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Los peligros del dinero digital: menos ahorro y más inflación

Eliminar el dinero en efectivo permite a los bancos centrales la implementación de tipos de interés negativos.

Eliminar el dinero en efectivo permite a los bancos centrales la implementación de tipos de interés negativos.
Billetes | Unsplash/Omid Armin

El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado que están "considerando introducir una moneda digital de banco central en Europa para responder a la creciente demanda de pagos electrónicos seguros y fiables". Se trata de un euro digital que, según el organismo, "ofrecería un medio de pago electrónico que cualquier persona podría utilizar en la zona del euro".

Esta propuesta tiene como precedente otros experimentos como el yuan digital que se lleva desarrollando desde 2015, tal y como recoge el portal estatal chino Xinhua. Esta moneda digital se ha planteado de dos formas:

  • La primera es un sistema basado en fichas, es decir, la utilización en las transacciones de una ficha física de una forma muy parecida al billete tradicional.
  • La segunda es más parecida a la propuesta del BCE. Se trata de un sistema basado en cuentas. Los bancos comerciales, el banco central y otras instituciones financieras administrarían mediante asientos contables todas las transacciones.

Ninguna de estas propuestas sería incompatible con el dinero en efectivo, pero su implementación sumada las restricciones de pagos en efectivo que los gobiernos están promoviendo y a la propia inercia social amenaza con la paulatina desaparición del papel moneda. Por ejemplo, en España, la Ley 11/2021 que entró en vigor en julio de 2021 restringió los pagos en efectivo de 2.500 euros a 1.000 euros entre particulares.

El yuan digital

En abril de 2020 el banco central chino anunció la implementación de los primeros yuanes digitales. Con el tiempo los principales bancos estatales del país han ido adaptándose a esta nueva propuesta abriendo carteras de esta moneda electrónica. Todo esto acompañado de un bombardeo publicitario proveniente de los medios de comunicación estatales como el antes mencionado Xinhua.

Tanto se ha esforzado el Gobierno chino por su puesta en marcha, que ha llegado a crear eventos alrededor de este sistema, como los sucedidos en Suzhou o Shanghái llamados "Festival de compras del 5 de mayo", cuyo objetivo es el fomento de esta herramienta de pago mediante descuentos y promociones exclusivas. No solo eso, sino que también se han organizado loterías en los que han participado más de 12 millones de personas y cuyo premio es una cantidad recibida en forma de yuan digital. "Actualmente, la mayoría de las pruebas piloto se lanzan junto con festivales de compras y temporadas de consumo. Es lo mismo que emitir cupones, pero en forma de yuan digital", dijo un comerciante de Shenzhen para el medio estatal Xinhua.

Sin embargo, según el diario chino, los pagos mediante esta moneda están limitados por los bancos estatales. Vemos, por ejemplo, que en tres de ellos se pone el tope en 50.000 yuanes (6.746,72€) por operación y 100.000 yuanes (13.493,43€) diarios. Esto nos indica la capacidad del Gobierno chino de controlar, una vez se extienda más, todo el consumo del país poniendo los límites que considere.

Fan Yifei, vicegobernador del banco central chino, señaló que "la gestión centralizada del yuan digital puede mejorar la eficiencia de la rotación del capital comercial, aumentar la velocidad de circulación de la moneda y la eficiencia de la implementación de la política monetaria. Además ha asegurado que el yuan digital adopta "un mecanismo de anonimato controlable". "El banco central tiene la cantidad completa de información y puede usar big data y otras tecnologías para analizar datos de transacciones y flujos de capital, prevenir y combatir el lavado de dinero, el financiamiento del terrorismo y la evasión fiscal entre otros actos ilegales y delictivos". Estas declaraciones son poco esperanzadoras viniendo de una dictadura comunista.

Los problemas para el ahorro

Aunque no nos demos cuenta a simple vista, eliminar el dinero efectivo puede traernos un cambio de paradigma en cuanto a la metodología para crear políticas monetarias expansivas. Estaríamos ante algo nunca visto y que, a la larga, puede resultar en una tendencia imparable a reducir cada vez más los tipos de interés. Actualmente hay una enorme barrera que frena las pretensiones de los más ambiciosos inflacionistas: el tipo 0%.

Estamos hablando de la implantación de tipos de interés negativos que actualmente son imposibles de mantener por la existencia del efectivo, ya que, en el caso de establecerlos, las personas sacarían su dinero de las cuentas de depósito, pues la moneda física, obviamente, tiene un tipo del 0%. Sin esta herramienta para resguardarnos, es decir, en el caso de que nos viéramos obligados a mantener nuestro dinero en cuenta, sólo tendríamos dos opciones para no vernos afectados por los tipos negativos: consumir o invertir. Precisamente esto es lo que les resulta atractivo a los seguidores de tales pretensiones, ven en esto una forma de aplicar estímulos que, claramente, atacan a los intereses de las personas al no poder acceder a otra alternativa.

Todo esto se suma al enorme escollo que significan los tipos negativos para el ahorro. Esto es algo realmente preocupante pues estamos viviendo momentos en los cuáles hemos pasado por un enorme proceso de descapitalización. La crisis del COVID nos ha puesto contra las cuerdas y la población ha tenido que consumir capital al ser incapaz de producir por un período tan largo. Para restaurar ese capital perdido solo hay un camino, el ahorro, que no solo es importante ahora (aunque el contexto actual nos exige ser más insistentes en ello) sino que es la clave para el progreso económico sean cuales sean las circunstancias.

Tan solo la idea de rebajar el máximo legal a 1.000 euros ha provocado dificultades que afectan directamente a las personas con menor capacidad adquisitiva. Pensemos en transacciones plenamente legales como la compra de un coche de segunda mano que supere los 1000 euros, situación en la que numerosas veces se ve la gente corriente. En ese caso estaríamos obligados a pagar también costes de transacción, por lo que se están poniendo trabas al que menos tiene a cambio de beneficiar a los bancos. Algo irónico viniendo de un gobierno en el que está Podemos que en su momento abanderaba la lucha contra este tipo de entidades.

Es probable que, llegado el caso de la eliminación total del papel moneda, surgieran alternativas parecidas a las que aparecen en los lugares que sufren hiperinflación. Puede que se empezaran a utilizar monedas como el dólar, el franco suizo, la libra o incluso el Bitcoin para escapar del control.

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