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Sánchez también acaba con la unidad del tejido ferroviario español para dar gusto al PNV, Bildu y ERC

PNV y PSOE han llegado a un punto de entendimiento en materia de transferencia de los trenes de cercanías al Gobierno regional.

PNV y PSOE han llegado a un punto de entendimiento en materia de transferencia de los trenes de cercanías al Gobierno regional.
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Mientras se elimina el delito de sedición por exigencia de ERC; mientras el Gobierno estudia como diezmar el delito de malversación para terminar de librar de la ley a los golpistas; mientras salen a la calle violadores por la exigencia de Podemos de su ley del "sí es sí"; mientras todo ello pasa, Pedro Sánchez sigue con sus cesiones a sus socios de Gobierno. Y ahora le ha tocado satisfacer a PNV nada menos que con la ruptura de la unidad ferroviaria española: a partir de ahora, la gestión de los trenes de cercanías en el País Vasco será del Gobierno Vasco. Los pagamos con dinero público de todos los españoles, pero lo gestionan sólo desde el Ejecutivo regional del PNV y PSOE. La última entrega ya cuenta con el respaldo de Bildu y ERC.

PNV y PSOE han llegado a un punto de entendimiento en materia de transferencia de los trenes de cercanías al Gobierno regional. Y sólo ha hecho falta una enmienda en el Senado.

El texto de esa enmienda fue aprobado la semana pasada dentro de la Ley del Sector Ferroviario. Y allí, sin ningún alarde publicidad, figura una disposición adicional que ha sido dictada directamente por PNV y compartida por el resto de aliados separatistas de Pedro Sánchez.

La clave del nuevo texto es sencilla: a partir de ahora, el concepto de "interés general del Estado" apuntalado durante décadas, deja de ser sacrosanto en los trenes españoles de cercanías. Y es que, ahora, se primarán las supuestas competencias asumidas en los estatutos de autonomía -en este caso concreto, el Estatuto de Guernica- frente a la creación nacional de un tejido ferroviario completo y coordinado. Y ello, pese a que las obras sean financiadas por todos los españoles y no sólo los de una determinada región.

Es más, el traspaso de la competencia no irá sin aperitivo financiero: se establece el riego por ley con aportaciones económicas adicionales para garantizar el correcto estado de las obras e infraestructuras en el momento de la transferencia a los gobiernos regionales. No vaya a ser que el PNV, Bildu o ERC se quejen del regalo por no encontrarse en perfecto estado de revista.

Todo ha sido fraguado en una enmienda transaccional. Y es relevante hasta la evolución que ha tenido este escrito. Porque, pese a la exigencia del PNV y su labor muy activa en la tramitación, el PSOE no ha querido disgustar al resto de sus aliados separatistas. Y ha preferido que el texto se pacte de manera conjunta con Bildu y ERC.

El texto no disimula demasiado. Y se publica en la norma bajo el título de "traspaso de infraestructuras ferroviarias".

Allí se destaca que "se considerará que no concurren los motivos de interés general que hayan amparado la inclusión de una determinada infraestructura ferroviaria o estación de transporte de viajeros en la Red Ferroviaria de Interés General, cuando dichos elementos se utilicen de forma exclusiva para la prestación de servicios ferroviarios de titularidad y competencia exclusiva de una comunidad autónoma, o su explotación conjunta con el resto de la red no sea necesaria para el correcto funcionamiento del sistema común de transporte".

Literalmente, todo un vaciado del listado de infraestructuras del catálogo del Gobierno central. Eso sí, una vez construidas con dinero central.

El texto remarca que, en el momento, en el que se den las circunstancias para poder aplicar la anulación del concepto de interés general, "a petición de la comunidad autónoma, procederá la exclusión de los elementos del catálogo y el traspaso de los mismos a la comunidad autónoma". Y punto. Regalo bajo demanda.

El texto pactado entre todos los separatistas y asumido por Pedro Sánchez explica un último punto: "El acuerdo de traspaso contendrá, en todo caso, la referencia a las dotaciones económicas a transferir para asegurar el buen estado y adecuación de todos los elementos a la prestación correcta de los servicios de transporte ferroviario en el momento del traspaso". Es decir, que el regalo tiene que entregarse de una manera totalmente presentable: el Gobierno central, con cargo a los Presupuestos Generales de todos los españoles, deberá dejar en perfecto estado las infraestructuras y obras antes de ser trasladadas al País Vasco. Y a Cataluña, Baleares, Navarra, etc. en cuanto lo soliciten, obviamente.

De este modo, la norma acaba con un planteamiento clásico español: el de que los tejidos ferroviarias cumplen con un objetivo de movilidad nacional. Y el de que los trenes de cercanía cuentan con conexiones con los trenes de largo recorrido y sólo tienen sentido dentro de un concepto de vertebración y comunicación nacional. Exactamente igual que ocurre con la red de carreteras de interés general o con los aeropuertos que quedan dentro del mismo concepto.

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