suavización interanual se debe, como digo, al efecto estadístico, al venir de niveles ya muy elevados el año previo. Por su parte, la subyacente tiene una gran resistencia a la baja, que muestra que el aumento de precios se ha enroscado ya en toda la cadena de valor.

Es esa inflación la que genera un mayor perjuicio para las rentas bajas, por el efecto que tiene en el consumo, debido a que una persona con renta baja consume casi toda su renta; una persona con renta alta, consume un porcentaje menor de ella.

  • De esa forma:

    • Los ciudadanos con rentas más bajas:

      • Ven reducida su capacidad de ahorro 2 puntos más que las rentas altas, perdiendo toda capacidad de ahorro.

      • Sufren un incremento de impuestos en relación con sus ingresos por la inflación casi un tercio superior a las rentas altas.

      • Así, la inflación canibaliza la poca renta que trataban de ahorrar y hace que soporten un mayor incremento de impuestos sobre su renta.

    • Todos los ciudadanos pagan más impuestos debido a la inflación, de manera que el Gobierno incrementa su recaudación por ese esfuerzo de las familias y empresas, que no pueden llegar a fin de mes o tienen que cerrar su negocio, en lugar de bajar impuestos para aliviar su carga, especialmente a los más débiles, que son los más perjudicados.

    • El Gobierno, así, con la inflación, aplica una política tributaria regresiva, al negarse a deflactar la tarifa de IRPF y bajar impuestos.

    • El Gobierno de Sánchez presume de ser progresista y es lo más regresivo que ha existido en La Moncloa.

Ejemplo numérico

  • Una persona con renta baja gana 100 euros. Consume el 90%. Suben los precios un 8,5% de media anual:

    • Así, paga más impuestos que antes:

      • Si consumía 90 euros (90= 90%x100), suponiendo que se grave al IVA general (un 21%), que es el de la inmensa mayoría de productos y servicios, significa que el precio de los productos antes del IVA era de 74,38 euros (74,38= 90/1,21).

      • Por tanto, paga 15,62 euros en impuestos (15,62= 90-74,38).

      • Esos 15,62 euros sobre sus 100 euros de renta suponen el 15,62% de sus ingresos en pago de impuestos.

      • Si los precios suben un 8,5%, su gasto pasa a ser de 80,70 euros (80,70= 74,38x1,085).

      • Al gastar ahora 80,70 euros, el gasto total con IVA es de 97,65 euros (97,65= 80,70x1,21).

      • Por tanto, paga ahora de impuestos 16,95 euros (16,95= 97,65-80,70).

      • Sobre su renta paga ahora un 16,95% (16,95%= 100x(16,95/100)).

      • Es decir, pasa de pagar un 15,62% de su renta por impuestos al consumo a pagar 16,95%. Incrementa el pago de impuestos al consumo sobre su renta en 1,33 puntos porcentuales (1,33= 16,95-15,62)

    • Por otra parte, pasa a consumir un 97,65% de su renta (97,65%= 100x(97,65/100)). Se queda definitivamente sin ninguna capacidad de ahorro.

  • Ahora, una persona con renta alta gana 200 euros. Consume el 70%. Suben los precios un 8,5% de media anual:

    • Así, paga más impuestos que antes:

      • Si consumía 140 euros (140= 70%x200), suponiendo que se grave al IVA general (un 21%), que es el de la inmensa mayoría de productos y servicios, significa que el precio de los productos antes del IVA era de 115,70 euros (115,70= 140/1,21).

      • Por tanto, paga 24,3 euros en impuestos (24,3= 140-115,70).

      • Esos 24,3 euros sobre sus 200 euros de renta suponen el 12,15% de sus ingresos en pago de impuestos.

      • Si los precios suben un 8,5%, su gasto pasa a ser de 125,53 euros (125,53= 115,70x1,085).

      • Al gastar ahora 125,53 euros, el gasto total con IVA es de 151,89 euros (151,89= 125,53x1,21).

      • Por tanto, paga ahora de impuestos 26,36 euros (26,36= 151,89-125,53).

      • Sobre su renta paga ahora un 13,18% (13,18%= 100x(26,36/200)).

      • Es decir, pasa de pagar un 12,15% de su renta por impuestos al consumo a pagar 13,18%. Incrementa el pago de impuestos al consumo sobre su renta en 1,03 puntos porcentuales.

    • Por otra parte, pasa a consumir un 75,95% de su renta (75,95%= 100x(151,89/200)). Sigue conservando una cierta capacidad de ahorro, aunque la inflación la merma.

  • Por tanto:

    • Las rentas bajas reducen su capacidad de ahorro en casi dos puntos más que las rentas altas: las rentas bajas consumen 7,65 puntos más que antes, frente a los 5,95 puntos que las rentas altas consumen más que antes: 7,65-5,95= 1,70 puntos.

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  • Las rentas bajas soportan un incremento de impuestos al consumo sobre sus ingresos que les supone un esfuerzo casi un tercio mayor que el de las rentas altas: el porcentaje de impuestos sobre ingresos de una renta baja se incrementa en 1,33 puntos y el de una renta alta lo hace en 1,03 puntos. Por tanto, el incremento del esfuerzo en una renta baja es de 0,30 puntos mayor que en una renta alta (0,30= 1,33-1,03). Así, el esfuerzo en el pago de impuestos es casi un tercio superior en una renta baja respecto a una alta: 100x(0,30/1,03)= 29,13%.

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La inflación perjudica a todos, porque a todos nos empobrece, pero a quienes más lo hace es a quienes menos tienen. Como Sánchez aumenta el gasto de manera desmedida y, con ello, tensa la demanda y presiona al alza los precios, dificulta la disminución de la inflación que trata de conseguir la política monetaria restrictiva y alarga y aumenta el empobrecimiento de ciudadanos y empresas, pero especialmente de las rentas más bajas. Por tanto, Sánchez lleva a cabo una política general de empobrecimiento, pero, además, francamente regresiva, perjudicando todavía más a quien menos tiene.

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