El Gobierno vive de la recaudación adicional originada por la enorme inflación que vive la economía española, pero comienzan a aparecer lo que pueden ser los primeros síntomas de ralentización de dicho efecto. El Ejecutivo niega que los más de 30.000 millones de euros que espera recaudar adicionales se deban al efecto inflacionista, pero la realidad es otra, ya que el grueso del incremento recaudatorio se debe a dicho efecto de los precios. También niega que pueda empezar a verse el final del incremento recaudatorio adicional, pero hay síntomas que muestran que puede haber comenzado esa desaceleración.
Así, los ingresos tributarios mensuales crecen un 11,7% interanual y alcanzan los 41.864 millones de euros y en el acumulado del año hasta octubre los ingresos tributarios ascienden a 223.695 millones de euros, que supone un 16,87% más que en el mismo período de 2021. Eso supone un incremento en valores absolutos de 32.284 millones respecto al mismo período de 2021. No obstante, se va moderando el crecimiento interanual: si en enero crecía un 30,2%, poco a poco, a lo largo del año, ha afrontado una senda de desaceleración, hasta el 16,87% actual, 1,2 puntos menos que el mes anterior:
Es más, pese a que este mes de octubre es uno de los de mayor potencia recaudatoria al coincidir las declaraciones mensuales, las trimestrales de retenciones, pagos a cuenta e IVA de pymes y el segundo pago a cuenta del impuesto de sociedades, podemos comprobar cómo el dato mensual crece en tasa interanual casi catorce puntos menos que el año pasado, al quedarse en el 11,7% frente al 26,3% de octubre de 2021.
De hecho, aunque la AEAT destaca que el incremento de la recaudación está muy por encima del nivel de precios, la inflación tiene un efecto muy importante en el aumento de recaudación:
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Aunque el IPC crezca por debajo del incremento de recaudación, los precios de muchos productos básicos de alimentación lo están haciendo por encima. Por ejemplo, los alimentos están creciendo un 15,4% interanual en octubre, tal y como publica el INE, es decir, casi 4 puntos más que el incremento de recaudación total y 5,5 puntos más que el incremento interanual del IVA en octubre.
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Por tanto, el incremento de los precios es lo que principalmente está incrementando la recaudación.
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El crecimiento del IRPF viene derivado, más que del incremento de empleo, que en parte se da, de las subidas salariales y de pensiones, que aumenta el tipo medio efectivo y, con ello, la recaudación.
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No obstante, se observa una ralentización importante desde el mes de mayo, cuando llegó al 29,7% interanual, hasta el 11,6% de octubre.
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Del mismo modo, resulta preocupante el descenso del incremento interanual de la recaudación del impuesto de sociedades en octubre. Si en 2021 crecía en dicho mes un 65,6%, en octubre de este año crece un 15,1%, también menos que en septiembre de este año, cuando crecía un 18,8%.
- Por tanto, crece mucho la recaudación adicional, pero ligada, principalmente, a la inflación, negándose el Gobierno a devolver a los ciudadanos el esfuerzo que están haciendo al perder poder adquisitivo.
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Además, esa recaudación adicional muestra signos de desaceleración, que puede llevarnos a que en 2023 vaya desapareciendo y nos encontremos con un problema de ingresos importante, especialmente si sigue deteriorándose la actividad económica, que presionará al alza el déficit, sobre todo el estructural.
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La ralentización en el incremento de recaudación en IRPF y Sociedades puede indicarnos que esa ralentización está comenzando, así como la de IVA.
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Adicionalmente, la de IVA crece menos que el precio de los alimentos, que muestra el impulso que el Gobierno obtiene con la recaudación por la inflación, que de no ser por ella podría dejar con un crecimiento mucho menor la recaudación por IVA en el mes de octubre.
En definitiva, el Gobierno está incrementando el gasto estructural de manera muy importante sobre la base de unos ingresos adicionales que, en algún momento -y por lo comentado anteriormente, puede ser más pronto que tarde- comenzarán a dejar de existir e incluso a disminuir la recaudación si la actividad económica continúa con su disminución, especialmente cuando el ahorro se acabe debido a la subida de precios y el incremento de las cuotas hipotecarias según se vayan revisando los distintos préstamos a lo largo de 2023. Todo ello, además de a una contracción de la economía o, al menos, estancamiento, puede provocar una resistencia a la bajada del déficit y un mantenimiento de la deuda sobre el PIB en niveles insostenibles para cualquier economía sana, con la misma aumentando en valores absolutos, por encima de los 1,5 billones de euros.